Este fin de semana navideño me han invitado a pasar unos días de turismo rural, es decir, en casa de una amiga en su pueblo. Por supuesto, no iba a dejar las zapatillas en casa y más con el «regalo» que tenía en la suela. Así que el objetivo de hoy era simplemente correr por los caminos para dejar la moñiga allí donde pisara. Y por cierto, eso de que dicen que pisar una moñiga da suerte… Todo mentira, ayer en la lotería no me cayó ni el reintegro.
Como no tenía prisa, he salido a mediodía, esperando que el sol calentara un poco el ambiente. Como el día estaba soleado, aunque el aire era fresco, no se estaba mal. Además el dolor de garganta parece que ha remitido un poco, por lo que ha sido un entrenamiento magnífico.
He hecho sólo 8 km a un ritmo bastante llevadero ya que mañana toca carrera. He tardado 41:45 en recorrer esos 8 km a un ritmo de 5:13 min/km. Y lo más importante, después de terminar he observado con detenimiento la suela de la zapatilla y estaba perfectamente limpia. Objetivo cumplido.