Me advirtieron que no diera zancadas muy largas para que me molestase la lesión lo menos posible y me lo he tomado muy en serio. Había quedado con Ángel, Joaquín y mi tocayo para correr juntos a las 18:45 para aprovechar la luz todo lo que se pudiera.
Ángel iba muy despacio porque está medio lesionado, así que decidí ir a su ritmo, pero luego me di cuenta de que fue un error porque hicimos casi todos los kilómetros a un ritmo de seis minutos el kilómetro y la rodilla izquierda se empezó a quejar. Está claro que ir tan despacio no es nada bueno para la rodilla, pero por otro lado, tampoco quería ir muy deprisa por el tendón. Difícil optar por una cosa u otra, de todos modos, opté por ir despacio y yo creo que ha sido peor el remedio que la enfermedad.
Hicimos 10 km en 1:00:12 @ 6:00 min/km. Demasiado despacio.