Urticaria inducida por el ejercicio

El pasado jueves después del entrenamiento noté picores en la espalda, en la parte de la cadera. Cuando me quité la camiseta comprobé que tenía ampollas en la cadera y los glúteos. Al poco tiempo, como una hora, se quitaron las ampollas. No me quedó muy claro cual era el motivo.

El domingo, después de la media de Getafe, volví a notar los picores y volví a ver las ampollas. Igualmente, se volvieron a quitar cuando pasó un tiempo, pero la cosa ya empezaba a preocuparme.

Pero hoy cuando he vuelto del entrenamiento la cosa era realmente preocupante. Tenía los glúteos y la zona baja de la espalda, coincidiendo con el elástico de las mallas, con unas ampollas de espanto…

urticaria
Ampollas provocadas por la urticaria

Y además me picaba por diversas zonas del cuerpo, incluso en las muñecas. Ya no estaba preocupado, ¡¡¡estaba acojonado!!! Me duché con la idea de ir al médico, pero al poco tiempo ya estaba de nuevo normal, bueno, casi normal que aún quedaba alguna pequeña ampolla.

El próximo jueves, cuando vuelva de entrenar, tendré todo preparado para ir al médico de urgencias y tendré que visitar al dermatólogo también, porque parece claro que es un problema producido por el sudor. En un principio pensé que puede ser alergia al propio sudor, pero parece ser que esa patología no existe. Lo cuentan bastante bien en este artículo:

Las lesiones dérmicas aparecen a los pocos minutos de comenzar a sudar y pueden durar hasta 30 minutos, una hora o más una vez que el cuerpo vuelve a la temperatura normal y desaparece el sudor. Son ronchas muy pruriginosas (pican mucho) que van precedidas de sensación de calor o quemazón. Pueden llegar a producirse vesículas. Es más frecuente su aparición en los brazos y tórax pero pueden aparecer en cualquier zona del cuerpo

Puede acompañarse de dolor de cabeza, aumento de la salivación, palpitaciones, dolor abdominal y diarrea. Es más frecuente en personas con dermatitis atópica, urticaria crónica, rinitis alérgica o asma.

Aunque la reacción es muy similar a la alergia, técnicamente no es una alergia, ya que no existe inmunoglobulina tipo E (IgE), anticuerpo característico de los procesos alérgicos.

El mejor tratamiento es evitar las situaciones en las que se sude (ejercicio, baños con agua muy caliente, sitios con temperatura elevada). Varios fármacos pueden útiles para su tratamiento, especialmente los antihistamínicos de larga duración. Además, evitar la ropa ajustada y los tejidos sintéticos, cuidar de que no queden restos de detergente en la ropa y lavar siempre la ropa nueva antes de utilizarla. Usar cremas emolientes después del baño.

La mejor solución es la de siempre. Si es por el sudor, no sudes. Lo que implica no hacer ejercicio porque además se da la curiosa circunstancia de que cuando corro, sudo y mucho 😉


Esta es la semana de más kilometraje de cara a la maratón. El domingo habrá que hacer 30 km por lo que hoy había pensado hacer algo más de lo habitual. Tampoco mucho más, sólo pasar de los típicos diez kilómetros a doce. De esta forma, cuando acabé las dos vueltas seguí un poco más y tuve la fortuna de ser acompañado por Miguel, así que se hicieron muy amenos la docena de kilómetros.

Se acabó la batería del Garmin cuando llevaba 11,5 km pero puede prometer y prometo que desde ese punto hasta donde paré hice algo más de quinientos metros, así que cumplí con lo previsto. Eso sí, a un ritmo tranquilo cercano a 5:30 min/km que no era cuestión de machacarse mucho ya que después de la media del domingo notaba las piernas cansadas.

XV Media maratón de Getafe

Un año más que participo en la media de Getafe. Día soleado, sin pizca de viento y no muy caluroso que venía de perlas para correr. Llegamos con tiempo suficiente, la entrega de dorsales fue rápida en mi caso y después de ir al servicio me encontré con un par de compañeros del equipo. Nos plantamos en el punto de encuentro con algunos minutillos de retraso, pero dentro del límite de «cortesía».

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Con los compañeros de entrenamiento del parque de Pradolongo

Sólo estábamos cuatro, esperamos algunos minutos más y como apremiaba dejar las cosas en el guardarropa íbamos a hacer la foto sólo los que estábamos, llegaron un par de ellos en el último segundo. Así que salió una foto más lucida, aunque echamos de menos a otro par, que sabíamos seguro que iban a participar. El guardarropa también funcionó muy bien, estaba muy organizado y eso hizo que dejara la ropa en segundos.

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Con los compañeros de MaraTID

Mi objetivo era bajar de 1h35 que fue el tiempo que hice en la media de Villaverde hace mes y media. Lo imaginaba a mi alcance ya que esta media de Getafe es un terreno más llano y encima la organización no paraba de alabar el nuevo circuito de una sola vuelta. A mí, sinceramente, no me gustó ya que transcurre en los primeros diez kilómetros por una zona escasamente poblada y con animación próxima a cero, bueno, no a cero, próxima a -1.

Salí a lo que me dictaban las piernas ya que no llevaba cronómetro y sobre el kilómetro cuatro, en uno de los innumerables giros de 180º, pude ver a Manolo, un antiguo compañero del trabajo y miembro del equipo desde sus comienzos hasta hace bien poquito. Me llamó la atención porque Manolo corre que se las pela, ¡sólo hay que ver que ha hecho medias por debajo de 1h20! Me hizo dudar de si no iba yo demasiado rápido, pero debió ser que él salió muy tranquilo, porque ya no le vi en ningún momento.

Seguí a un ritmo que me resultaba llevadero, aunque no sin dificultad, y sobre el kilómetro 12 alcancé a un amigo con el que estuve hasta el avituallamiento del kilómetro 14. Allí me volví a quedar solo y así seguí hasta la meta. La verdad es que los últimos kilómetros se me hicieron algo largos, sobre todo el tramo que pasa por los adoquines, además iba un poco molesto porque llevaba unos kilómetros con la uña del dedo gordo del pie derecho molestándome.

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Entrando en el recinto del polideportivo. Foto cortesía de forofos del running

Llegué a meta y me pareció ver que el cronómetro marcaba 1h31, pero luego en la clasificación he visto 1h32, que también está bien ya que son tres minutos menos que en Villaverde. Acabé con un tiempo oficial de 1:32:33, neto de 1:32:04.

Lo peor fue después porque no quedamos en ningún sitio en concreto y tardamos en encontrarnos y en volver a casa, por lo que echamos la mañana en «la capital del sur». Esperando, volví a encontrarme con Manolo que andaba algo desesperado porque no encontraba a la chica que tenía la llave de su coche. Espero que apareciese más pronto que tarde.

Me llamó la atención porque los últimos seis kilómetros eran por el mismo recorrido que las anteriores ediciones; sin embargo, el kilómetro 15 estaba bastante antes que años pasados, por lo que esos seis kilómetros medían más que antaño. Supuestamente la carrera está homologada por lo que saco la conclusión que en años anteriores el circuito no estaba bien medido, aunque también decían que estaba homologado. O este año se les ha ido la mano con la medición…

En resumen, carrera rápida pero por un recorrido feo como pegar a un padre y desde mi punto de vista demasiado masificada. Habrá que buscar nuevas pruebas, que las hay a patadas. A parte de eso, creo que la organización brilló a gran altura. Además la bolsa del corredor estaba bien surtida con camiseta de manga larga, agua, refrescos, galletas energéticas y barrita de cereales. Todo por 16 € que aunque roza lo caro, visto lo visto en otras carreras es un precio razonable.

Terminar diciendo que la báscula marcaba el día de ayer un peso de 69,2 kg. Poco a poco voy volviendo a un peso que considero razonable.

Presentación Gran Premio Canal de Castilla

El miércoles asistí a la presentación de la prueba cicloturista Gran Premio Canal de Castilla. Se trata de una prueba con periodicidad anual totalmente innovadora basada en la combinación de tramos asfaltados con el paso por sirgas, cotas y visitas a bellos pueblos de las provincias de Palencia y Valladolid, dos de las tres provincias recorridas por el canal.

Podéis leer un resumen de lo que ocurrió en la presentación en en este enlace o en este otro.

Como se puede deducir de su nombre, la prueba se celebra en el entorno del Canal de Castilla, una de más grandiosas obras civiles de nuestra historia. Se trata de una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes de las realizadas entre mediados del siglo XVIII y el primer tercio del XIX. Recorre parte de las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid y fue construido para facilitar el transporte del trigo de Castilla hacia los puertos del norte y de allí a otros mercados; sin embargo, la llegada del ferrocarril pronto le hizo quedar obsoleto.

El inicio de la prueba se sitúa en la bella localidad vallisoletana de Medina de Rioseco (8:00h del sábado 19 de julio) donde se volverá tras recorrer 163 Km por tierras de las provincias de Valladolid y Palencia. Trata de recrear el espíritu de los viejos tiempos del ciclismo a través de:

  • La utilización de tramos no asfaltados, que rozan los 50 Km en total.
  • El empleo de puntos de control en los avituallamientos completos, donde al estilo de las carreras de principios del siglo XX, los participantes deberán sellar su “PASAPORTE DEL CANAL”.
  • El compañerismo y espíritu cicloturista deberá primar en los tramos no asfaltados, ya que en los mismos no habrá asistencia mecánica a los corredores. (sí la habrá en el resto del recorrido, así como asistencia médica en caso de percance en todo el trazado de la prueba).
  • No habrá chips ni clasificaciones, lo que dota al GPCC de un espíritu cien por cien cicloturista.

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Bonita imagen de la carrera de 2012, gracias a Carmelo Ortega

En definitiva el GPCC ofrece un modelo de prueba innovador en nuestro país en el que las referencias al ciclismo de otros tiempos, a las clásicas y al espíritu cicloturista son fundamentales

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Plano del GP Canal de Castilla 2014, gracias a Carmelo Ortega

Ya he reservado en mi calendario el fin de semana del 5 de julio para participar en esta prueba. Veremos si después de la maratón soy capaz de ponerme con la bicicleta. Al menos debería, ya que de esta forma castigo menos la rodilla.

Comparativa por sexos

La hoja de cálculo que permite calcular el VDOT ofrece además diversas utilidades. Una de ellas es poder comparar las marcas de una determinada persona con otra de distinta edad y/o sexo.

Por ejemplo, algunas veces entreno con una amiga que basa sus entrenamientos en una marca de 46:57 conseguida en 10 km. Para esa marca, en esa distancia, las tablas de Daniels indican un VDOT de 43,1.

Con este VDOT se pueden extrapolar las marcas a otras distancias. Por ejemplo, ese VDOT se corresponde en una media maratón a 1:43:35. Obviamente, para conseguir esta marca hay que entrenar a los ritmos que marca Daniels y hacer entrenos de acuerdo a esa distancia. Quiero decir, si vas a correr una media, deberías entrenar distancias por encima de los 15 km algunos días.

Pues bien, si esta chica puede hacer esa marca en media maratón, podía compararla conmigo. Para ello se utiliza una de las utilidades de la hoja de cálculo, como se puede ver…

comparativa-sexos

Es decir, que ella debería andar por 1h43 y yo debería de hacerlo en 1h32 si estamos en un nivel de forma similar. Ya veremos si participamos en una media si Daniels tiene razón y los tiempos andan por ahí, aunque estoy casi seguro que ella está mejor que yo.

Hoy hemos salido con la tónica habitual, muy lentos en los primeros cinco kilómetros, que hicimos en 28:03 @ 5:37 min/km (aunque el GPS hizo una cosa rarísima y registró un primer kilómetro muy largo) y la segunda vuelta ya fui más rápido, un poquito más que el martes para ver cómo están las piernas. Esa segunda vuelta la hice en 21:59 @ 4:24 min/km, curiosamente, un par de segundos más lento de lo que debería llevar en una media ¡y hoy sólo eran cinco kilómetros!

En total fueron 10 km en 50:02 @ 5:00 min/km, acabando bastante satisfecho del entrenamiento.

Vuelta a las plantillas

El tratamiento de la condromalacia depende del origen específico del dolor. Si la causa es postural, se arregla fácilmente: ¡cambiando la manera de correr! Y en eso estamos.

Empecé con el tema de correr descalzo por el mero hecho de que para correr descalzo hay que hacerlo de distinta manera a como se hace cuando vas calzado. Lo mismo si llevas zapatillas minimalistas.

Tenía la costumbre, cuando iba con zapatillas, de alargar las zancada lo más posible para aumentar el ritmo y el aterrizaje lo hacía como aconsejan los «expertos»: con el talón y además con la pierna bien estirada.

El correr descalzo rompe completamente con esa manera de correr. Las zancadas deben ser cortas y de mucha frecuencia. El aterrizaje debe hacerse de metatarso y la rodilla debe estar flexionada.

Pude comprobar que esta manera de correr me venía de perillas para mi condromalacia, así que opté por aparcar mis zapatillas amortiguadas, mis plantillas y mis medias de compresión; sin embargo, la experiencia no ha sido satisfactoria. Al final he vuelto a mis zapatillas amortiguadas y luego a mis plantillas y a mis medias de compresión. Y he vuelto a ello porque mi tendón de Aquiles (y mi fisio) me lo aconsejan fervientemente. Y quizás a la fisio no la haga mucho caso, pero sí a mi tendón, que somos viejos amigos.

¿Ha sido todo en vano? No, rotundamente no. Ahora corro con los mismas «ruedas» que antes, pero la dinámica es absolutamente distinta. Y creo que se trata de eso. El debate no es correr descalzo o calzado, el quid de la cuestión es correr bien o hacerlo mal. Y creo sinceramente que el haber intentado correr descalzo me ha llevado a que ahora corro mejor, aunque lleve ese lastre en los pies. Ahora trato de aterrizar de metatarso, dar zancadas cortas y con mucha frecuencia y sobre todo trato de relajarme lo más posible. Y aunque sigo notando molestias en la rodilla, son muy leves.

Sinceramente, creo que no todo el mundo puede correr descalzo. Igual que a algunos le van bien las Nike y a otros fatal. Cada uno es de su padre y de su madre y corre como bien puede. Sólo hay que ver a distintos corredores para ver que cada uno tiene su manera de correr. Tengo claro que mi morfología no está hecha para correr descalzo.

Hoy nos hemos juntado cinco pradolongueros. Dimos una vuelta tranquilamente y en la segunda apreté un poco para ver si me sentía cómodo a un ritmo más elevado. Y la verdad es que fue una experiencia satisfactoria. En total completé 10 km en 50:27 @ 5:03 min/km, haciendo la primera vuelta en 27:51 @ 5:34 min/km y la segunda, en 22:36 @ 4:31 min/km.


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Una plantilla de perfil

¿Por qué las dietas habitualmente no funcionan?

Estuve escuchando el otro día una charla que hablaba sobre las dietas y los posibles motivos que provocan que no funcionen la mayoría de las veces. La ponente es Sandra Aamodt y la charla se puede escuchar aquí, el único problema es que es en inglés, aunque pueden ponerse subtítulos… también en inglés o en algún otro exótico idioma.

Cuento un poco lo que entendí, porque me resultó interesante.

La neurocientífica Sandra Aamodt habla por propia experiencia y se da cuenta que las personas que hacen dieta consiguen perder peso, pero que luego lo habitual es que lo perdido se recupere. Sostiene que es el cerebro el culpable de que las dietas fallen, más concretamente el hipotálamo que es el regulador del peso del cuerpo. Comenta que funciona como un termostato que depende de diversas señales químicas para ajustar el hambre, la actividad y el metabolismo. Su objetivo es tratar de mantener estable el peso del cuerpo.

Si una persona pierde peso, el cerebro actúa como si esa persona tuviese hambre y hace que los músculos quemen menos energía. El Dr. Rudy Leibel dice que si una persona pierde el 10% de su peso, quema entre 250 y 400 calorías menos. Eso es mucha comida. Esto provoca que una persona que ha seguido una dieta tenga que comer menos para mantener el peso que una persona que ya tuviese ese peso «toda la vida».

Por otro lado, una ganancia de peso temporal puede convertirse en permanente si dura unos años ya que el cerebro puede decidir que ese nuevo peso es el normal.

Desde un punto de vista de la evolución, los periodos de hambruna eran más habituales que los periodos de abundancia, por lo que la supervivencia de nuestros ancestros dependía en conservar la energía cuando no hubiese alimento y ganar peso en los periodos que sí los había para prepararse para la siguiente escasez. Es por lo tanto, es más efectivo para perder peso un cambio en el entorno alimenticio que la dieta. Sandra Aamodt dice que hay que comer conscientemente y no pensar en dietas.

En un estudio donde se compara el riesgo de mortalidad en y los hábitos saludables: comer frutas y verduras, hacer ejercicio tres veces a la semana, no fumar y beber con moderación. Se utilizaron tres grupos de gente: gente con peso normal, gente con sobrepeso y gente obesa. El estudio llega a la conclusión, que todo el mundo sabe, de que la gente obesa con hábitos poco saludables son las que tienen más probabilidades de estirar la pata, pero que simplemente cambiando los hábitos a más saludables, la esperanza de vida aumenta y que el peso no es un factor determinante. Lo más importante es tener un estilo de vida saludable. Es evidente -esto es de mi propia cosecha- que si llevas un estilo de vida más saludable el peso bajará sin quererlo.

Las dietas no son muy fiables, casi todo el mundo vuelve a recuperar lo perdido y un 40% gana incluso más. Es decir que a largo plazo, el resultado de una dieta es ganar más peso en vez de perderlo.

Si las dietas son un problema, ¿que se puede hacer? Según Sandra Aamodt sólo una palabra (en inglés mindfulness) o dos en castellano: conciencia plena. Atención y presencia activa y reflexiva. No es que haya que meditar o hacer yoga, sólo conocer las señales del cuerpo para comer cuando se tiene hambre y parar cuando se está lleno. Mucha ganancia de peso es debida a comer sin tener hambre.

¿Cómo hacerlo? Dándote permiso para comer tanto como se quiera y esforzarse en entender qué hace que tu cuerpo se sienta bien. Sentarse a comer sin distracciones. Pensar como se siente tu cuerpo cuando se empieza a comer y cuando se para. Y permitir que tu apetito decida cuando deberías comer. Comenta la ponente que ese aprendizaje le llevó un año, pero que realmente merece la pena. Ahora se siente más relajada respecto a la comida de lo que ha estado en su vida. Ya no recuerda que tiene chocolate en casa. Este enfoque probablemente no te hará perder peso si sigues comiendo sin tener hambre.

Los médicos no saben de cualquier enfoque que provoque una significativa pérdida de peso en un montón de gente y es por eso que se concentran ahora en evitar ganancia de peso en lugar de promover pérdida de peso. Seamos realistas: si las dietas funcionasen, todos estaríamos delgados. ¿Por qué seguimos haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes?

Las dietas pueden parecer inofensivas, pero que en realidad pueden hacer un montón de daño colateral. En el peor caso, arruinan vidas: la obsesión por el peso conduce a trastornos de la alimentación, especialmente en niños pequeños. En EEUU el 80% de las niñas de 10 años de edad dicen que han estado alguna vez a dieta. Nuestras hijas han aprendido a medir su valor utilizando una escala equivocada. Incluso en el mejor caso, la dieta es una pérdida de tiempo y energía. Se necesita fuerza de voluntad que se podría estar usando para ayudar a sus hijos con sus tareas escolares o para terminar ese proyecto de trabajo importante y debido a que la fuerza de voluntad es limitada, cualquier estrategia que se basa en su aplicación constante es casi seguro que eventualmente falle cuando la atención se mueva a otra cosa.

Por último, una última reflexión. ¿Y si dijeron a todas esas chicas que hacen dieta que está bien comer cuando se tiene hambre? ¿Y si les enseñamos a trabajar con su apetito en lugar de temerlo? Creo que la mayoría de ellas serían más felices y saludables y que de adultos, muchas de ellas probablemente serían más delgadas.

Entrenamiento pasado por agua

Llevamos unos cuantos días seguidos que no para de caer agua. Hoy las previsiones eran de agua casi todo el día, por lo que era indiferente la hora de salida, porque las probabilidades de mojarse eran cercanas al cien por cien.

Entre unas cosas y otras salimos a correr pasadas las doce de la mañana, muy tarde cuando se trata de una tirada muy larga. Suelo tratar de evitar el asfalto como la peste, pero con tanto charco no queda otro remedio que ir por algún tramo asfaltado si no quiere uno desquiciarse con tanto charco y tanto barro, así que decidimos hacer un recorrido mixto de tierra: un tramo por el Parque Lineal y otro por Madrid Río.

Estaba lloviendo cuando íbamos por el Parque Lineal y estaba de charcos como nunca lo había visto. De hecho, el entrenamiento parecía que se trataba de evitar charcos en vez de correr. Por Madrid Río la cosa era más sencilla porque era más fácil evitar los charcos y además no había mucha gente a causa de la lluvia.

De nuevo probé a utilizar el turrón de guirlache como combustible y no sé si funcionará, pero está un rato bueno. Por lo menos el entrenamiento largo es una buena excusa para comer dulces 😉 porque se hace un poco aburrido tanto kilómetro. Curiosamente, mi compañera pasó bastante sed, por lo que paramos en tres fuentes para hidratarnos. Resulta paradójico que haya que beber cuando está lloviendo, pero una cosa no quita la otra y siempre hay que tener en mente beber, que la deshidratación es uno de los enemigos más poderoso del corredor.

Entre el barro, los charcos y el asfalto en total han sido 27 km en un tiempo de 2:26:38 @ 5:26 min/km, rozando las dos horas y media que algunos entrenadores recomiendan no sobrepasar. Terminando además con buenas sensaciones y no muy cansados. La semana de entrenamientos de mi compañera ha sido para enmarcar. La veo francamente bien para la maratón. No puedo decir lo mismo de mí.

Como el viernes hice un entrenamiento duro, no era cuestión de pesarse el sábado, que es el día habitual para hacerlo, así que me subí hoy a la báscula. Marcaba 69,6 kg por lo que he conseguido llegar a un peso más razonable. A ver si sigo esta progresión y llego a la maratón con 67 o por ahí.

¡Tenían que haber sido dieciocho!

Ayer no pude salir, por lo que he salido hoy. Tenía que ir al polideportivo del Valle de las Cañas de Pozuelo así que había planeado una ruta que salía de casa y me llevaba a dicho sitio. El camino directo eran menos de los 18 km que tocaba hacer hoy, así que la ruta planeada daba una pequeña vuelta por la Casa de Campo.

Salí de casa poco antes de las cinco para que no se me hiciese de noche, con la digestión todavía sin hacer y eso provocó que fuese durante un montón de kilómetros incómodo con la tripa. Sobre la marcha, decidí cambiar la ruta que cuidadosamente había planeado, con la idea de hacer más kilómetros por la Casa de Campo y de esta forma pisar menos asfalto y más tierra; sin embargo, la modificación que se me ocurrió en el último momento provocó que hiciera muuuuuchos más kilómetros de los que tenía planeados, de los 18 km kilómetros que debería de haber hecho hasta los 24 km que al final hice.

Pero el mayor problema no fueron los kilómetros de más, lo peor fue lo de la digestión, que me estuvo dando guerra la mayor parte del entreno. A eso se añadió la lluvia, que aunque muy fina no cesó en todo el tiempo, el barro que había en algunas zonas de la CdC y que se hizo de noche en el tramo que menos conocía: la salida de la CdC hasta el polideportivo del Valle de las Cañas. Todo junto provocó que sufriera de lo lindo en las dos horas que estuve desgastando zapatilla.

Fue uno de esos entrenos asquerosos que estás deseando acabar casi desde el comienzo, pero que en este caso no quedaba más remedio que terminar porque me esperaban en el final. De todas formas, de cara a la maratón, no viene mal este tipo de recorridos duros porque enseñan a la mente a sufrir cuando la cosa se pone fea, que no es una situación rara en los cuarenta y dos kilómetros.

Cuando llegué a casa, me subí a la báscula por curiosidad y marcaba 68,1 kg que son ¡dos kilos menos que el sábado pasado! Sin duda, el entreno había dejado huella en mi cuerpo.

Lo dicho, el entreno ha consistido en 24 km que he realizado en un tiempo de 2:08:59 @ 5:22 min/km.

Hoy hace nada menos que 28 años que falleció mi padre. Sigue presente en mi memoria.

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Febrero del 58 en un vehículo de última generación

Cambiando de tema

Con la entrada del año 2014 he decidido cambiar, una vez más, el tema del blog. Ahora utilizo uno que se llama Twenty Twelve. Me parece muy simple y funcional. Creo que en su simpleza está su belleza. Espero que les guste también a los lectores. Ya de paso he aprovechado para poner un banner del estanque del parque de Pradolongo, muy bucólico.

Mirando hacia atrás, dando un repaso a los temas utilizados, recuerdo que empecé con uno muy simple llamado Kubrick, luego pasé a Misty Lake y de ahí al que acabo de sustituir, que no es otro que Retro-fitted.


Después del incidente con el perro salí junto con Miguel a hacer unos kilometrillos esperando que diesen las siete de la tarde y llegasen los demás pradolongueros. Luego nos pusimos todos juntos a trotar. En mi caso, sin muchas ganas de acelerar el paso, que ya llevaba el corazón acelerado por lo pasado.

La zona que quedó a oscuras hace unas semanas sigue igual, por supuesto, así que hacemos un pequeño apaño para ir por donde hay luz. Esto obliga a pasar por hacer algunos recorridos de ida y vuelta, no es que eso sea muy grave, sólo algo más monótono.

Llevaba prisa por terminar, así que sólo hice 7 km en un tiempo de 41:23 a un impresionante ritmo de 5:55 min/km. Una verdadera jornada de recuperación.

¿Y por qué llevaba prisa por terminar? La foto tiene la respuesta.

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¿Son compatibles los perros y los corredores?

En mi larga experiencia como corredor he presenciado multitud de incidentes donde se han visto implicados perros y corredores, debido principalmente al hecho de que el perro está suelto y se abalanza contra el corredor. Hace unos años relataba uno de los que fui testigo, pero esta tarde he vivido en primera persona una experiencia lamentable con un perro.

Hoy salí un cuarto de hora antes de la hora de encuentro porque tenía cosas que hacer después y no tenía mucho tiempo. Nada más empezar mi entrenamiento por el parque de Pradolongo un perro se abalanzó sobre mí. Hábilmente lo esquivé y seguí corriendo, pero el perro me perseguía pegado a mis talones. Paré en seco y le grité: ¡Estate quieto chucho!

En ese momento un individuo que estaba sentado en un banco, que parece ser era el novio de la dueña del perro, se acercó a mí voceando: ¡te voy a arrancar la cabeza, gilipollas!

Lo normal hubiera sido seguir corriendo e ignorar sus amenazas, pero por algún extraño motivo me detuve a tratar de entender qué extrañas razones le motivaban a insultarme y amenazarme de ese modo.

El individuo se encaró conmigo y me repitió una vez más que me iba a arrancar la cabeza porque le había faltado el respeto a su novia. En un principio entendí que la novia era la dueña del perro, pero quizás no era así.

En ese momento llegó Miguel, uno de los compañeros pradolongueros habituales, y ya empezó una discusión a varias bandas. Yo insistía que el perro debería ir atado y el bando contrario opinaba que el que debería ir atado era yo o quedarme en casita, que me había puesto muy exaltado porque un cachorrito me perseguía.

Resulta complicado distinguir si el perro que te persigue es un cachorro o tiene varios años de edad, sobre todo porque está detrás de ti y la iluminación del parque de Pradolongo deja mucho que desear como así lo he expresado montones de veces en este blog y poniendo quejas al ayuntamiento. Lo que sí puedo decir es que el perro no era precisamente pequeño de tamaño, que tenía al menos medio metro de altura.

Me comentó, una vez más, que me iba a arrancar la cabeza y que no lo hacía porque tenía antecedentes. Yo dije que le iba a denunciar por llevar el perro suelto (ahora me doy cuenta que quizás debería denunciarle también por amenazas).

Quizás esa obsesión por desprender la cabeza de mi cuerpo era debida al estado en el que se encontraba porque ya antes del incidente pude notar el olor característico que desprenden los porros. En plena discusión pude ver que el olor era debido al canuto que llevaba entre los dedos. Le hice ver que estando drogado era difícil hablar con objetividad a lo que me respondió que él era más hombre estando fumado con veinte años que yo con mis cuarenta. Aquí me descuadró un poco porque no entendí la relación de una cosa con la otra.

La discusión acabó con la novia diciéndome de muy malas maneras: ¡qué te pires, qué te pires! A lo que contesté que me iría cuando quisiese no cuando ella lo dijese. Miguel me insistió que nos fuéramos porque tampoco íbamos a conseguir nada estando ahí parados. Así que al final me puse a correr con el corazón desbocado como si hubiese corrido un mil quinientos a muerte.

Cuento todo esto para desahogarme, porque lo importante no es lo que me haya pasado, sino la situación que ya se está convirtiendo en habitual. En el parque de Pradolongo y en el Parque Sur (e imagino que en multitud de parques) resulta lo más normal del mundo ver perros sueltos correteando como si tal cosa mientras que los dueños de los perros departen sobre sus temas. Como los perros están sueltos es normal que se crucen en tu camino, pudiendo provocar como mínimo una caída o algo peor.

¿Tienen los perros más derechos que los corredores a compartir un espacio público?

¿Es muy complicado llevar al animal de la correa? Hay que tener en cuenta que la normativa del ayuntamiento de Madrid dice explícitamente: En espacios públicos y privados de uso común los animales deben circular acompañados y conducidos mediante cadena o cordón resistente que permita su control.

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Imágenes como esta se ven todos los días por Pradolongo y calles adyacentes

¿Llegará un momento en el que los corredores y los perros puedan compartir un espacio común sin que el corredor se vea amenazado por el perro o por el dueño del can?

Lo veo complicado.

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Sigo prefiriendo a estas adorables criaturas