No puedo con ellos

Hoy sábado me he despertado pronto, no sé muy bien el motivo y he decidido acudir al punto de encuentro de los fines de semana a la hora establecida: nueve de la mañana. Me he llevado una buena sorpresa, ya que sólo dos habituales estaban por allí: Quique y Miguel.

Así que sólo hemos empezado los tres el entrenamiento. Tenía esta pareja la idea de hacer un entrenamiento de calidad, pero yo tenía las patas todavía «convalecientes» así que les comenté que me iba al río yo solito; sin embargo, parece que les convenció mi idea y nos hemos ido los tres para el Parque Lineal.

Hoy iba ciego, la batería del GPS se había descargado y no era consciente de ello hasta que he salido a la calle, pero tampoco iba a dejar de entrenar por eso. Además los demás sí llevaban GPS así que sólo era cuestión de preguntar de vez en cuando para ver más o menos como iba.

Iba bien hasta el kilómetro diez o así, que empecé a notar las piernas muy cansadas. Además han empezado a tirar mis dos compañeros y me han dejado solo con mi dolor de patas. Bueno, luego en la fuente de la salida del parque me han esperado. Realmente, no son tan malos como parece 😉

La verdad es que se me ha hecho muy laaaaaaargo el recorrido. Hemos completado 16 km y hacía mucho tiempo que no me aproximaba a esas distancias, nada menos que desde la maratón de Sevilla, allá en el mes de febrero.

Al llegar de nuevo al punto de partida, pregunté a Miguel el tiempo y me comentó que una hora y dieciocho minutos. No estuvo mal el entrenamiento, aunque me resultara algo pesado.

Hoy la báscula marcaba el mismo peso que la semana pasada: 67,6 kg. No está mal, todo lo que sea no aumentar de peso no está mal.

Brillo en los ojos

Hoy sólo estábamos cuatro en el punto de encuentro. Como últimamente los entrenamientos son a cuchillo, llegábamos todos con intenciones aviesas. Se notaba en el brillo de los ojos de cada uno de los componentes del cuarteto: hoy había guerra seguro.

En la primera vuelta ya se veía que la cosa era seria. Normalmente, rondamos por los 5:45, pero hoy hicimos la primera vuelta en 5:19 ya calentando las piernas para lo que vendría después.

Acabamos la primera vuelta y empezó la fiesta. El primer kilómetro en ¡¡¡3:59!!! muy deprisa para un entrenamiento. El segundo fue algo más lento, en 4:08 que tampoco estuvo mal; el tercero en 4:06, el cuarto en 4:07 y los últimos 600 metros, totalmente reventado y cuesta arriba, en 4:13. No estuvo mal esa segunda vuelta, en la que fuimos a un ritmo de 4:10. Telita.

Mi objetivo, ya que en estos momentos me resulta imposible seguir a Miguel y a Quique, era tratar de bajar de veinte minutos en esa segunda vuelta, pero me quedé a las puertas. Hice justo 20:00, por lo que tendré que esperar a otro día para conseguirlo.

En total hice 9,6 km en un tiempo de 45:29 @ 4:42 min/km.

Le estoy cogiendo el gustillo

Después de unas cuantas semanas de una temperatura inusual -por lo caluroso-, esta semana ha empezado con frío. Hoy he llegado a casa con el frío metido en el cuerpo, pero ha sido ponerme el pantalón corto y la camiseta de manga corta y lanzarme a la calle y el frío ha desaparecido de mi cuerpo como por ensalmo.

Algunos del grupo han decidido hacer series de trescientos metros, pero he preferido seguir a un ritmo tranquilo charla que te charla con Joaquín y Emilio II. Cuando faltaba una milla, un imponente cambio de ritmo para tratar de hacer esos 1600 y pico metros lo más rápido posible, tratando de ir a un ritmo por debajo de cuatro. Pero hoy no era el día más apropiado porque el terreno estaba blando después de las lluvias caídas el domingo y el lunes. Los primeros mil metros muy por encima del ritmo previsto, a 4:06 y los siguientes seiscientos metros a un ritmo algo mejor, a 3:57. En total han sido, según el Garmin, 1640 metros en 6:37 que en una milla sería algo equivalente a 6:29. ¿Seré capaz algún día capaz de bajar de seis minutos? Difícil lo veo.

Estoy cogiendo el gustillo a este tipo de entrenamiento, el de ir tranquilo hasta el kilómetro ocho y luego tratar de hacer la última milla a toda pastilla. Estoy convencido de que es un entrenamiento que no sirve para mucho, pero mola.

Hoy el Garmin ha tardado lo que no está escrito en pillar los satélites, así que lo he puesto en marcha cuando llevaba un kilómetro de entrenamiento. Así que han sido 9,6 km aunque sólo haya marcado 8,64 km en 46:22 @ 5:22 min/km.

Sube cada cuesta como si fuera la última

Una de las frases preferidas de Cholo Simeone es aquella que dice: «Juega cada partido como si fuera el último». Hago mía esta frase para tratar de explicar el entrenamiento de esta mañana.

Salí con la idea de hacer cuestas. En Pradolongo tengo identificada siete cuestas que se pueden ir haciendo una detrás de otra, eliminando la necesidad de hacer siempre la misma una y otra vez. Cada una de las cuestas es diferente de la otra: distinta longitud, distinta pendiente. Esto hace el entrenamiento más variado y atractivo.

La jugada era hacer esas siete cuestas comenzando de este a oeste y luego un trote largo para volver a comenzar desde el principio esas mismas siete y en el mismo orden. En total, dos series de cuestas.

Resulta sencillo saber el ritmo a llevar cuando haces series en llano. Jack Daniels ayuda y mucho para saber el ritmo a llevar. Cuando se hacen cuestas y cada una de su padre y de su madre resulta complicado llevar un ritmo uniforme ni fiarse tampoco del cronómetro. Así que pronto surge la pregunta, ¿qué ritmo debo llevar en las series?

Según iba haciendo cuestas di con la respuesta. Se me vino a la cabeza la frase del Cholo, que es perfectamente aplicable a este entreno: hay que subir cada cuesta como si fuera la última. Da igual la primera que la decimotercera. Y así fue como lo hice, sobre todo en la segunda tanda.

El entrenamiento completo consistió en hacer tres kilómetros de calentamiento y luego las dos series de cuestas, subiendo a tope y bajando al trote. Entre cuesta y cuesta también al trote pero un poco más alegre. Después de todas las subidas y bajadas, dos doscientos y un poco más de trote para llegar a los diez kilómetros. La verdad es que me encontré bien subiendo las cuestas. Muy bien.

En el tema del peso por fin he conseguido bajar de los 68 kilos. Ayer sábado la báscula marcaba 67,6 kg que indican que voy por el buen camino hacia el objetivo de los 66.