Hablando del diluvio

Hablaba el otro día de Enki, el dios mesopotámico y de que fue él quien avisó a los hombres del diluvio universal. Pues no sé si nos habrá advertido otra vez porque parece que ya estamos en pleno diluvio. Bueno, lo digo de manera figurada, porque es cierto que está lloviendo bastante y durante bastantes días, pero aunque en Madrid nos pueda chocar, es algo normal por el norte de España.

Llegué a casa con pocas ganas de nada después de haberme tenido que pelear por montar en el metro, debido a la huelga y mojado. Y sobre todo viendo que la lluvia no amainaba…

Hice de tripas corazón, me puse la ropa de correr y salí. Llegué al parque de Pradolongo y vi que estaba todo encharcado y embarrado, por lo que no me pareció el mejor escenario para ir algo más deprisa de lo normal. Así que opté por atravesar el parque y dirigirme a Madrid Río que aunque algún charco tiene, se puede correr mejor.

Al poco de llegar a Madrid Río, cuando cumplí el tercer kilómetro aceleré el paso tratando de llegar a 4:35 más o menos y mantenerlo durante ocho kilómetros. Vi a un tipo pocos metros delante de mí y me puse como objetivo darle alcance, pero no hubo manera. Este hombre adelantó a otro y este nuevo de camiseta naranja fue el nuevo objetivo, pero tampoco pude con él.

Poco antes de llegar al Puente de Toledo venían cuatro y justo se dieron la vuelta delante de mí. Me dije, ésta es la mía, pero tampoco. Aceleraron como posesos y se fueron alejando cada vez más y eso que yo iba a buen ritmo, pero la gente iba deprisa, no habían salido a pasear bajo la lluvia.

Pasé por el Calderón, se me cayó alguna lágrima ¿o fue el sudor que me chorreaba por la cara? y continué hasta el puente verde en forma de Y. Allí me di la vuelta ya que se había cumplido el sexto kilómetro, la mitad de lo que tenía previsto.

Al darme la vuelta me di cuenta que el viento me había ayudado en la ida y que ahora a la vuelta se oponía a mi avance. Pero lo malo no es que me costara más avanzar, lo malo era que el viento me pegó la camiseta mojada al cuerpo y empecé a notar bastante frío en el pecho y abdomen. Desde luego la combinación viento y lluvia es de lo peor que hay para correr.

Debido al viento en contra me costó más trabajo tratar de mantener los 4:35, pero fui decentemente hasta que abandoné Madrid Río y aparecí en la calle Antonio López, donde se complicó el tema. Cuando llegué al kilómetro once bajé el ritmo para hacer el último de enfriamiento… Nunca mejor dicho.

Lo dicho, hice 12 km en un tiempo de 58:16 @ 4:51 min/km. Un entrenamiento duro bajo la lluvia, de los que curten.