Llevo desde el entrenamiento del sábado con lumbalgia o algo similar. Porque si bien al principio sí me dolía toda la zona lumbar, se me ha ido quedando el dolor sólo en la pierna izquierda y un poco más abajo.
No tenía muy claro si salir a entrenar por el dolor y además el frío tampoco ayudaba, pero quería probar si con esa molestia podía correr más o menos decentemente.
He pensado que quizás dando zancadas más cortas me dolería menos porque creo que hay un impacto menos violento, ayudado también porque el terreno estaba muy blandito y eso amortigua más todavía el impacto.
Como tengo costumbre de alargar la zancada, sobre todo cuando acelero, tenía que ir todo el rato pensando en acortar la zancada. Era, por tanto, como un mantra: tengo que acortar la zancada, tengo que acortar la zancada, … Así me he pasado casi todo el entrenamiento.
La cosa no ha ido mal hasta los últimos tres kilómetros que mis compañeros han acelerado un poco y me costaba no alargar la zancada y aumentar la cadencia. Ahí lo he pasado un poco mal, pero es lo que hay que entrenar.
Han sido en total 9,7 km en 50:19 @ 5:11 min/km. No ha sido un entrenamiento feroz, pero no hemos ido de paseo ni al comienzo. Y el dolor ha sido mínimo, que es lo más importante.
Por cierto, no sé si lo he dicho, pero hacía un frío de narices. Nevó en Madrid el lunes y todavía se notaba el frío. Además venía un viento de este a oeste que congelaba hasta las ideas. Llamaba la atención porque siempre el viento viene de oeste a este. Debe ser por eso por lo que era tan frío.