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El 19 de agosto a las 21 horas comenzó una prueba ciclista de 1200 km -sí, habéis leído bien, no se me ha escapado ningún cero, mil doscientos kilómetros- donde los participantes salían de Madrid, en concreto de Algete, iban hasta Gijón y volvían. Además el recorrido hay que realizarlo en menos de 90 horas, es decir, en menos de tres días y dieciocho horas.

Julián Sanz fue el participante que tardó menos tiempo, lo hizo en cincuenta horas y catorce minutos, bajando ocho horas el anterior registro. Pero esta entrada no es una loa al ganador, sino a todos los ciclistas que participaron en la prueba, demostrando que un ciclista preparado puede hacer «burradas» sobre la bicicleta sin recurrir a ayudas externas no permitidas.

Ya aprovecho para rendir homenaje a dos amigos que participaron en la prueba: Miguel Angel García Expósito y Juan Coca Cuesta. Compañeros, me postro de hinojos ante vosotros por vuestra hazaña, tenéis toda mi admiración.

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Es por estas cosas que me revienta el sambenito que se ha colgado a los ciclistas de que necesitan doparse para poder realizar una carrera por etapas. No señor, un deportista no necesita el dopaje para realizar su trabajo, aquel que lo hace es porque trata de llegar antes que los demás a toda costa, no por la dureza intrínseca del recorrido. Así que, por favor, dejen ya de decir que los ciclistas se dopan porque es imposible realizar los recorridos a base de espaguetis. Y alaben estas hazañas realizadas por ciclistas anónimos.


Hoy hemos salido en bici, pero nosotros, más modestos, sólo hemos hecho 23,4 km en un tiempo de 1:08:23 @ 20,6 km/hora. Han sido las tres vueltas al circuito de triatlón en el que mi compañera de entrenamientos participará el próximo septiembre.

Aprendiendo del maestro

Hoy he quedado con Javier para hacer unos kilómetros minimalistas juntos, con la idea de observar la manera de correr. Ya quedamos la semana pasada para grabar mi estilo y hoy era más para ver durante más tiempo cómo corro. Javier ha realizado una transición de libro, adaptándose a la perfección a esta nueva manera de correr.

Me comentó un par de cosas que le pareció que no hacía bien: correr de puntillas en algunos momentos y correr algo tenso. Cierto es que son cosas que ya había observado yo mismo, pero no está mal que te lo digan.

Por el otro lado, yo creo que él lo hace muy bien, le veo relajado y creo que la pisada es buena y que consigue algo que a mí me resulta difícil: pisar justo debajo del centro de gravedad. Como él dice, no se ve los pies al correr.

El caso es que hablando con los compañeros, vas charlando y eso hace que vayas más relajado. Y así, a lo tonto, completé tres kilómetros corriendo y en ese punto decidí dejarlo más por precaución que por otra cosa. El ritmo fue muy tranquilo, como debe ser en esta etapa de adaptación, rondando los seis minutos por kilómetro, pero ya habrá tiempo de aumentar la frecuencia de zancada.

Lo peor es que la molestia en el talón del pie derecho sigue ahí, no consigo que remita. El caso es que corriendo y después, duele, pero luego al día siguiente se va pasando y cuando vuelvo a correr otra vez, ya casi ni molesta. Hasta que empiezo de nuevo a correr y vuelve otra vez el ciclo. Tendré que visitar a Josefa de nuevo o a un masajista para ver si me descarga esa zona.

Después de completar los tres kilómetros, en poco menos de 18 minutos, continué andando la vuelta a Pradolongo para completar más o menos cinco kilómetros.

Por otro lado, tengo que realizar un apaño en la bicicleta para fijar una cámara y grabar mi carrera en paralelo, para observar mejor mi técnica de carrera. Veremos qué se me ocurre.

Combinando dos especialidades

Ayer sábado íbamos a salir con la bici, pero al final se nos hizo tarde, así que hemos dejado para hoy domingo la salida. Pero también tenía planeada una salida a pie, así que he probado a hacer ambas cosas.

A eso de las diez y media salimos hacia San Martín de la Vega por el carril bici. Subimos la Marañosa y en vez de darnos la vuelta en el alto, bajamos hasta el cruce de la Warner y allí nos dimos la vuelta. Como no queríamos hacer muchos kilómetros, no llegamos hasta San Martín de la Vega, así que hicimos a la ida poco más de 24 km. Como luego volvimos por el mismo camino, totalizamos más de 48 km sobre la flaca. Reconozco que llegué a casa bastante fundido. Tengo que agenciarme una bicicleta de carretera ya mismo, que resulta complicado tratar de seguir los pasos de una de carretera con una montangüai.

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Subiendo la Marañosa por el carril bici

Lo dicho, llegué a casa bastante cansado. Guardé la bici, me cambié de vestimenta, estiré un poco y salí a correr al parque. Primero anduve un kilómetro y luego empecé a correr los doce minutos de rigor. Las molestias que tuve en el gemelo el último día de carrera ya eran inexistentes, aunque el talón del otro lado me molestaba algo todavía y eso que había empezado a embadurnarme con crema Fisiocrem y a estirar y masajear el tendón de Aquiles.

Esas ligeras molestias no impidieron que completara esa docena de minutos, en los que hice un primer kilómetro en 5:50, un segundo en 5:31 y cien metros más corriendo. Es decir, que por primera vez he conseguido sobrepasar los dos kilómetros con zapatillas minimalistas.

Cuando iba corriendo pasé por una zona que estaba embarrada. Después de realizar la carrera, me acerqué por el barro para examinar la pisada. Sólo se veía impreso en el barro la parte delantera de la zapatilla, nada del talón. Quizás eso indique que piso demasiado de puntillas y que no planto el talón, que debería hacerlo suavemente.

En resumen, el entrenamiento consistió en ir hasta el cruce de la Warner, volver y el entrenamiento a pie.

Cuando volví de vacaciones, el lunes pasado me pesé y me llevé la desagradable sorpresa que sobrepasaba los 70 kilos, en concreto, 70,2 kg. Esta semana me lo he tomado en serio lo de la alimentación y ayer sábado ya estaba en 69,2 kg. Lo que implica un kilo menos. Ya me quedo más tranquilo, pero tengo que seguir controlando.

Primer encuentro minimalista pradolonguero

Mantengo con Javier una relación de amistad más cibernética que personal y eso que ambos transitamos por el parque de Pradolongo con frecuencia; sin embargo, hoy había quedado con él para intercambiar impresiones sobre el minimalismo, algo que ambos practicamos, aunque él más que yo, porque todavía ando en los preliminares.

Ando dando vueltas a la pisada, ¿lo hago correctamente? ¿Piso demasiado de puntillas? ¿O por el contrario sigo talonando? Esas interrogantes sólo pueden resolverse si otra persona ve tu forma de pisar. Había quedado con él que me grabara «en plena acción» para poder luego mirar con más detenimiento la pisada. Y eso fue lo que hicimos, llegué minutos antes al punto de encuentro, hice poco más de un kilometrillo andando y después de saludarnos me puse a correr, en una primera pasado más tranquilo y en una segunda, algo más deprisa.

Ritmo normal: http://www.youtube.com/watch?v=hEZlfDZhRD8

Ritmo más rápido: http://www.youtube.com/watch?v=BJdcbHmwXM8

Después de la grabación Javier tuvo que irse y yo comencé con los diez minutos que correspondían. No sé si iba demasiado deprisa, pero poco antes del primer kilómetro empecé a tener molestias en el gemelo de la pierna izquierda, lo mismo que me pasó en la playa, y al terminar también me molestaba el talón del pie derecho. Todo un poema. A veces pienso que el minimalismo no está hecho para mí.

Al acabar de correr, estiré un poco, me masajeé las partes afectadas y estuve andando hasta completar dos kilómetros y medio más. De esta forma completé 5,5 km en un tiempo de 52:11.

Que no se nos olvide montar en bici

Llevábamos ya unas cuantas semanas sin montar en bicicleta, así que hoy hemos optado por entrenar en bici en vez de hacerlo a pata. Cuando has montado muchos años, los automatismos de montar en bicicleta los tienes asimilados y lo haces sin querer: subir piñones cuando se pone la carretera para arriba, lo que implica dar a la maneta de una determinada manera, etc.

Si no has montado mucho, hay que tener en la cabeza todo ese tipo de cosas y pensar mucho antes de darle a la maneta. Que si la izquierda es para las coronas, que si la derecha para los piñones, que si la grande es para subir dientes, que si la pequeña para bajar, etc.

Hoy hemos montado las bicicletas en el coche y con el vehículo de cuatro ruedas nos hemos acercado hasta el lago de la Casa de Campo, donde hemos empezado a dar pedales, tratando de seguir, una vez más, el circuito de triatlón. Saliendo de Lago, enseguida hay una cuesta corta, pero de pendiente considerable. Ahí es donde entran en juego los automatismos aprendidos con la práctica y donde se nota si tienes la habilidad suficiente para manejar los piñones y coronas con soltura. Y ahí es donde he visto que mi compañera de entrenamientos todavía anda algo pez en estas lides. Después de un par de semanas sin coger la bici, ya no recordaba cómo se subían o bajaban piñones, que si la izquierda, que si la derecha, que si para arriba, que si para abajo, …

Por fortuna, es algo que se aprende fácil y que en no muchas salidas se asimila. Así que espero que cuando llegue el día del triatlón ya lo haya interiorizado.

Hicimos tres vueltas al circuito, buscando en cada ciclista con el que nos cruzábamos la cara de Javier, pero no conseguí encontrarle, así que fuimos a nuestra bola. Comprobé que mi compañera sube cada vez mejor Garabitas… o que yo estoy bastante peor.

Dando esas tres vueltas completamos 24 km en un tiempo de 1:14:48 a una velocidad media de 19,3 km/hora. Algo lentos, pero lo importante es volver a coger las sensaciones. Ya habrá tiempo de ir más deprisa.

Adaptación, que no transición

Después de algo más de un año con molestias en la rodilla izquierda, decidí ir al médico. Una semana antes de la maratón de Madrid me diagnosticaron una condromalacia rotuliana, que no es otra cosa que desgaste del cartílago. Una de las causas posibles de este desgaste puede ser postural y es muy posible que por allí vayan los tiros, ya que he comprobado que utilizando la técnica de correr de metatarso, que implica llevar la rodilla ligeramente flexionada, la molestia desaparece o al menos se minimiza. Así que decidí después de la maratón aprender a correr de esta forma. Además voy a eliminar al menos una sesión de entrenamiento corriendo y hacer bicicleta o nadar o no hacer nada.

Mirando en internet, encontré un plan para realizar la transición de zapatilla amortiguada a zapatilla minimalista o descalzo y empecé a seguirlo, pero realmente lo que estoy haciendo no es una transición -ya que tengo olvidadas las amortiguadas desde hace meses- sino una adaptación de los músculos a la nueva forma de correr, por lo que veo más interesante seguir este otro plan que está diseñado para empezar desde cero con zapatillas minimalistas… o descalzo. Así que esta semana, en vez de seguir la semana octava del plan de transición me paso a la semana cinco del plan de adaptación que supone correr 8, 10 y 12 minutos

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De vuelta a Pradolongo he recorrido 6,47 km, de los cuales 5 km andando y 8 minutos corriendo. Curiosamente andando no iba nada fino, pero corriendo me he sentido francamente bien.

Vacaciones en Gran Canaria

Este año hemos elegido Gran Canaria como destino de vacaciones. En concreto hemos ido a parar a Puerto Rico, al que no hay que confundir con el estado caribeño. Puerto Rico es una localidad turística perteneciente al municipio de Mogán, situado al sur de la isla. Es un sitio que está considerado entre los mejores del mundo por su temperatura y humedad estables, así como la protección contra los constantes vientos típicos de la isla que brinda la orografía circundante.

Las dos semanas de vacaciones coinciden con la sexta y séptima semana de la transición. En la primera toca correr diez minutos y en la segunda, no correr nada. Ahora bien, como la semana pasada sólo pude correr dos días, considero el lunes como de la semana quinta y miércoles, viernes y domingo como semana sexta y ya vuelvo a la segunda semana de vacaciones coincide perfectamente con la séptima de transición

Como hago últimamente, empiezo con unos estiramientos, hago unos kilómetros andando y después los minutos que correspondan corriendo. Termina la cosa haciendo otra vez estiramientos algo más exhaustivos que los del comienzo.

Los recorridos durante estas dos semanas consisten en ir desde la playa de Puerto Rico hasta la playa de Amadores por un bonito paseo que comunica ambas playas. Haciendo algún kilometrillo por el puerto de Puerto Rico y prolongando el paseo después de la playa de Amadores hasta el barranco del Lechugal se pueden hacer unos cuantos kilómetros más. Todos los entrenamientos los he realizado por estos caminos/paseos.

En el paseo se podían encontrar lagartos en cantidad, de un color que se confundía perfectamente con la roca volcánica donde viven.

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Lunes 5 de agosto: 7,7 km, de los cuales 6,5 km andando + 7 min corriendo. Voy andando hasta una rotonda donde está un cartel que anuncia la población Tauro. Ahí me doy la vuelta hasta la playa de Puerto Rico. Se me ocurre hacer los minutos corriendo en la playa, pero al correr por allí acabo con molestias en el gemelo de la pierna izquierda, quizás por correr demasiado deprisa o por la superficie.

Lo que más me gusta de ir a la playa es que después del ejercicio el baño sienta de miedo…

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Miércoles 7 de agosto: 8,1 km, de los cuales 6,5 km andando + 10 min corriendo. Hoy me tomo la carrera con mucha tranquilidad (media de 6:24), nada de apretar, que noto el gemelo todavía demasiado tenso. Hoy sólo llego hasta el final del paseo que hay después de la playa de Amadores, pero prolongo la tirada por el puerto de Puerto Rico para hacer algún kilometrillo más.

Viernes 9 de agosto: 9,8 km, de los cuales 8 km andando + 10 min corriendo. Igual que el miércoles, voy muy despacio en la carrera (media de 6:25) para no forzar el gemelo, que me sigue molestando. He visto un sitio en la playa donde dan masajes, quizás mañana me paso por allí para ver si me pueden aliviar la molestia. Para hacer más kilómetros, sigo hasta un poco más allá del restaurante Guantánamo, que tiene muy buena pinta (fuimos a visitarlo días después y nos encantó) y prolongo también por el puerto.

Sábado 10 de agosto: masaje playero. En la playa de Puerto Rico dan masajes de todo tipo por un precio bastante económico. Aprovecho para utilizar estos servicios y creo que me ha venido francamente bien, noto el gemelo mucho mejor, parece que Paolo sabía lo que se hacía.

Domingo 11 de agosto: 8,2 km, todos andando. Hoy prefiero no correr ya que tengo los músculos algo doloridos del masaje de ayer. Mejor que la recuperación siga su curso. Además, la semana que entra es la séptima y en esta semana no hay que correr. Así que voy a cambiar hoy domingo que debería correr por el martes que no debería. El recorrido ha sido similar días anteriores, pero llegando al barranco del Lechugal me meto por debajo y al otro lado de la carretera llego a un campo de golf que parece estar en construcción. Me doy un garbeo por la zona que no está construida del campo de golf y contemplo asombrado el contraste de lo verde del campo de golf con la sequedad de las zonas de alrededor.

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Martes 13 de agosto: 10,4 km, de los cuales 9 km andando + 10 min corriendo. Hago los diez minutos corriendo muuuuuuy despacio, ya que no quiero forzar los gemelos lo más mínimo. De esta forma compreto únicamente 1,46 km corriendo a una media de 6:41 min/km. El recorrido es muy similar al del día anterior, por el campo de golf, pero esta vez nos detiene un vigilante indicándonos amablemente que salgamos del recinto, que si no hemos visto la señal de prohibido. Pues no, no la hemos visto porque no hay ninguna señal indicándolo. Me jode lo de este tipo, siempre me ha puesto de muy mala leche eso de poner puertas al campo, pero muy obedientemente salimos del campo de golf, cosa que ya estábamos haciendo.

Jueves 15 de agosto: 7,39 km (según el móvil) o 7 km (según el Forerunner). Inmerso ya en la séptima semana, hoy sólo he andando. Además, al contrario que los días anteriores en Gran Canaria, he salido por la tarde cuando caía el sol, por lo que he podido contemplar un bonito atardecer desde la playa de Amadores.

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Sábado 17 de agosto: 8 km andando. He salido con el Forerunner y con el móvil, en este caso un Geeksphone Peek. He podido comprobar que el GPS de este móvil es más preciso que el GPS del Samsung Galaxy S que he llevado los otros días. El único problema que he detectado con este móvil es que al tratar de hacer una foto con la aplicación RunKeeper, esta aplicación casca. Lo que no sé es si el problema es por el dispositivo o por la misma aplicación.


Para terminar algunas fotos de esta bonita isla:

Teror: uno de los municipios más antiguos de Gran Canaria, situado al norte de la isla. En la basílica puede verse la imagen de la Virgen del Pino, patrona de Canarias.

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Tejeda: municipio situado en el centro de la isla, a más de mil metros de altura. Precioso sitio. Al fondo se puede ver el Roque Bentayga, una de las formaciones rocosas más singulares de la isla.

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La cruz de Tejeda, cerca del municipio del mismo nombre, se supone que es el centro geográfico de la isla.

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Muy cerca de la cruz de Tejeda se haya el Pico de las Nieves, el punto más alto de la isla de Gran Canaria. Se puede subir en bicicleta desde muchos sitios, pero desde Agüimes, la ascensión es muy dura, ya que son 23 kilómetros con un desnivel de 1650 metros y rampas de hasta el 23%. ¿Te animas Javier a subirlo?

Una vez se llega arriba, desde el mirador las vistas son espectaculares.

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Cerca del Pico de las Nieves se encuentra el Roque Nublo, uno de los símbolos de Gran Canaria.

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Desde allí se puede ver casi toda la isla.

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No se puede dejar de visitar la capital de la isla, Las Palmas de Gran Canaria. Confieso mi debilidad por las iglesias, así que de las primeras cosas, visitar la catedral…

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…también se encuentra en la capital la casa de Colón…

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…el parque de San Telmo con esos bonitos árboles de flores rojas…

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…la arena negra de la playa de las Canteras da mucho juego…

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Cerca de Las Palmas se encuentra la ciudad de Arucas donde se puede admirar su curiosa catedral negra.

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Siguiendo por la GC-2 hacia el oeste, se llega a Gáldar, otra interesante localidad canaria, con plátanos por doquier.

Cerca está la playa del Agujero.

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En la parte más occidental de Gáldar se encuentra Sardina del Norte, precioso lugar sin lugar a dudas.

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En la zona oeste de la isla se encuentra la localidad de Agaete y perteneciente a este municipio, el puerto de las Nieves (no confundir con el pico) donde se puede (o más bien podía) contemplar el dedo de dios, ahora convertido en puño ya que el roque se quebró en 2005 por los fuertes vientos provocados por una tormenta tropical.

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Yendo desde Agaete hacia La Aldea de San Nicolás hay una carretera de las que quitan el hipo, con curvas, recurvas, subidas y bajadas que aunque es peligrosa, ofrece unas vistas espectaculares.

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¿Y qué me dicen de Puerto de Mogán? Un sitio encantador sin duda.

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Una de los lugares que más me gustó fue la playa de Maspalomas. Bueno, más que la playa las dunas y la laguna que hay junto a la playa.

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En un paseo en barco vimos la aleta de un tiburón, o eso parece…

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…y bonitas cuevas en la costa.

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Pero lo que más me gusta de las vacaciones son las birras que me tomo en la playa. Eso no tiene precio.

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It’s always the year of the cat

Hoy he comprado una maleta (las vacaciones están cerca) y me ha hecho mucha gracia la etiqueta y el eslogan de la marca NEIPI (aunque no logro comprender la relación entre una maleta y un gato) que da título a esta entrada: It’s always the year of the cat (siempre es el año del gato). Obsérvese la etiqueta con ese gato en forma de puente…

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Nada más ver la etiqueta se me vino a la cabeza esa extraordinaria canción de Al Stewart. Reconozco que es una de mis debilidades…

Mañana parto de viaje, por lo que había que aprovechar el día de hoy, que la semana no ha sido muy fructífera. Para variar, no conseguí levantarme demasiado pronto y casi a las once, con bastante calor salí hacia Pradolongo para hacer un entrenamiento similar al del jueves: 5 km andando y 7 minutos corriendo.

Dicho y hecho. Salí con la idea de andar sobre los nueve minutos por kilómetro y aunque los dos primeros se me fueron un poco, luego los otros tres me mantuve algunos segundos por debajo. Luego hice 1,38 km en los siete minutos de carrera. Durante esos metros corriendo pude comprobar que me sigue molestando el talón del pie derecho, pero no me impide correr de ninguna manera. Quizás estoy yendo demasiado rápido en la carrera, por lo que debería contenerme.

De esta forma, recorrí 6,38 km en 52:28 @ 8:14 min/km.

Un lustro

El pasado lunes 29 de julio hizo cinco años que comencé a apuntar en formato electrónico mis entrenamientos. De esta forma nació el blog correresmireligion.com/index.php (aunque el nombre se me ocurrió más tarde). En aquel entonces nunca se me ocurrió pensar que llegaría a cumplir cinco añitos, ni que llegaría a escribir casi mil entradas, pero poquito a poquito ha ido engordando el blog. Y así espero seguir muchos años más, eso será señal de que todavía sigo siendo miembro activo de mi religión.

Así que nada mejor que celebrarlo con una tarta de cumpleaños 😉

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Esta semana no hice absolutamente nada ni el lunes, ni el martes. El domingo anduve muy deprisa y por la tarde me dolía la cadera horrores (no vuelvo a bajar de 8 min/km) y el lunes cuando fui a levantarme, eran los riñones los que no me dejaban ni agacharme. Así que decidí no hacer ningún ejercicio.

El martes fui de cumpleaños, así que tampoco hice nada de nada. Bueno, pudiera haberlo hecho, que no estuve todo el día de cumpleaños, pero no encontré la ocasión.

Ayer estuve con la bici y hoy he salido a hacer la rutina habitual. Esta es la quinta semana de la transición y toca correr siete minutos. Así que salí bien pertrechado de gorra y gafas ya que hacía bastante calor y me puse a andar.

Cerca del kilómetro dos hay una fuente de la que he bebido dos semanas. Normalmente lo que he hecho estos días es acabar los cinco kilómetros de andar junto a esa fuente, beber, refrescarme y correr los minutos que correspondiese. Pero hoy me daba mala espina y antes de completar esos cinco kilómetros me he pasado por la fuente y como no podría ser de otro modo ¡ya no tiene grifo! De nuevo algún miserable ha tenido la brillante idea de llevarse el grifo y dejar a cientos de personas sin una triste fuente con la que aliviar la sed.

Menos mal que vimos que antes del dos ya habíamos visto que no había grifo, por lo que no nos llevamos la sorpresa al final, que es más desagradable. Así que acabamos los cinco kilómetros un poco antes del punto de encuentro, en el sitio habitual. Y allí estaba Andrés y familia con una botella de agua fresquita ¡¡¡muchas gracias Andrés por el detalle!!!

Me vino de perilla echar un traguito. Bebí y salí corriendo a por los siete minutos. No sé por qué extraño motivo fui deprisa, parece que no logro contenerme cuando corro de metatarso, el caso es que hice casi kilómetro y medio en esos siete minutos, bajando de cinco minutos por kilómetro. Una barbaridad.

Sumando lo andado con lo corrido hice un total de 6,46 km en 52:43 @ 8:10 min/km.

Por el Anillo Verde

Hoy se nos ha ocurrido la brillante idea de recorrer el Anillo Verde. El Anillo Verde es un carril bici que rodea la ciudad de Madrid, de aproximadamente 64 km. Según esa web tiene un desnivel acumulado de 310 metros, pero la verdad es que se hace duro ya que son muchas subidas y bajadas, muchos bordillos, muchos semáforos, muchos cruces de calles. Un verdadero horror, aunque hay partes que están muy bien y algunas muy agradables y con una bonita vegetación.

Cuando hicieron el carril hicieron bastantes puntos de descanso donde instalaron bancos y fuentes, pero fuentes que funcionen yo creo que se pueden contar con los dedos de una mano. Aunque alguna hay…

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Hacía un día bastante caluroso, de esos que invitan a estar en remojo, pero a mi últimamente compañera de entrenamientos se le ocurrió que podíamos hacer el anillo. Así que ni cortos ni perezosos nos disfrazamos de ciclistas y salimos con la idea de hacer el recorrido en sentido antihorario. Eran las seis y media de la tarde y la temperatura debería estar cerca de los cuarenta grados.

No sé si el calor o tantas subidas y bajadas, el caso es que a mitad del recorrido mi compañera de viaje ya iba con la pájara, pensando en cerveza y patatas fritas. Tengo la sensación de que cuando empiezas a pensar en comer es que ya estás escaso de energía y eso es lo que la pasaba.

Afortunadamente, el terreno que quedaba era más favorable que otra cosa y a un ritmo tranquilo íbamos acercándonos a la Casa de Campo donde habíamos pensado volver a casa por Madrid Río y abandonar en ese punto el Anillo Verde porque desde el lago de la CdC hasta la salida por encima de la carretera de Extremadura es todo para arriba y no estaba el horno para bollos.

Total que llegamos a casa totalmente de noche después de cuatro horas de pedaleo y habiendo completado unos 60 km o quizás alguno menos. El GPS se quedó sin batería cuando nos metimos por Madrid Río no sé si rebelándose por cambiar de recorrido y sólo marcó 52 km. Eso sí, esa distancia de casi 60 km es el kilometraje más largo hecho jamás por mi compañera de entrenamiento.

Y así completamos el mes de julio.