IX Carrera mondejana

No sabía de la existencia de esta carrera, pero Juanqui, un compañero del Club Atletismo Zofío sí la conocía y nos convenció para ir, así que unos días antes nos apuntamos una amiga y yo, haciendo de este modo un trío de compañeros de equipo.

Según parece, se trataba de una legua, pero de todos es sabido que la distancia de la legua es elástica, incluso la Wikipedia habla de leguas de diferentes longitudes según el tiempo y lugar. De todos modos, siendo Mondéjar una localidad de Guadalajara, podría pensarse que estamos hablando de una legua castellana, es decir, un pelín más de cinco kilómetros y medio, que es lo que supuestamente se puede andar en una hora. El caso es que yo he corrido en Villarejo de Salvanés su milla Agromad y sí andaba por esa distancia de cinco kilómetros y medio. Tiempo atrás había participado en otra legua en Gerindote, un pequeño pueblo de Toledo. En aquella carrera, la distancia andaba por los cinco kilómetros y cuatrocientos metros, más o menos la distancia de una legua castellana, puede valer. También participé, hace ya once años, en las dos leguas Fuente de la Chopera, en Leganés con una distancia de once kilómetros y cien metros, por lo que también está dentro del rango de la legua; sin embargo en Mondéjar la distancia no tenía mucho que ver con una legua ya que la distancia que tuvimos que recorrer fue de aproximadamente seis kilómetros y cuatrocientos metros, vamos, que se les fue la mano con la cinta métrica. Pero bueno, no tiene la menor importancia porque no son pruebas homologadas, así que cada uno puede llamar a su carrera como quiera, de hecho en algunos sitios hablan de legua y en otros simplemente de carrera mondejana.

Bueno, menuda chapa he dado con la legua y todo para tratar de justificar que se me hizo larga la carrera porque además estaban los kilómetros puestos de aquellas maneras, cosa que tampoco es excusa porque casi todo el mundo corre con su reloj GPS y más o menos sabe lo que tiene entre manos.

Como hasta el último momento no nos decidimos apuntarnos, el viernes estuvimos haciendo una ruta por la sierra, en concreto subimos a Las Machotas, unos picos situados entre El Escorial y Zarzalejo por lo que llegamos algo cansados al domingo. Bueno, otra excusa.

En La Machota baja con El Escorial al fondo

Como la carrera comenzaba a las once tampoco tuvimos que darnos un madrugón excesivo y eso que Mondéjar está a casi setenta kilómetros de mi casa. Fui con una amiga, recogimos a Juanqui y salimos para este pueblo de Guadalajara, aunque pegado a la provincia de Madrid. Llegamos, aparcamos no muy lejos de la plaza donde estaba situada la línea de meta y salida y donde daban los dorsales. Recogimos los dorsales y nos dio tiempo a hacernos alguna foto. Aprovechamos el podium, ya montado, para hacernos una foto los tres compañeros del equipo.

Los tres representantes del Club Atletismo Zofío

A las once dieron la salida, que no era como recordaba Juanqui, era justo al contrario y por eso la salida era cuesta abajo y el primer kilómetro se hizo muy rápido. Luego venía la subida más dura de la jornada aún por las calles del pueblo. Salí detrás de un tipo de Móstoles que antes nos había contado que había corrido el año anterior la carrera del Zofío y que trataría de apuntarse este año también. Ya saliendo del pueblo le cogí y al poco cogimos a un tipo que parecía de nuestra categoría, la de mayores de 55. Estuve un rato con ellos y luego decidí tirar para ver si así los minaba un poco la moral. No funcionó del todo porque debí flojear y me adelantó el tipo de pelo blanco que había adelantado antes y un par de jóvenes.

Traté de que no se me fuera, pero no me daban las piernas y no pude con él. No fue buena idea haber ido a la montaña el viernes y haber entrenado el sábado. Llegué a meta con un tiempo de 29:04 para una distancia de 6,4 kilómetros, casi un kilómetro más que una legua, que era la supuesta distancia a recorrer.

La compañera llegó poco después siendo segunda de la carrera. Juanqui llegó algo más tarde, increíble lo de este hombre, tiene un mérito enorme después de lo que ha pasado. Lo más curioso es que fui segundo de mi categoría después del cano y el de Móstoles quedó tercero, algo totalmente inesperado.

En el segundo escalón del podium

Fue una pena que los premios no fueran acumulables porque la compañera se llevó el de segunda clasificada de la general y no el de primera de su categoría ya que mientras los segundos y terceros eran copas vulgares, el destinado al primero era un bonito trofeo con un monumento del pueblo.

Esperamos por si nos tocaba algo en el sorteo, pero no nos tocó nada, así que nos tuvimos que consolar tomando algo en un bar de la plaza. Después de un par de consumiciones, nos volvimos a casa.

II Milla de Carabanchel

Por segundo año consecutivo me he acercado al madrileño barrio de Carabanchel para participar en la milla que allí celebra el club Triatlón Carabanchel. Después de haber estado entrenando para la media de la semana pasada, no es la prueba más propicia, pero si no tienes ninguna pretensión, todas son buenas. Si el año pasado vine acompañando a un joven conocido, esta vez vine con mi amiga habitual.

Debieron tener algo de lío con las inscripciones o los correos porque a mí me llegó un correo varios días antes dándome información sobre el día de la carrera y sin embargo a mi amiga ni pío. Tuve que escribir para preguntar y me contestaron rápidamente que sí estaba inscrita en tiempo y forma.

La milla se celebra en la calle de la Torta junto al pinar de San José y no queda muy lejos de casa, así que no tuvimos mucha prisa. A las nueve salí de casa y en un cuarto de hora estábamos retirando el dorsal, que fue entregado de manera diligente. Mi amigo aprovechó el servicio químico que habían instalado a la vuelta de la esquina.

Yo ya conocía el circuito del año pasado y se lo estuve enseñando a mi amiga aprovechando para calentar, ya que ella salía en la primera tanda. Me encontré por allí, igual que el año pasado, a mi antiguo compañero de MaraTI+D Alberto, con el que estuve charlando un rato. El circuito no es en absoluto llano. Mirando desde el arco de salida/llegada, existe una ligera bajada hacia un lado y una ligera bajada hacia el otro, así que toca subir y bajar dos veces por vuelta. Eso sí el desnivel es muy pequeño.

Ella estaba muy preocupada porque estando en la línea de salida estaban cuatro y las otras tres tenían pinta de correr mucho, así que decía que iba a llegar la última; sin embargo, según se iban acercando las diez de la mañana empezó a poblarse la línea de salida y ya se tranquilizó un poco. Dieron la salida y las chicas Máster se pusieron en marcha. Mi amiga salió un poco tranquila y luego fue apretando, llegando en una meritoria quinta plaza con un tiempo según su crono de 7:18 y oficial de 7:16. Está bien que te quiten unos segundos.

Cuando llegó a meta me quité la ropa de abrigo, porque la mañana era fresca, hice unos progresivos y me fui hacia la línea de meta. El speaker decía que iba a correr el campeón de Madrid de la milla y el subcampeón de España de 800 metros, pero luego viendo los tiempos no sé si realmente corrieron o no. Dieron la salida y salí a tope, aunque reconozco que en las cuestas abajo no soy capaz de desarrollar toda mi velocidad y en las cuestas arriba, tampoco, porque me cuesta. El que sí iba como un tiro era Alberto, que al poco de empezar me sacaba ya lo suyo.

Había puesto el reloj para que pitara a los 400 metros y había calculado que para ir a un ritmo de 4:00 min/km tenía que hacer los 400 metros en 1:35 y el primer tramo lo clavé. El segundo ya se fue a 1:36 y el tercero a 1:37. En el último cuatrocientos ya apreté lo que pude y lo hice en 1:35. Llegué a meta con un tiempo, según mi cronómetro, de 6:28.7 que coincide hasta las décimas con el tiempo oficial. Lo hice un par de segundos peor que el año pasado, pero este año hacía algo más de viento y creo que eso ha perjudicado a todo el mundo.

En pleno esfuerzo con el pinar de San José al fondo

Después de la milla estuvimos trotando un poco por el pinar, tratando de esquivar los charcos porque el día anterior había llovido lo suyo. Hicimos cinco kilometrillos por allí para bajar las pulsaciones y hacer algún kilómetro más de entrenamiento. El año que viene, si puedo, volveré a estar en la Milla de Carabanchel.

XVIII Media maratón de Latina

Este año no tenía intención de participar en esta carrera, prefería haber corrido la prueba de cinco kilómetros que también organizan y con la que comparten salida, pero una amiga me animó a que participar y en el último mes estuvimos entrenando cuestas y haciendo tiradas largas los domingos por el Parque Lineal.

A las ocho y media quedamos en el punto de encuentro, se montó Juanqui en nuestro coche y partimos rumbo al Centro Comercial de Aluche donde pudimos aparcar el coche tan ricamente en el parking. Repartimos los dorsales a los compañeros que mi amiga y yo recogimos el viernes por la tarde. Nos fuimos hacia la pista del polideportivo donde está situada la llegada y allí dejamos la ropa en el ropero, aguantando hasta lo últimos minutos porque aunque el día era soleado, el viento era bastante fresco y fuerte. Dejamos la ropa y nos hicimos una foto los cinco compañeros del Club Atletismo Zofío, porque del sexto no sabíamos nada, no había dado señales de vida. Nos hicimos la foto y fuimos trotando hacia la calle Guareña donde está situada la salida, donde llegamos casi con el tiempo justo.

Como decía el compañero, cuatro ases y un comodín.

Esperamos menos y ná y dieron la salida. Una de las compañeras de club, con la que suelo correr bastantes pruebas me dijo que no me preocupara de ella porque estaba enferma. Yo salí a mi ritmo, sin mirar el reloj y en el kilómetro tres o por ahí oí su voz no muy lejos. En el kilómetro siete, después de la cuesta de la Cuña Verde se puso a mi altura y en la bajada me adelantó. Había pasado hacía un rato la vela de 1h35 y dije que si íbamos a ese ritmo podíamos hacer un tiempo como el año anterior. Fuimos juntos hasta la cuesta de Batán donde se quedó porque en la bajada ya no la veía. No tenía claro si se había retirado porque me iba diciendo que no podía respirar.

La vuelta desde Lago se me hizo dura porque hacía mucho aire en contra y es cuesta arriba. Por supuesto, la cuesta Aisa se me hizo dura porque lo es y el tránsito por la calle Valmojado, junto al parque, se me hizo dura también, nada que ver con el año anterior que en esa zona iba como un tiro. En Valmojado me adelantaron unos cuantos y vi que el globo de 1h40 estaba cerca de mí, así que mi propósito era que no me alcanzara. También se me hizo duro el último kilómetro por la calle donde salimos ya que de nuevo pegaba el viento en contra y era frío. Una chica del club Maratonianos de Leganés, con la que había ido muchos kilómetros y que la había dejado atrás, me adelantó en Valmojado y ya no pude alcanzarla. Llegué a meta justo cuando el reloj cambiaba de 1h39 a 1h40, aunque el tiempo neto fue de 1h39:55 con el que me doy con un canto en los dientes. ¡Qué tiempos aquellos en los que hacía diez minutos menos!

Entré en meta y fui directamente a recoger la ropa para no quedarme frío. La compañera cono la que había compartido unos kilómetros y que estaba enferma no tardó mucho en llegar y mi amiga apareció justo detrás de la vela de 1h50 aunque su tiempo fue de 1h52:06. Vi que venía cojeando y me emocioné al pensar que había llegado a meta con el pie dolorido. Nos vestimos, esperamos a que llegara Juanqui y nos fuimos al centro comercial a tomar un café porque decía la compañera que necesitaba algo caliente y seguro que lo necesitaba porque tenía los labios morados de frío.