Hoy no era un día de ir deprisa, no sé bien por qué, parece que ninguno de los que nos hemos juntado teníamos ganas de apretar, así que íbamos más pendientes de ir charlando que de ir corriendo. Esto hace que el tiempo se pase casi sin darse cuenta
Según íbamos corriendo la charla era sobre la inminente -casi- maratón de Madrid. Joaquín tiene la teoría de que la maratón es la carrera por antonomasia, que todo lo demás no son más que relleno, que pueden ser más o menos bonitas, más o menos interesantes, pero que ninguna se le acerca a la maratón, la carrera.
Sobre todo venía porque se está convirtiendo en habitual que junto a la maratón se celebren otras carreras con la idea de que el organizador infle las cifras de si han sido tantos miles los participantes cuando no lo son tantos los que corren los cuarenta y dos kilómetros. Aquí estoy de acuerdo totalmente con Joaquín. La maratón es mucho más importante que cualquier otra distancia cuando se celebran las unas con las otras. Las otras distancias no deberían empañar el lucimiento de la maratón. Los maratonistas deben ser protagonistas ese día, nada que otros le roben su protagonismo.
Un ejemplo claro lo pudimos vivir en primera persona en Ciudad Real cuando por primera vez juntaron la media y la entera. Se dio la curiosa circunstancia que mientras estaban subiendo al pódium los de la media con mucho jijiji y mucho jajaja, los esforzados maratonistas llegaban a la meta y la gente casi ni se daba cuenta. Pero por favor, que ellos son los protagonistas. Aplaudan a rabiar a estos verdaderos héroes.
Pues bien, discutiendo que si sí, que si no y teniendo en cuenta que llegué tarde al punto de encuentro conseguí hacer 9 km en un tiempo de 48:56 a un ritmo tranquilo de 5:26 min/km.