Últimamente llego al punto de encuentro más tarde de lo habitual. Hoy, cuando he querido llegar, ya eran las siete y cuarto y, por supuesto, ya habían partido todos.
Así que he acortado un tramo para ver si conseguía alcanzarlos. Y lo he hecho, pero me he tenido que dar un buen tute, tanto que he hecho ese primer kilómetro en 4:52. Ha sido llegar a su altura y el ritmo ha disminuido bastante. Y cuando digo bastante, digo bastante, que hemos estado rodando cerca de los seis minutos.
Aquí nadie tiene ganas de correr ¿o qué pasa? El caso es que yo tampoco tenía demasiadas y me he acoplado a ese ritmo cansino y así han transcurrido los kilómetros, a paso tortuga. Además hoy ha hecho bastante calor, por encima de los veinte grados a esas horas, entre siete y ocho de la tarde.
Al final he completado solo 8 km en un tiempo de 45:17 a un escalofriante ritmo de 5:39 min/km. Algunos compañeros han seguido corriendo para hacer más kilómetros de cara a la maratón. Que corran, que corran, que dentro de pocos días se van a meter entre pecho y espalda nada menos que 42 kilómetros.