Diecinueve días para nada

Acabó la media de Villarrobledo y tomé dos decisiones: la primera tirar las zapatillas a la basura que estaban ya fatales y la segunda descansar unos días para ver si mejoraba del tendón de aquiles que llevaba más de un mes dándome guerra.

Han pasado diecinueve días desde entonces y hoy he vuelto a calzarme unas zapatillas. Me he dado cuenta de que ese periodo de tiempo de descanso no ha servido para nada, porque el tendón me seguía molestando. Bueno, algo ha cambiado desde entonces: he cogido un par de kilos gracias a la inactividad, a las torrijas, a las rosquillas y a mi glotonería. Así que ya tengo tarea para estas semanas que están por venir.

¡Y qué mejor que empezar a correr en viernes de pasión! Al ser festivo no madrugué mucho y sobre las diez y media salía hacia Parque Sur. Hacía un día soleado y con una buena temperatura, así que salí fresco. Como suele ocurrir, me crucé con algún descerebrado abrigado hasta las cejas y esta vez, lo digo literal. Resulta curioso que a estas alturas todavía no sepan algunos que sudar no adelgaza, que luego se recupera bebiendo. Bueno, no quiero seguir que esto da para otra entrada.

La idea era hacer tres vueltas para completar 9 km y eso fue lo que hice. Sin mirar el cronómetro, simplemente corriendo sin más pretensiones. Después de dar las tres vueltas, miré el reloj y marcaba 9 km en un tiempo de 47:02 @ 5:13 min/km. No muy buenas sensaciones por el tendón, pero hay que acostumbrarse a correr con alguna molestia siempre.