Se nota que es verano porque hoy hacía un calor de mil diablos y además había pocos corredores en el punto de encuentro. Sólo éramos tres: los dos jotas y un servidor. Joaquín venía con ganas de dar a la zapatilla así que salimos lentos, pero fuimos progresando cada kilómetro.
Debido al calor, paramos a beber en la primera vuelta (cerca del primer kilómetro) y en la segunda, sobre el cinco y medio. Jesús aprovechó esa parada técnica para ir separándose de nosotros astutamente. Nos tocó apretar de lo lindo para ponernos a su altura y desde entonces, tratar de mantener un ritmo entre 4:20 y 4:25.
Aunque habíamos bebido hacía nada, antes de llegar al kilómetro siete ya estaba otra vez con la boca seca, pero parece que ahora el calor me afecta menos que antes, no iba demasiado mal para la chicharrera que hacía.
Treinta y cinco grados para correr, ¡casi nada!
No estuvieron mal esos cuatro kilómetros, que hicimos a 4:24, 4:22, 4:24 y 4:20. Después, enfriar trotando hasta la fuente.
En total fueron 9,4 km en 47:21 @ 5:04 min/km.