Otro percance canino más. Y ya van unos cuantos.

Íbamos corriendo ayer tan felices unos cuantos pradolongueros cuando pasamos por una zona donde siempre hay perros sueltos y dueños de perros charlando tan tranquilamente sin control ninguno sobre los canes.

En la primera vuelta vino hacia nosotros un perro ladrando y metiéndose entre nuestras piernas. A mí me hizo parar, pero no lo di mucha importancia porque iba tranquilo. En la segunda vuelta el mismo perro hizo la misma jugada y unos de los compañeros le dio un pequeño toque. Entonces sí se levantó el dueño del banco a echarnos la bronca, pero antes que nos había molestado no pasaba nada. Hubo algunas palabras y alguna amenaza y ahí acabó todo, no llegó la sangre al río.

Esto ha provocado que busque la normativa sobre perros del Ayuntamiento de Madrid. Y dice así en uno de sus puntos:

Los perros podrán permanecer sueltos en las zonas acotadas por el Ayuntamiento para este fin. En los parques y jardines, sin perjuicio del horario de cierre de cada uno de ellos, podrán estar sueltos entre las 19 y 10 horas en el horario oficial de invierno, y entre las 20 y 10 horas en el horario oficial de verano, quedando exceptuadas las zonas de recreo infantil, de mayores y otras áreas en las que figure expresamente la prohibición de su acceso. En el horario restante los perros deberán ir provistos de correa.

Ayer quedamos en el punto de encuentro a las 19:00. Tardamos algo menos de media hora en dar una vuelta por lo que serían las 19:40 como muy tarde cuando pasamos por allí. Dado que aún rige el horario oficial de verano, ese perro no debería haber estado suelto. Y si no hubiera estado suelto no hubiéramos tenido ninguna movida rara.

Después de estar un rato discutiendo y el dueño amenazando, como suele ocurrir proseguimos nuestro camino a ritmo tranquilo. Apreté en la última milla para hacerla en un tiempo de 6:50.3 @ 4:14 min/km. Un tiempo birria, pero por ver si las piernas podían moverse deprisa. No pude poner el GPS a tiempo por lo que sólo marcó 5,9 km.