Resulta curioso que a estas alturas de la vida tenga posibilidad de acercarme a esa barrera mítica (para el corredor popular) de los cuarenta minutos. Y es que después de Akiles veo factible hacerlo. Luego en carrera, ya veremos.
Pero antes que nada, decir que la báscula ha marcado 70,2 kg por lo que ya son más de seis kilos con les que he perdido desde mediados de octubre. Parece una bobada, pero cuando corro me noto muy ligero y eso se nota cuando quieres ir más deprisa.
Aranjuez siempre me ha gustado, he de reconocerlo, y es que desde que empecé en el mundillo de las populares, sólo me he perdido las ediciones de 1998 y 2000. Además siempre ha sido una carrera especial porque debido a sus fechas habitualmente hemos aprovechado esta carrera para quedarnos a comer y celebrar, de alguna manera, las navidades.
Mañana sería, por tanto, la duodécima vez que participo en esta carrera y estos son los tiempos que he realizado en anteriores ediciones.
Como todos los años, nos hemos reunido un buen grupo de compañeros corredores para celebrar la Navidad en un bar del barrio. Ya queda lejos aquellos años que tomábamos lo que llevaba cada uno a la intemperie. Ahora estamos calentitos en el bar y como casi siempre, dimos buena cuenta de todas las viandas que pasaron por la mesa, aunque algo quedó…
Creo que este año nos hemos juntado un buen grupo, más gente que nunca, como atestigua la foto.
Además hemos convencido a Emilio II para que se apunte a Vicálvaro, por lo que somos unos cuantos los que vamos: los dos emilios, Quique, Miguel, Ninfa y un servidor. Una buena representación, aunque no tan numerosa como Aranjuez.
Habitualmente, martes y jueves solemos dar dos vueltas a Pradolongo. Lo normal es que sea una primera vuelta tranquila y la segunda más fuerte. Sin embargo hoy, hemos decidido hacer un entrenamiento diferente, haciendo cambios de ritmo en esa segunda vuelta. Eran tres cambios de ritmo yendo tres minutos fuerte y dos y medio suaves, aunque como nos ha sabido a poco, la última cuesta la hemos hecho también fuerte. Tampoco he querido emplearme demasiado a fondo para no castigar las piernas de cara a la carrera de Aranjuez.
Además en la primera vuelta hemos roto nuestro habitual circuito para ir a reservar al bar donde mañana celebraremos la Navidad los pradolongueros.
El domingo pensaba que Akiles era la segunda carrera que más veces había corrido, sin embargo, acabo de darme cuenta de que es Aranjuez la segunda, ya que he participado once veces desde aquel lejano diciembre de 1996.
Eso dice el refrán popular. Y es que el día de Santa Lucía, el 13 de diciembre, se supone que marca un cambio de tendencia. Los días se han ido acortando hasta esta fecha y a partir del 13, empiezan a aumentar las horas de luz. Y se agradece.
Para celebrar el cambio de tendencia y aprovechando que tenía las piernas cansadas del domingo, nada mejor que un entrenamiento a ritmo relajado. Dos vueltas a Pradolongo charlando con unos y con otros. Por cierto, hoy hacía bastante fresquete. Cuando he llegado a casa, cero grados (podía hacer el chiste que ni frío ni calor, pero está ya muy visto).
1ª vuelta (5 km): 28:34
2ª vuelta (5 km): 28:30
Total (10 km): 57:05
Y, sorpresa, hoy lucía el parque de Pradolongo con -casi- todo su esplendor. Parece que por fin han arreglado parte del problema de iluminación. ¿Habrá servido de algo las quejas/reclamaciones?
En una mañana fresquita, pero no tanto como decían las previsiones, un trío de pradolongueros nos hemos dado cita para correr la que es, sin lugar a dudas, la carrera más bonita de cuantas se celebran en Madrid. Se trata del Trofeo Akiles, una carrera ya veterana organizada por el Club Akiles de Atletismo. Y para mí, un año más puedo decir que la organización ha rayado casi en la perfección. Tan «casi» que no se me ocurre ninguna pega que poner… ¿quizás un poco escasa la bolsa del corredor? Pero eso son menudencias.
A eso de las ocho y media llegábamos al aparcamiento habilitado por la organización para este evento, cuando todavía no había prácticamente coches. Carlos, un buen amigo de Emilio II, nos acercó generosamente en su coche ¡¡¡muchas gracias Carlos!!! Y en su coche compartimos asiento con su perro, que también iba a meterse entre pecho y espalda los 10 km, aunque Carlos ya nos advertía que eso era pan comido para su can.
Con tanto tiempo por delante, pudimos recoger chip y dorsal sin ningún problema. Estando en esos menesteres, me encontré con Rafael, hermando de Juan Ignacio y estuvimos un buen rato charlando. Viendo el frío que hacía entramos en uno de los quioscos que hay junto al lago y estuvimos tomando café para no quedarnos fríos. La verdad es que me sentó de vicio ese cafetito con leche calentito.
Sobre las nueve y cuarto fuimos al guardarropa a dejar la bolsa con la ropa y nos pusimos a calentar, no sin antes hacer una parada a saludar a los compañeros de MaraTI+D. Allí ya cada uno se fue por su lado, pero Quique me acompañó y después de saludar seguimos calentando, haciendo unos progresivos para poder salir ya con las pulsaciones altas y los músculos calientes. Al poco coincidimos con Ninfa y Emilio que venían de hacer una cabaña. Ambos con los cuadriceps algo agujeteados después del cross de Patones que corrieron el día anterior; sin embargo a Emilio II y Carlos no parecía importarles haber corrido ayer y allí estaban dispuestos a tomar la salida.
Me coloqué junto a Emilio y Quique cerca de la línea de salida y cuando sonó el pistoletazo salimos a toda pastilla, como si nos fuese la vida en ello. Quique se marchó en el primer metro y Emilio se descolgó al paso del primer kilómetro. En ese momento me pasó Ambrosio como un ciclón. Este hombre es incombustible.
En esos primeros kilómetros no me encontraba demasiado bien, ya que todavía tenía el desayuno en la boca ¡¡¡y eso que había desayunado dos horas y media antes!!! Aunque iba a buen ritmo, tenía la sensación de que lo iba a pasar mal, pero seguía apretando.
Después de pasar el tramo más complicado y empezar a bajar del cerro de Garabitas, pasamos por el kilómetro cinco. En ese momento miré el reloj y me pareció que marcaba 21:47, por lo que me parecía complicado llegar a los 42:00. Eso me azuzó y apreté un poco más en la bajada, aunque controlando un poco para no desbocarme en ese terreno tan favorable.
Después de bajar Garabitas vi a Esteban animando al personal y me indicó que Quique estaba cerca. Sabía que muy cierto no podía ser, pero me motivó aún más. Seguía buscando en la lejanía la espalda de Quique, pero al que vi fue a Ambrosio, que se convirtió en mi objetivo. Veía que poco a poco le iba comiendo el terreno. Y sobre el kilómetro 8,5 le pude pasar. En esos momentos iba eufórico porque algunos kilómetros (los más favorables) los había pasado a menos de cuatro minutos.
Pasando el nueve, el terreno es ligeramente descendente y ahí eché toda la carne en el asador. Por megafonía iba oyendo que el tiempo era inferior a cuarenta minutos y eso me iba motivando cada vez más. De hecho, me parecía imposible que así fuese porque eso indicaba que no sólo podía bajar de 42 minutos, sino ¡¡¡que podía hacer mi mejor marca personal!!! Y así fue, entré en meta más feliz que unas castañuelas con un tiempo bruto de 40:53 y neto de 40:48, bajando mi mejor tiempo, que databa de 1999, en 51 segundos. Brutal, el subidón que me dio cuando entré en meta fue brutal. Ni en mis mejores sueños se me hubiera ocurrido que en Akiles fuera a hacer mi MMP. Y no sólo eso, sino que en Aranjuez pienso rebajar ese tiempo, optimista que es uno…
Lo mejor es que salimos todos contentos. Quique porque había conseguido bajar de 40 cuando había pasado una noche fatal debido a las toses. Emilio porque había hecho 43 después de correr en Patones y yo porque uno no consigue MMP todos los días. Un día redondo.
Mañana es el trofeo Akiles, hoy salgo a correr con la idea de soltar un poco las piernas de cara a mañana. He salido con Fran que cada vez está más perro, al paso que va sólo va a correr cuando vaya a una carrera. La idea es hacerlo lo más tranquilo posible, por lo que su compañía es perfecta.
Hemos dado dos vueltas a Parque Sur, totalizando 6 km y yendo a un ritmo cercado a los 6 min/km, ideal para no machacarse las piernas. No sé si lo que estoy haciendo es apropiada para mañana o es mejor no hacer nada o es mejor hacer otra cosa. De momento probaré esto a ver que tal me va.
Es Akiles la carrera que más veces he corrido después de Mapoma, en total diez participaciones, que serán once si consigo terminar la carrera. Espero que sí. Y además confío en hacer mi mejor marca en esta carrera que ahora mismo es de 42:48 de hace tres años, ya que pienso que puedo hacer cerca de 42 pelaos.
Estos son los tiempos que he realizado en todas las ediciones del Trofeo Akiles en las que he participado:
Hoy tocaba, como todos los sábados, control de peso. Estoy bastante contento con el resultado porque la báscula marcaba 70,8 kg. Yo pensaba que me iba a resultar imposible llegar a 69, pero ahora lo veo factible, aunque la Navidad se va a encargar de romper la progresión. En total desde que empecé con el plan de adelgazamiento, he bajado 5,5 kg.
Ayer tuve un mal día en el trabajo, luego por un malentendido llegué media hora tarde al entrenamiento, por lo que cuando empecé a correr estaba algo nervioso. Normalmente hacer deporte suele calmarme bastante, sin embargo, ayer no fue así y cuando terminé seguía nervioso. Pero bueno, ya me calmaré.
Como llegué media hora tarde, me encontré con mis compañeros cuando me quedaba poco para llegar al primer kilómetro. Ahí me uní a ellos y completé esa primera vuelta en compañía. Luego hice la segunda solo. En un principio tenía pensado hacer esa segunda vuelta sobre 4:30 para ver las sensaciones de cara a la carrera del domingo, pero en vista de lo mal iluminado que está el parque decidí rodar tranquilamente y procurando fijarme bien donde pisaba.
Con eso de los nervios olvidé comentar a los compañeros que habíamos quedado el sábado a las 18:00 en el Decathlon. Se lo recordaré vía sms.
Acabo de inscribirme vía web para la VII Carrera Popular del Aceite, que se celebrará el 26 de diciembre en mi pueblo. Creo que es la única carrera que se celebra en mi pueblo, así que voy a aprovechar para conocer el evento. La inscripción es gratuita y el recorrido es de sólo 5 km. Lo mejor son los premios, porque aunque no pueda alcanzar ninguno, me sé de algunos que sí podrían. Los premios, según dicen en la web son:
SENIOR
1º Trofeo + Giralda + 25L de aceite
2º Trofeo + 25L de aceite
3º Trofeo + 20L de aceite
4º 15L de aceite
5º 10L de aceite
6º-10º 5L de aceite
VETERANOS A Y B
1º Trofeo + Giralda + 25L de aceite
2º Trofeo + 25L de aceite
3º Trofeo + 20L de aceite
4º 15L de aceite
5º 10L de aceite
Es una buena ocasión para que algunos de mis compañer@s pradolonguer@s puedan llevarse aceite para una buena temporada. Espero convencer alguno para que participe.
Aprovechando que es festivo he salido por la mañana, con la idea de hacer cambios de ritmo de cara al Trofeo Akiles del próximo domingo. He hecho los primeros 4 km a ritmo tranquilo y poco después de pasar ese punto kilométrico, en la cuesta, he hecho el primer cambio. En la segunda vuelta he tratado de hacer un cambio de ritmo en cada uno de los kilómetros, por lo que han sido en total seis cambios. Alguno de ellos se me ha hecho algo largo, quizás me he puesto a tope demasiado deprisa, una cosa que debo corregir.
Una pena no haber podido ir a la Casa de Campo donde creo había una gran representación pradolonguera. Otra vez será.
Hoy tocaba día largo y decidí hacerlo cerca de casa. Así que estuve haciendo unos kilómetros en Pradolongo (10 km) y otros pocos en Parque Sur (6 km), combinando los dos parques y totalizando 18 km entre idas y vueltas. Lo cierto es que acabé algo cansado y eso que fui despacio, sin forzar durante todo el recorrido. El tiempo fue de 1:38:59 lo que indica un ritmo de 5:30. Buen ritmo para un día largo.
Cuando escribo estas líneas acabo de leer un comentario de Emilio II donde dice que Ninfa ha ganado la carrera de Barajas. Desde luego es una auténtica campeona. Enhorabuena.
Ninfa toda feliz con su trofeo, rodeada de pradolongueros, foto cortesía del blog de Macu