Las Kalenji Kiprun LD son como la subida del 0,25%

El otro día en la manifestación de los jubilados vi una pancarta que decía «la subida del 0,25% es una mierda» y de ahí se me ha ocurrido el título de esta entrada. Y es que con las Kalenji Kiprun LD no estoy teniendo más que problemas. Que si una ampolla en la planta del pie, que si una ampolla encima del juanete, que si otra ampolla en el otro pie. Contento me tienen. Compré estas zapatillas porque estaban bien de precio y había leído buenas críticas y me he dado cuenta de aquello que decía mi madre: «lo barato es caro».

El problema principal que veo a estas zapatillas es la lengüeta, porque sólo está cosida a la parte de arriba de la zapatilla por el extremo de abajo de la lengüeta, de tal modo que al flexionar el pie quedan huecos entre la lengüeta y la zapatilla y por ahí puede entrar arenilla y provocar, por ejemplo, ampollas. Prefiero, sin lugar a dudas, una lengüeta que esté unida a la zapatilla casi en su totalidad y así evitar este problema. De hecho, estoy pensando en coserlo yo mismo.

Lo curioso es que la semana pasada corrí la media de Latina y no tuve problemas, pero hoy cuando ya llevaba unos quince kilómetros iba notando que me molestaba la parte del pie donde ya me salió la ampolla semanas antes. Debe ser que cuando corrí la media era por asfalto y no se metió ninguna piedrecilla y hoy el entrenamiento ha sido por caminos y alguna ha debido caer.


La ampolla sanguinolenta de hace tres semanas

Hoy nos juntamos seis pradolongueros en el punto de encuentro a las 9:30. Bajamos todos juntos al Parque Lineal, pero enseguida tres de ellos empezaron a acelerar y nos quedamos otros tres más detrás. Yo salí con la idea de acelerar también, pero más tarde, en el kilómetro diez. Así que fui con mis dos acompañantes hasta la decena de kilómetros y fue en ese punto donde empecé a aumentar el ritmo hasta tratar de ponerme a 4:20 durante dos kilómetros, luego bajar el ritmo otro kilómetro y volver a hacer otros dos a 4:20. Una jornada larga de tipo Jack Daniels. Y me salió poco más o menos porque hice el primer bloque a 4:23 y 4:25 y el otro bloque a 4:16 y 4:25. Eso sí, estos kilómetros me dejaron las piernas bastante cansadas y aún quedaban unos cuantos kilómetros para terminar el entrenamiento.

El caso es que «se» me acabó el parque cuando iba en el segundo bloque y por no subir hacia el 12 de octubre y perder el ritmo, opté por dar la vuelta a la cabeza y volver por el otro margen del río hasta la Caja Mágica y vuelta. Por supuesto, cuando di la vuelta, no había rastro de mis acompañantes, así que subí hasta Pradolongo y allí los encontré estirando.

Conminé a mi tocayo a seguir corriendo para completar los 22 km que nos habíamos propuesto antes de salir, pero me dijo que si lo quería hacer yo, que ya sabía el camino. De todos modos él se había dado más paliza que yo en el Parque Lineal y comprendí que no quisiera seguir.

Yo sí completé los 22 km en un tiempo de 1:53:55 @ 5:11 min/km. Un buen entrenamiento.

La báscula marcaba antes de salir 69,7 kg bastante más de lo que me gustaría. A la vuelta había bajado a 68,3 kg, pero esto no cuenta.