Ni el apuntador

Hoy sólo hemos aparecido dos en el punto de encuentro. Nos ha fallado Jesús para hacer el trío habitual de los últimos días. El resto de los compañeros están desaparecidos en combate. Algunos por las vacaciones y otro porque está esperando descendencia y tiene otras cosas que hacer a las horas que vamos a correr.

Como todos estos días, la temperatura es elevada y las ganas de correr inversamente proporcional a la temperatura, es decir, pocas, pocas; sin embargo, ya que te pones a dar vueltas al parque, pues algo hay que hacer, no sólo ir al trote cochinero, aunque bien es cierto que muchas veces hasta es difícil hacer eso.

Después de una vuelta de calentamiento, hemos elevado un poco el ritmo y luego hemos empezado a jugar un poco. La idea era ir tratando de marcar un ritmo durante un kilómetro sin mirar el reloj y ver si nos acercábamos a lo previsto. Empezó Joaquín tratando de ir a cinco minutos el kilómetro y casi lo clava, ya que hizo 4:56. Luego traté de hacer lo mismo y se me fue un poco, pero tampoco estuvo mal: 5:02. El siguiente lo marcó Joaquín a 4:50 y también estuvo muy cerca, hizo 4:48 y el último me tocaba a mí y traté de hacerlo a 4:45. Lo clavé, pero reconozco que eché un ojo al cronómetro a mitad de recorrido.

Así con la tontería, hice un total de 9,4 km en un tiempo de 50:20 @ 5:20 min/km. Acabando, como todos estos días en la fuente.