Hoy era para morirse

En verano retrasamos media hora la salida, pero yo creo que a las siete y media hace el mismo calor que a las siete, pero queremos pensar que alguna ventaja debe tener, aunque sólo sea psicológica.

Llevamos unos días tremendos de calor y hoy no era un excepción. No me extraña que no haya casi gente en el parque a esas horas. Eso sí, hay tres o cuatro tipos ejercitándose con un entrenador que no fallan, están siempre ahí y encima llegan antes que nosotros.

Con este calor, rondando los treinta y ocho grados, a lo único que se puede aspirar es a mantenerse, poco más. Correr a ritmo tranquilo e hidratarse en las fuentes que, afortunadamente, este año funcionan.

Una primera vuelta muy, muy tranquilos y en la segunda acelerando durante tres kilómetros, pero sin matarnos. Además, gracias al calor, el punto de finalización ya no es el típico, ahora acabamos en una fuente para recuperar los líquidos perdidos. Así, sólo hicimos 9,4 km en un tiempo de 52:15 @ 5:31 min/km.

Hasta Titulcia, territorio de caza del pistolero

Habitualmente suelo montar en bici con una amiga, por lo que suelo ir siempre acompañado, pero hoy ella no podía salir así que me ha tocado salir en solitario. La idea era ir hasta Titulcia saliendo de Madrid hasta San Martín, desde allí a Ciempozuelos y por último llegar hasta Titulcia. Luego vuelta por el mismo camino.

Y eso fue lo que hice. Traté de ir a un ritmo algo más fuerte del que llevo cuando voy acompañado, pero sin pasarme tampoco que son cuatro días los que he salido en bici y eran 80 km los que me tenía que meter entre pecho y espalda. Así que me adelantaban algunos que en otras ocasiones podía haber saltado a su rueda, pero prefería ir a mi ritmo.

A la vuelta, se me ocurrió parar en el San Marcos. La terraza estaba a tope de ciclistas y de paisanos desayunando, así que me tocó desayunar dentro. Y no se me ocurrió mejor idea que pedirme una ración de churros, que son cuatro, pero de buen tamaño. No conseguí comer más que tres y ya fueron bastante… que luego subiendo la Marañosa a punto estuvieron los churros de salirse por la boca.

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Churros de la churrería San Marcos

Hice en total un recorrido de 80 km en un tiempo aproximado de tres horas, segundo arriba, segundo abajo. No sé el tiempo exacto porque sin querer puse a cero el cuentakilómetros. No ha estado mal el entrenamiento, he llegado a casa con fuerzas todavía, pensé que los ochenta kilómetros me iban a costar más.

Más chulo que un ocho

Llevaba ya casi dos semanas sin correr ni un metro entre unas cosas y otras y hoy me levanté con ganas de recuperar el tiempo perdido. Quizás sorprendido porque la báscula marcara algo menos de setenta (69,6 kg) o quizás animado por el calor (esto lo digo en broma, claro) decidí hacer doce kilómetros, así como quien no quiere la cosa, como si estar dos semanas parado no fuese una rémora. Pero con un poco de chulería pensé, ¿para qué ir despacio pudiendo ir deprisa?

Así que empecé ya a buen ritmo y veía que podía ir un poco por debajo de cinco con cierta facilidad. Bueno, facilidad al principio porque la cosa se iba poniendo más difícil según iban pasando los kilómetros. Cuando pasado el kilómetro seis, giré para volver a casa, el viento daba frontal y mantener el ritmo que me había propuesto me costaba lo suyo.

Los veinticinco grados, la falta de entrenamiento y la inconsciencia hicieron que cada kilómetro me costara aún más que el anterior. Me costaba de lo lindo mantener el ritmo que había llevado en la primera mitad. No hacía más que mirar el reloj para ver cuando llegaba el siguiente kilómetro y si el ritmo se mantenía. Sí, ya sé que resulta absurdo mirar el reloj cuando sabes perfectamente el recorrido que te queda para terminar, pero eso hacía cada dos por tres.

Casi a la salida del parque hay un grifo. Ahí paré para beber y para descansar un poco. Además a partir de ese punto es casi todo para arriba, así que ya tenía la excusa para bajar el ritmo. Y eso fue lo que hice, después de ir por debajo de cinco, los tres últimos a 5:27, 5:15 y 5:27. Perfecto para no morir en el intento.

De esta forma, completé 12 km en un tiempo de 1:00:21 a un ritmo de 5:01 min/km. Un entrenamiento muy exigente después de haber estado parado tantos días. Hay que tomárselo con más calma cuando se vuelve de un periodo de inactividad.

No me veo, no me veo

El calor no me gusta nada para correr. Yo no sé las veces que lo habré dicho. Ya lo dice Jack Daniels que el calor es uno de los mayores enemigos del corredor. Él calcula que cuando la temperatura sobrepasa los 16º C (que se corresponden con 60º F) el rendimiento del corredor empieza a disminuir y lo justifica diciendo que la sangre, que debería estar llevando oxígeno a las piernas, se encarga además de dirigirse a la superficie de la piel para refrescar. Ese menos aporte de oxígeno a las piernas provoca la bajada del rendimiento.

Pues no sé si será el calor o qué, pero no me veo, no me veo para la carrera del domingo. Se me están quitando las ganas de ir el domingo a la Ciudad de los Ángeles. Espero que mañana esté más optimista.

Como ayer no pude salir a correr, estuve de profesor particular, he salido hoy viernes, pero solo. Y ya que estaba solo, he ido a Parque Sur para cambiar un poco la rutina. Y es cierto que hacía menos calor que el martes, no sé si porque era más tarde, pero se notaba, vaya si se notaba.

Sin mirar el reloj, sin controlar el ritmo he dado tres vueltas al parque totalizando 9 km en un tiempo de 45:12 @ 5:01 min/km. El caso que el ritmo medio no ha estado mal, pero ni aún así me veo para el domingo.

Terrible caloret

No ha llegado el verano todavía, ni siquiera el cuarenta de junio y está haciendo un calor horripilante en Madrid. Hoy andaba el termómetro cerca de los treinta grados y se corría fatal, con la boca seca y una sensación de sed horrible.

Aún así, después de una primera vuelta tranquila, hemos apretado de lo lindo en la segunda, haciendo kilómetros a 4:15, 4:11, 4:19 y 4:27. Los tres primeros más o menos como pensaba, pero en el último iba muerto ya y bastante he hecho con poder bajar de 4:30 que no lo veía ni posible.

Poco después de pasar ese último kilómetro de la segunda vuelta, he parado enseguida, ya que he visto a una amiga que andaba por allí y me he quedado hablando con ella. Me ha venido bien porque estaba totalmente fundido.

Me estaba probando para la carrera del domingo, pero ya he visto que no estoy nada bien. Me tocará sufrir.

En total han sido 9,2 km en un tiempo de 46:28 @ 5:02 min/km. Un poco triste porque no me veo en buena condición y bastante harto del calor.

Nos atrae como un imán

Hoy hemos salido en bici. La segunda vez esta temporada, así de triste es. Y como casi siempre, las bicicletas nos han dirigido por el carril bici hasta San Martín. Parece como si este pueblo nos atrajera como un imán. La verdad es que el carril bici que va desde Madrid hasta esta localidad, aunque está un poco abandonado, provoca mucho «tráfico» de bicicletas y uno de los que sacan beneficio es el San Marcos, que siempre está lleno de ciclistas desayunando.

Hacía algo de fresco a eso de las nueve de la mañana así que decidí salir con manguitos. Y menos mal, porque sólo me los quité ya cuando veníamos de vuelta.

Como siempre, el viento se hace notar. Viento en contra para allá, sobre todo al rodear Perales del Río, pero después de subir la Marañosa el terreno es favorable y aunque el viento se nota, no impide el avance. Una vez en San Martín, parada en el San Marcos a desayunar y vuelta a casa.

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En la terraza del San Marcos, con mi maillot de la ONCE y mi rodilla magullada

A la vuelta el viento era favorable, pero en algunos tramos daba también en contra. Es increíble lo del viento. Ya lo dice uno de los puntos de la ley de Murphy del ciclismo: el viento dará de cara siempre.

De todos modos, la vuelta se nos hizo más dura. No sé el motivo. Hicimos unos 54 ó 55 kilómetros entre la ida y la vuelta.

Furacín, milagrosa pomada

Hoy he quedado temprano, a las 8:30, con Miguel. La convocatoria estaba abierta a todo pradolonguero viviente, pero no ha venido ninguno más. No problem, entre los dos nos bastamos y nos sobramos para devorar kilómetros como quien no quiere la cosa.

Me he levantado francamente bien. Es increíble, pero gracias a la pomada Furacín, las costras ya han desaparecido, tanto las del hombro como las de la rodilla, por lo que el movimiento del brazo y de la pierna ya es casi perfecto.

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Furacín, milagrosa pomada

Hemos ido al Parque Lineal, pero no con la idea de hacer el circuito completo, sólo llegar al último puente y vuelta. Y para ir para allá, fenomenal. Como siempre suele ocurrir, viento a favor y avanzando sin esfuerzo pensando ¡qué bien voy hoy! A la vuelta, lo normal, a luchar contra el viento.

Los kilómetros a la vera del río han sido a buen ritmo, segundos por debajo de cinco; sin embargo, subiendo para el barrio ya iban costando los kilómetros. En total hemos hecho 14,6 km en un tiempo de 1:15:43 @ 5:10 min/km.

Reconociendo el circuito de la Carrera del Zofío

Es una gran satisfacción para mí poder decir que este año tendremos una nueva edición de la Carrera Popular Barrio del Zofío, organizada por la Asociación de Vecinos, con los cuales colaboro. La carrera se celebrará el 21 de junio, por lo que ya falta justo un mes. Y debo decir que la cosa ya está lanzada. Por el módico precio de 7 € el corredor puede optar por correr la prueba de 5 km o la de 10. Aparte de las carreras de «mayores» también hay carreras para niños.

Podéis encontrar más información en la página web de la carrera.

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Cartel de la XIV edición de la Carrera Popular Barrio del Zofío

Pues bien, Joaquín tiene esta carrera entre ceja y ceja y dice que una vez a la semana hay que hacer el circuito para ir interiorizándolo. Así que desde el punto de encuentro, que está en el recorrido de la prueba, hemos seguido el itinerario, yo atento al GPS para ver si coincide con lo medido años anteriores, no sea que nos hayan robado o añadido algún metro.

Llegados a la cuesta de la calle Fornillos, mis compañeros han empezado a zumbar y me he quedado solo con Emilio. Luego éste al volver al punto de encuentro se ha largado a su casa y he tenido que apretar los dientes para alcanzar a los que iban delante de mí. Y ya con la inercia, una vez alcanzados he seguido a ese ritmo, sobre 4:30, para ver cómo respondían las piernas, sobre todo la rodilla izquierda que todavía está algo dolorida. Y la verdad es que no me ha molestado demasiado, parece que las heridas, ya cicatrizadas, no molestan demasiado.

En total han sido 9,8 km en un tiempo de 49:07 @ 4:58 min/km. Muy contento con la evolución de las heridas provocadas por la caída de hace una semana.

Con Iñaki

Hoy hemos tenido el placer de ser acompañados por el gran Iñaki. Alguna vez ya ha venido con nosotros, por lo que espero que esta no sea la última.

Después de los saludos y presentaciones de rigor nos hemos puesto en marcha, a un ritmo bastante tranquilo. A mí todavía me molestaba algo el brazo izquierdo y la pierna del mismo lado de la caída, por lo que tampoco era cuestión de ir muy deprisa; sin embargo, nuestro nuevo acompañante se ha puesto charla que te charla con Joaquín y nos han ido sacando metros y metros casi sin querer.

Pero Joaquín estaba ansioso de apretar el ritmo y ha dejado a nuestro invitado solo, por lo que se ha visto abocado a esperarnos ya que no conoce el circuito todavía. Ahí él ha bajado algo el ritmo y nosotros lo hemos aumentado, aunque no mucho y así hasta el final, haciendo las dos vueltas, es decir, 9,6 km en un tiempo de 50:56 @ 5:18 min/km.

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Un bonito selfie después de la carrera

Mejorando de las heridas

El tortazo del jueves me está dando guerra. Esa noche la pasé fatal, casi no dormí. El viernes me encontraba bastante mal con dolores en el hombro y la rodilla. El sábado ya lo pasé algo mejor y hoy me he levantado con ganas de probar cómo ando de las lesiones.

Y no ando muy fino todavía. Cada vez que mi pie percutía sobre el suelo, el hombro me dolía. La rodilla iba como si tuviese un añadido que hacía el efecto similar a correr con mucha barriga, que va moviéndose a un lado y a otro. Después de unos kilómetros me he dado cuenta de que iba mejor si el brazo no iba en movimiento. Así que he corrido braceando con un brazo y el otro quieto, con la mano prácticamente en la ingle, que era la postura en el que la doblez del brazo provocaba menos molestia.

La rodilla ha ido mejorando poco a poco según pasaban los kilómetros. Ese bamboleo del principio cada vez era menos y sólo notaba el pequeño dolor de las heridas, pero la rodilla está muy bien comparada con el hombro.

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La recuperación de la rodilla anda por buen camino

Me dado una vuelta en Pradolongo y otra en Parque Sur totalizando 8 km en 45:20 @ 5:40 min/km. Un ritmo muy lento, pero contento tengo que estar para como estoy.