En una mañana fresquita, pero no tanto como decían las previsiones, un trío de pradolongueros nos hemos dado cita para correr la que es, sin lugar a dudas, la carrera más bonita de cuantas se celebran en Madrid. Se trata del Trofeo Akiles, una carrera ya veterana organizada por el Club Akiles de Atletismo. Y para mí, un año más puedo decir que la organización ha rayado casi en la perfección. Tan «casi» que no se me ocurre ninguna pega que poner… ¿quizás un poco escasa la bolsa del corredor? Pero eso son menudencias.
A eso de las ocho y media llegábamos al aparcamiento habilitado por la organización para este evento, cuando todavía no había prácticamente coches. Carlos, un buen amigo de Emilio II, nos acercó generosamente en su coche ¡¡¡muchas gracias Carlos!!! Y en su coche compartimos asiento con su perro, que también iba a meterse entre pecho y espalda los 10 km, aunque Carlos ya nos advertía que eso era pan comido para su can.
Con tanto tiempo por delante, pudimos recoger chip y dorsal sin ningún problema. Estando en esos menesteres, me encontré con Rafael, hermando de Juan Ignacio y estuvimos un buen rato charlando. Viendo el frío que hacía entramos en uno de los quioscos que hay junto al lago y estuvimos tomando café para no quedarnos fríos. La verdad es que me sentó de vicio ese cafetito con leche calentito.
Sobre las nueve y cuarto fuimos al guardarropa a dejar la bolsa con la ropa y nos pusimos a calentar, no sin antes hacer una parada a saludar a los compañeros de MaraTI+D. Allí ya cada uno se fue por su lado, pero Quique me acompañó y después de saludar seguimos calentando, haciendo unos progresivos para poder salir ya con las pulsaciones altas y los músculos calientes. Al poco coincidimos con Ninfa y Emilio que venían de hacer una cabaña. Ambos con los cuadriceps algo agujeteados después del cross de Patones que corrieron allí. Sin embargo a Emilio II y Carlos no parecía importarles haber corrido ayer y allí estaban dispuestos a tomar la salida.
Me coloqué junto a Emilio y Quique cerca de la línea de salida y cuando sonó el pistoletazo salimos a toda pastilla, como si nos fuese la vida en ello. Quique se marchó en el primer metro y Emilio se descolgó al paso del primer kilómetro. En ese momento me pasó Ambrosio como un ciclón. Este hombre es incombustible.
En esos primeros kilómetros no me encontraba demasiado bien, ya que todavía tenía el desayuno en la boca ¡¡¡y eso que había desayunado dos horas y media antes!!! Aunque iba a buen ritmo, tenía la sensación de que lo iba a pasar mal, pero seguía apretando.
Después de pasar el tramo más complicado y empezar a bajar del cerro de Garabitas, pasamos por el kilómetro cinco. En ese momento miré el reloj y me pareció que marcaba 21:47, por lo que me parecía complicado llegar a los 42:00. Eso me azuzó y apreté un poco más en la bajada, aunque controlando un poco para no desbocarme en ese terreno tan favorable.
Después de bajar Garabitas vi a Esteban animando al personal y me indicó que Quique estaba cerca. Sabía que muy cierto no podía ser, pero me motivó aún más. Seguía buscando en la lejanía la espalda de Quique, pero al que vi fue a Ambrosio, que se convirtió en mi objetivo. Veía que poco a poco le iba comiendo el terreno. Y sobre el kilómetro 8,5 le pude pasar. En esos momentos iba eufórico porque algunos kilómetros (los más favorables) los había pasado a menos de cuatro minutos.
Pasando el nueve, el terreno es ligeramente descendente y ahí eché toda la carne en el asador. Por megafonía iba oyendo que el tiempo era inferior a cuarenta minutos y eso me iba motivando cada vez más. De hecho, me parecía imposible que así fuese porque eso indicaba que no sólo podía bajar de 42 minutos, sino ¡¡¡que podía hacer mi mejor marca personal!!! Y así fue, entré en meta más feliz que unas castañuelas con un tiempo bruto de 40:53 y neto de 40:48, bajando mi mejor tiempo, que databa de 1999, en 51 segundos. Brutal, el subidón que me dio cuando entré en meta fue brutal. Ni en mis mejores sueños se me hubiera ocurrido que en Akiles fuera a hacer mi MMP. Y no sólo eso, sino que en Aranjuez pienso rebajar ese tiempo, optimista que es uno…
Lo mejor es que salimos todos contentos. Quique porque había conseguido bajar de 40 cuando había pasado una noche fatal debido a las toses. Emilio porque había hecho 43 después de correr en Patones y yo porque uno no consigue MMP todos los días. Un día redondo.
Por cierto, la clasificación se puede ver aquí.
Esta vez sí conservé en la memoria del cronómetro los tiempos por kilómetro, no como en Rivas que lo borré sin querer. Estos son los tiempos:
1 | 4:10 |
2 | 4:12 |
3 | 4:31 |
4 | 4:19 |
5 | 3:56 |
Primera mitad | 21:10 |
6 | 3:48 |
7 | 3:56 |
8 | 4:05 |
9 | 4:04 |
10 | 3:42 |
Segunda mitad | 19:38 |
Tiempo total | 40:48 |