Andaba yo haciendo estiramientos en el descansillo de las escaleras cuando he comenzado a escuchar un ruido de lo más extraño. Pensaba que los vecinos estaban demoliendo su casa o algo parecido, pero me he asomado por la ventana y he visto la causa del ruido. Una furiosa tormenta de aire y agua azotaba los árboles.
Cuando lo he visto, ha pasado por mi cabeza no salir a correr, debo confesarlo, pero justamente hoy a la hora de comer hablaba con un compañero y le decía todo ufano que yo salía a las siete martes y jueves y que no me volvía atrás por ningún motivo. Pues bien, esa tormenta casi lo ha conseguido. Pero al final, he cogido el impermeable y a la calle a correr.
He tenido suerte, porque pasados unos minutos, ha dejado de llover con esa fuerza inusitada, aunque seguía haciendo viento. Al llegar al punto de encuentro, lo normal: no había nadie, pero enseguida ha aparecido Emilio y poco después Miguel, así que hemos formado un terceto como el martes, aunque cambiando un Emilio por otro. Los tres nos hemos librado del tormentón por los pelos.
Si el martes el terreno estaba mal, hoy estaba peor. No ha parado de llover y el terreno ya no absorbe más agua. Así que de nuevo nos hemos planteado salir por el carril bici, sólo que esta vez hemos ido dirección Aluche. Este recorrido tiene la pega de que es cuesta arriba casi todo el camino de ida, pero se compensa con la vuelta, que es cuesta abajo.
Después de haber calentado un poco los músculos, hemos aprovechado los repechos que nos encontrábamos para hacer breves cambios de ritmo, así que el entrenamiento ha estado entretenido. Curiosamente, la vuelta, al ser terreno más favorable, se hace más aburrida.
Entre la ida y la vuelta, hemos realizado 10,5 km en un tiempo de 54:43 @ 5:13 min/km. Una velocidad media muy tranquila, pero un buen entrenamiento por los cambios de ritmo realizados.
Habíamos hablado el martes para ir el viernes a tomar alguna cosilla, pero ayer ¡olvidé por completo llamar a la gente! Así que me ha tocado hacerlo después del entrenamiento y la ducha. Por desgracia, hay unos cuantos que no van a poder asistir.