A veces no importa madrugar

No cabe la menor duda que para correr con este calor lo mejor es evitarlo y para ello, es imprescindible levantarse temprano. Hoy es sábado y fastidia un poco tener que madrugar cuando se hace durante toda la semana laboral, pero luego se agradece cuando en pleno entreno notas algo de fresco.

Quedamos a las 8:15 en el punto de encuentro habitual y nos presentamos tres: Miguel, una amiga y un servidor. Estuvimos un rato estirando y esperando por si venía alguno más y como diez minutos más tarde nos pusimos en marcha. Diez o doce grados menos de lo habitual se nota y mucho. Además por el Parque Lineal a esas horas hay bastante sombra y da gusto correr.

La ida fue hasta el último puente. Lo cruzamos y en vez de terminar el circuito, volvimos por el otro lado del río. Al llegar de nuevo al punto de encuentro, llevábamos trece kilómetros y pico, por lo que hicimos un rodeo para completar los catorce y, ya de paso, acabar en la fuente para refrescarnos.

En el puente, junto al punto de encuentro, estaban los pradolongueros jubilados que habían terminado también el entrenamiento, así que estuvimos departiendo un rato mientras estirábamos los dos grupos juntos.

Lo dicho, fueron 14 km en un tiempo de 1:14:20 @ 5:18 min/km. Un buen entrenamiento y magníficamente bien acompañado.

Hoy la báscula marcaba 70,2 kg. He bajado una miaja, pero aunque sea poco, siempre es mejor que subir.