XVIII Media maratón de Latina

Este año no tenía intención de participar en esta carrera, prefería haber corrido la prueba de cinco kilómetros que también organizan y con la que comparten salida, pero una amiga me animó a que participar y en el último mes estuvimos entrenando cuestas y haciendo tiradas largas los domingos por el Parque Lineal.

A las ocho y media quedamos en el punto de encuentro, se montó Juanqui en nuestro coche y partimos rumbo al Centro Comercial de Aluche donde pudimos aparcar el coche tan ricamente en el parking. Repartimos los dorsales a los compañeros que mi amiga y yo recogimos el viernes por la tarde. Nos fuimos hacia la pista del polideportivo donde está situada la llegada y allí dejamos la ropa en el ropero, aguantando hasta lo últimos minutos porque aunque el día era soleado, el viento era bastante fresco y fuerte. Dejamos la ropa y nos hicimos una foto los cinco compañeros del Club Atletismo Zofío, porque del sexto no sabíamos nada, no había dado señales de vida. Nos hicimos la foto y fuimos trotando hacia la calle Guareña donde está situada la salida, donde llegamos casi con el tiempo justo.

Como decía el compañero, cuatro ases y un comodín.

Esperamos menos y ná y dieron la salida. Una de las compañeras de club, con la que suelo correr bastantes pruebas me dijo que no me preocupara de ella porque estaba enferma. Yo salí a mi ritmo, sin mirar el reloj y en el kilómetro tres o por ahí oí su voz no muy lejos. En el kilómetro siete, después de la cuesta de la Cuña Verde se puso a mi altura y en la bajada me adelantó. Había pasado hacía un rato la vela de 1h35 y dije que si íbamos a ese ritmo podíamos hacer un tiempo como el año anterior. Fuimos juntos hasta la cuesta de Batán donde se quedó porque en la bajada ya no la veía. No tenía claro si se había retirado porque me iba diciendo que no podía respirar.

La vuelta desde Lago se me hizo dura porque hacía mucho aire en contra y es cuesta arriba. Por supuesto, la cuesta Aisa se me hizo dura porque lo es y el tránsito por la calle Valmojado, junto al parque, se me hizo dura también, nada que ver con el año anterior que en esa zona iba como un tiro. En Valmojado me adelantaron unos cuantos y vi que el globo de 1h40 estaba cerca de mí, así que mi propósito era que no me alcanzara. También se me hizo duro el último kilómetro por la calle donde salimos ya que de nuevo pegaba el viento en contra y era frío. Una chica del club Maratonianos de Leganés, con la que había ido muchos kilómetros y que la había dejado atrás, me adelantó en Valmojado y ya no pude alcanzarla. Llegué a meta justo cuando el reloj cambiaba de 1h39 a 1h40, aunque el tiempo neto fue de 1h39:55 con el que me doy con un canto en los dientes. ¡Qué tiempos aquellos en los que hacía diez minutos menos!

Entré en meta y fui directamente a recoger la ropa para no quedarme frío. La compañera cono la que había compartido unos kilómetros y que estaba enferma no tardó mucho en llegar y mi amiga apareció justo detrás de la vela de 1h50 aunque su tiempo fue de 1h52:06. Vi que venía cojeando y me emocioné al pensar que había llegado a meta con el pie dolorido. Nos vestimos, esperamos a que llegara Juanqui y nos fuimos al centro comercial a tomar un café porque decía la compañera que necesitaba algo caliente y seguro que lo necesitaba porque tenía los labios morados de frío.