Probándome un poco

Hoy no he podido quedar con los compañeros pradolongueros en el punto de encuentro a la hora prevista. Tenía que asistir a un evento en el Parque Lineal y no sabía cuando podría ponerme a correr. Al final el asunto ha acabado antes de lo previsto; sin embargo era demasiado tarde para subir a Pradolongo y, por lo tanto, he corrido por el Parque Lineal.

He salido a las ocho y aunque hacía calor, tampoco era exagerado, rondaría la temperatura por los treinta grados. Tres kilómetros de calentamiento y mientras los hacía se me ha pasado por la cabeza hacer unas series para ver cómo están las piernas. Y lo que se me ha ocurrido es hacer dos dos miles a ritmo umbral. Como no sé el ritmo umbral, he pensado hacerlo a 4:15 el kilómetro o lo que es lo mismo, 8:30 el dos mil.

Así que pasados esos tres kilómetros de calentamiento, me he puesto en marcha. Primer kilómetro en 4:15 -perfecto- pero el segundo se me ha ido a 4:25. Mal. Después un kilómetro de recuperación y luego otros dos kilómetros a umbral. El primero a 4:08 y el segundo a 4:22. Clavados los 8:30, aunque el primero me haya salido más rápido.

He ido probando si era mejor ir dando zancadas largas o zancadas cortas y rápidas. Las largas en el primer dos mil y cortas en el segundo. Y creo que me he encontrado mejor con las zancadas cortas, pero tiene la pega de que tengo que ir muy concentrado y parece que me canso más.

En total han sido 11 km en 55:38 @ 5:03 min/km.

¿Un nuevo pradolonguero?

Hace unos días se puso en contacto conmigo a través del blog un individuo. Le comenté que los martes y los jueves nos puede encontrar en el punto de encuentro a las 19:30 en verano y media hora en invierno.

Hoy se ha presentado allí puntual… Y no como yo. Estaba hablando con Ninfa, Joaquín y Ángel, así que hoy nos hemos juntado cinco en Pradolongo, algo casi inaudito en estos últimos tiempos.

Hacía un calor de mil diablos, treinta y cinco grados según indica la actividad de Garmin, por lo que no era un día muy indicado para correr. Aún así nos hemos puesto en marcha como campeones.

Hemos salido tranquilos, pero al nuevo le costaba. Yo creo que más por el calor que por otra cosa. El caso es que a poco de terminar esa primera vuelta se ha quedado y Ángel con él.

En la segunda vuelta hemos apretado un poco, incrementando el ritmo kilómetro a kilómetro: 4:56, 4:35, 4:16 y 4:06. Bastante rápido para el calor que hacía, la verdad; sin embargo, no me ha costado demasiado, me estoy encontrando muy bien estos últimos días.

En total han sido 9,6 km aunque el Garmin lo puse un kilómetro después. De tal modo que esos 8,6 km los he recorrido en un tiempo de 44:16 @ 5:06 min/km.

Noticia muy triste

Hoy he ido con una amiga entrenar a Parque Sur, con la idea de hacer unas cuestas. Pero tampoco muchas, todo hay que decirlo. Hemos dado una vuelta de calentamiento y tras subir la primera cuesta nos hemos encontrado con otra amiga. La pobre estaba hecha polvo, nos ha contado que se ha separado de su marido, ¡qué noticia tan triste!

En total han sido siete cuestas y tampoco subidas al 100%, siempre dejando algo. Lo bueno es que al ser pronto no hacía una temperatura muy elevada y se llevaba bien esto de subir cuestas. En total han sido 9,2 km en un tiempo de 52:22 @ 5:40.

Antes de salir me subí a la báscula y marcaba 69 kilos exactos. Lo cual no está nada mal después de un mes de junio de poco entrenamiento.

General y soldado

Siempre se dice que la cabeza es muy importante para afrontar con éxito una maratón. Por supuesto que estoy de acuerdo con eso, pero no hay que olvidar que las piernas también juegan un papel muy, pero que muy, importante.

Curiosamente hoy he leído una entrevista que hacían al Haile Gebrselassie donde hablaba de muchas cosas y una de ellas era sobre este tema. La pregunta era: ¿Es más importante la cabeza que las piernas?

Y la respuesta: Al cincuenta por ciento. Para ganar una batalla hace falta un soldado y un general. El general es la mente, la inteligencia, la planificación, la estrategia y la determinación. El soldado es la parte física, las piernas. Si uno de los dos falla, no hay manera de vencer.

Estoy totalmente de acuerdo con este grande del atletismo.

Un día 26 de abril, como hoy, pero del año 1987 participé en mi primera maratón. Fue también en Madrid y entonces no sospechaba que iba a hacer unas cuantas más. Por lo tanto, el año que viene se celebrarán treinta años de esa primera maratón y la mejor manera de celebrarlo es… corriendo otra maratón. Espero tener salud para hacerlo.

Hoy hemos salido también a correr, lo cual es una cosa muy extraña, ya que son tres días seguidos corriendo, pero es una buena manera de recuperar las piernas. La verdad es que hoy estaban casi bien, pero cuando iba llegando a los siete kilómetros previstos me iba molestando, como ayer, de nuevo el tendón de aquiles izquierdo. Hoy también hemos ido tranquilamente, ya que hemos hecho esos 7 km en un tiempo de 41:12 @ 5:52 min/km.

Soltando las piernas

No acostumbro a salir a correr el día después. De hecho, algunos años he estado semanas sin correr. Pero hoy he quedado con Joaquín para soltar un poco las piernas del esfuerzo de ayer. Además aprovecho para estirar, que si no salgo a correr me cuesta un montón ponerme a estirar porque sí.

Lo cierto es que ayer, en los últimos kilómetros de la maratón, iba con las piernas bastante duras, pero aún seguíamos a un ritmo decente, así que acabé cansado, pero no con las piernas demasiado mal. De hecho, hoy tengo menos agujetas que el día después de la media de Coslada. Obviamente, no es lo mismo correr a 4:30 que a 5:30. Esa diferencia se nota mucho en las piernas.

La verdad es que correr, no es que tuviera muchas ganas. Me ha costado ponerme en marcha, pero una vez que te pones a trotar, se puede seguir a ese ritmo cochinero con más o menos «decencia».

Al final sólo he dado una vuelta (4,8 km) y bastante ha sido, porque al final me dolía un poco el tendón de aquiles izquierdo, donde se inserta en el músculo. Y eso que el ritmo ha sido muuuuuuy tranquilo, a 6:17 min/km. De todos modos a pesar de esa pequeña molestia, yo creo que nos ha venido fenomenal para las piernas.

Descargar o no descargar

El otro día cuando iba corriendo con Joaquín nos íbamos preguntando si es bueno o no darse un masaje de descarga antes de la maratón. Y cuando debe darse: una semana antes o más cerca de la carrera.

Como en todo en este mundo, siempre hay opiniones a favor y en contra. Yo he hecho de todo: no darme ningún masaje, darme uno aproximadamente una semana antes y darme un masaje el viernes. Curiosamente, la vez que me lo di el viernes fue cuando hice mi mejor marca, pero también fue la vez que mejor había entrenado, así que no sé cual fue la verdadera razón de la mejoría.

Ese ha sido el tema estrella durante el entrenamiento, aunque también hemos estado hablando de la estrategia a seguir el domingo en la maratón. Yo tengo muy claro que quiero hacer lo mismo que el año pasado, que fue salir muy despacio y apretar un poco al final… Si se puede. Joaquín y Miguel estaban pensado si hacer lo mismo o ir algo más deprisa, aunque al final creo que me saldré con la mía e iremos tranquilos.

Otro tema siempre preocupante es el tiempo que hará ese día. Yo prefiero el fresquito, pero parece que dan tiempo soleado aunque una temperatura no muy elevada. Esto es engañoso, porque si está pegando el sol durante casi cuatro horas, aunque la temperatura no sea alta, acaba uno achicharrándose y al final la carrera se hace más dura de lo que debiera. De todas formas, todo son especulaciones y ya veremos cómo sale el día.

Estamos ya a tres días para la carrera, como dice Joaquín, así que hoy hemos ido muy tranquilos y sólo he completado 7 km aproximadamente. Como no llevaba cronómetro no tengo muy claro el tiempo realizado, pero el ritmo era tranquilo, quizás sobre 5:45 min/km.

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Los dorsales de estos hermanos van a volar por las calles de Madrid el domingo

En abril aguas mil

Este año se está cumpliendo el refrán letra por letra. Está lloviendo por toda la península como si el diluvio universal fuese a empezar. Me cuesta trabajo recordar un mes de abril en Madrid donde haya llovido tan de continuo.

Hoy, 19 de abril, inmersos en este mes lluvioso, también ha llovido y aunque a las siete de la tarde no lo estaba, el parque estaba muy embarrado, pero muy embarrado…

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Barro y charcos en el Parque de Pradolongo

Debido al estado del terreno hemos decidido ir a correr a Madrid Río, que aunque también tiene charcos, estos se pueden esquivar y no hay barro. Mucho mejor, que esta semana de lo que se trata es simplemente de mover un poco las piernas. De hecho estuvimos hablando de si bajar el jueves.

Fuimos de Pradolongo a Madrid Río por la calle Antonio López. Fuimos por la margen derecha dirección al estadio Vicente Calderón y un poco antes, por una pasarela cruzamos el río para volver por la margen izquierda. Si el camino de la margen derecha es recto y llano paralelo al río, el camino de la margen izquierda va cerca del rio, pero es muy curvilíneo y con bastantes subiditas y bajaditas. No sé si se hizo con idea o salió por razones que a mí se me escapan.

Fuimos bastante tranquilos, pensando más en el próximo domingo que en otra cosa, así que hicimos el recorrido casi sin darnos cuenta. Y a lo tonto, hice 11 km en un tiempo de 1:01:30 @ 5:35 min/km.

Hablando de casualidades

Decía el otro día, hablando de las medias de compresión, que no creo en las casualidades, pero parece que algo o alguien me quiere decir que sí, que existen.

Hace un par se semanas hablaba con Joaquín, en uno de los entrenamientos, sobre antiguos conocidos a los que hacía tiempo que no veíamos. Salió el nombre de Ambrosio y el de Gonzalo, entre otros.

Pues bien, el otro día en la media de Coslada nos encontramos con los dos. Antes de la carrera con Ambrosio y después, con Gonzalo. Está claro que la casualidad existe y no hay que despreciarla, pero siempre hay que pensar primero en la relación causa-efecto.

Bueno, esto no viene al caso en el día de hoy, sólo era para rellenar, que se me van acabando las ideas después de más de mil trescientas entradas, porque hoy ha sido el típico entrenamiento de fin de semana consistente en bajar al Parque Lineal y hacer el circuito habitual.

Dado que el próximo domingo es la maratón de Madrid, había pensado hacer un entrenamiento tranquilo e iba todo feliz hasta el kilómetro cuatro que se me ha puesto un tipo en paralelo y he empezado a acelerar casi sin querer. Y ya que iba más rápido, pues he seguido a buen ritmo. Y así, a lo tonto, a lo tonto, he hecho nueve kilómetros a un ritmo más alto del que en un principio pensaba. Ha sido el último esfuerzo importante antes de la inminente maratón de Madrid.

He hecho en total 16 km en un tiempo de 1:20:47 @ 5:03 min/km.

Hoy me he pesado y marcaba la báscula sesenta y ocho kilos y pico, pero no me creo nada, ya que ayer marcaba 69,3 kg y este peso me parece más exacto.

No lloréis por mí

El pasado domingo fallecieron dos corredores, Francisco y Juan, en la maratón de Vías Verdes Ojos Negros, en Castellón. Descansen en paz.

Se ha formado cierto revuelo mediático sobre este asunto. Parece que correr es ahora una actividad de riesgo, pero no parece que sea así, ya que se habla de la gente que fallece haciendo ejercicio, pero no de la que lo hace llevando una vida sedentaria.

Según parece la estadística dice que muere 1 de 50.000 corredores de muerte súbita, pero resulta que según el artículo de la Revista Española de Cardiología, en España se deben producir unas 9.000 MSC al año en pacientes de 25 a 74 años aunque menos de la cuarta parte reciben este diagnóstico en el boletín estadístico de defunción 18. En los EE.UU. esta cifra se eleva a 300.000 o 400.000 personas al año (para todas las edades).

Es decir, si no me fallan los cálculos, aproximadamente hay 112 muertes por cada 50.000 personas. Así que parece casi un seguro de vida dedicarte a esto del correr.

De todos modos, si algún día me da un arrechucho mientras corro y me voy al otro barrio, no lloréis por mí que me habré ido más contento que unas castañuelas. Y a todo esto, decir que no llevo ninguna prisa en doblar la servilleta…


Volviendo a temas más mundanos, hoy habíamos quedado en el punto de encuentro a la hora habitual y hasta allí nos hemos acercado, aunque mejor hubiese sido quedarse en casa, porque estaba lloviendo a mares o como dicen los ingleses, estaban cayendo perros y gatos (mola esta expresión anglosajona); sin embargo, allí nos hemos encontrado Emilio II, Joaquín y un servidor.

Nos hemos puesto a correr y estaba todo el parque muy embarrado así que hemos decidido sobre la marcha ir hacia Madrid Río, que aunque mojado, al menos no estaba embarrado. Así que el camino ha consistido en ir por el carril bici hasta el Parque Lineal y desde allí, por la pasarela sobre la M-30, llegar a Madrid Río y tirar hasta la Pasarela de Arganzuela. Un precioso puente, aunque bastante caro, ya que costó la friolera de trece millones de euros.

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Pasarela de Arganzuela, sobre el río Manzanares. Foto cortesía de Víctor Ferrando

Una vez debajo de este puente, vuelta hacia el barrio pero esta vez yendo hacia el Parque de Pradolongo por la calle Antonio López en vez de llegar al Parque Lineal. Y menos mal que hemos tomado este atajo porque hemos estado prácticamente una hora corriendo y eso que tenía unas agujetas de espanto de la media del domingo. La verdad es que habíamos salido sólo para correr un poco y rebajar las agujetas y nos hemos pasado tres pueblos.

Dando ritmo a las piernas

Después de la movida en la rodilla, hemos ido muy tranquilos en los entrenamientos; sin embargo, el domingo tenemos prevista la media de Coslada, así que hemos pensado que no sería mala idea apretar un poco más que estos últimos días para recordar a las piernas que se puede ir más deprisa.

Después de una primera vuelta a ritmo muy tranquilo, luego hemos ido acelerando kilómetro a kilómetro: 4:41, 4:35, 4:30 y 4:17. Y bueno, parece que las piernas todavía recuerdan que se puede ir más deprisa de lo que han estado yendo.

He completado dos vueltas a Pradolongo, es decir, 9,6 km en un tiempo de 50:10 @ 5:12 min/km