Ayer no pude salir, por lo que he salido hoy. Tenía que ir al polideportivo del Valle de las Cañas de Pozuelo así que había planeado una ruta que salía de casa y me llevaba a dicho sitio. El camino directo eran menos de los 18 km que tocaba hacer hoy, así que la ruta planeada daba una pequeña vuelta por la Casa de Campo.
Salí de casa poco antes de las cinco para que no se me hiciese de noche, con la digestión todavía sin hacer y eso provocó que fuese durante un montón de kilómetros incómodo con la tripa. Sobre la marcha, decidí cambiar la ruta que cuidadosamente había planeado, con la idea de hacer más kilómetros por la Casa de Campo y de esta forma pisar menos asfalto y más tierra; sin embargo, la modificación que se me ocurrió en el último momento provocó que hiciera muuuuuchos más kilómetros de los que tenía planeados, de los 18 km kilómetros que debería de haber hecho hasta los 24 km que al final hice.
Pero el mayor problema no fueron los kilómetros de más, lo peor fue lo de la digestión, que me estuvo dando guerra la mayor parte del entreno. A eso se añadió la lluvia, que aunque muy fina no cesó en todo el tiempo, el barro que había en algunas zonas de la CdC y que se hizo de noche en el tramo que menos conocía: la salida de la CdC hasta el polideportivo del Valle de las Cañas. Todo junto provocó que sufriera de lo lindo en las dos horas que estuve desgastando zapatilla.
Fue uno de esos entrenos asquerosos que estás deseando acabar casi desde el comienzo, pero que en este caso no quedaba más remedio que terminar porque me esperaban en el final. De todas formas, de cara a la maratón, no viene mal este tipo de recorridos duros porque enseñan a la mente a sufrir cuando la cosa se pone fea, que no es una situación rara en los cuarenta y dos kilómetros.
Cuando llegué a casa, me subí a la báscula por curiosidad y marcaba 68,1 kg que son ¡dos kilos menos que el sábado pasado! Sin duda, el entreno había dejado huella en mi cuerpo.
Lo dicho, el entreno ha consistido en 24 km que he realizado en un tiempo de 2:08:59 @ 5:22 min/km.
Hoy hace nada menos que 28 años que falleció mi padre. Sigue presente en mi memoria.
Febrero del 58 en un vehículo de última generación
Un comentario en “¡Tenían que haber sido dieciocho!”
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