Es una tradición tomar con los amigos café y perrunillas el día de Nochebuena y Nochevieja. Encargamos a una amiga que comprara estos típicos dulces extremeños, pero no los consiguió encontrar, así que en Nochebuena tomamos pastas normales de té en Nochebuena. Esta situación había que revertirla en el último día del año.
Recordé que en Orcasur montan un mercadillo todos los sábados, así que se me ocurrió ir hasta allí a buscar las dichosas perrunillas. Como este mercadillo lo montan cerca de Pradolongo hice unos kilómetros por el parque, luego me acerqué al mercadillo y ¡¡¡encontré las perrunillas!!! Por fin.
Yendo hacia el mercado, atravesando el parque, vi a una señora que tenía un perro protegido por un bozal y agarrado con una correa. Pensé que debía ser fiero el animal y vaya si lo era porque cuando pasé a su lado se lanzó a por mí dando ladridos que me dieron un susto brutal. La verdad es que en este caso no se puede culpar a la dueña del perro porque hizo lo que tenía que hacer, llevar al perro atado y con bozal. Nada que reprochar. No me gusta llevarme un susto como el que me he llevado, pero imagino que es el precio que tenemos que pagar por convivir unos con otros.
Después de la compra volví a casa atravesando de nuevo el parque de Pradolongo por lo que totalicé 6 km en un tiempo de 33:32 @ 5:34 min/km. Se trataba hacer pocos kilómetros y tranquilos, que al día siguiente llega la San Silvestre de Villaverde Alto.