Lo que hace una letra

Cuando me dio el punto de correr descalzo lo primero que hice fue buscar en internet información sobre el particular. Fui al gran hermano Google y escribí correr descalzo y salieron un millón de resultados. Como siempre se hace en estas búsquedas, se pincha sobre el primer enlace y acabé en la web de Correr descalzos la cual es una página guay, muy bien estructurada, con un foro, con una guía para correr descalzo, con un montón de artículos y publicidad ¿¿¿sobre zapatillas??? Resulta curioso que lo que más se ve en esa página son zapatillas, eso sí, zapatillas minimalistas… bueno, algunas de transición también que son de suela más «gorda».

Ayer recibí un correo de mi amigo Luis donde me hablaba de un conocido suyo que también corre descalzo y tiene una web que tiene un nombre muy similar: Correr descalzo. Tan similar que sólo cambia una letra, la letra ese del final. Esta web es bastante distinta a la otra: más caótica, más personal, menos profesionalizada y ¡¡¡no tiene publicidad de zapatillas!!! Ni minimalistas, ni de las otras.

Viendo el precio de las zapatillas llamadas minimalistas, se da cuenta uno de que es un negocio, un gran negocio. Estas zapatillas son igual o más caras que las zapatillas amortiguadas, aunque sólo por el ahorro de material deberían ser más baratas, además se supone que para fabricar este tipo de zapatillas no necesitan de centros de investigación y desarrollo para investigar nuevos materiales y estudiar la pisada.

No me gusta pensar mal y no suelo hacerlo, pero me da la sensación de que detrás de una de las páginas hay más interés comercial que otra cosa. No sé, quizás me equivoque. De todas formas, cada uno es libre de visitar las páginas que desee.

Por mi parte, sigo con mi lento avance hacia el descalcismo. Hoy me he atrevido a salir descalzo de casa. Creo que si hubiese salido en pelotas, no me hubiese dado tanta vergüenza. He llegado al parque, he hecho unos kilómetros andando y luego en el carril bici, doscientos metros más que el otro día, o sea, 1200 metros corriendo. Hoy he ido a 180 bpm, lo recomendado, y de nuevo el ritmo ha subido a 5:50 min/km aproximadamente y no se el porqué, pero hoy se me ha hecho largo el tramo corriendo. La verdad es que he salido muy tarde con muy pocas ganas, quizás eso influya también. Además el otro día me hice una pequeña herida en el dedo gordo del pie izquierdo y también iba un poco molesto por eso.

Al final, entre andar y correr, he totalizado 5,3 km en un tiempo de 56:44 y con ganas de llegar a casa desde que dejé de correr. Reconozco que hoy no he disfrutado del entrenamiento.

2 opiniones en “Lo que hace una letra”

  1. Esto de correr es todo un negocio para muchos, descalzo, con zapatillas o como sea.
    El otro día pensaba yo precisamente en ese momento que describes de salir de casa descalzo y me lo imaginaba como describes. Superar esa verguenza seguro que es toda una «terapia»
    Y por curiosidad, ¿no notas el calor del asfalto del carril bici? Yo he salido esta tarde-noche por el del Madríd río y se notaba en las piernas la radiación de calor del suelo, me imagino que descalzo tiene que notarse un montón.

    1. Hola Fran:

      Sí se nota el calor, de hecho estuve pensando si es esta la mejor época para probar este invento del «descalcismo». Pero claro, en invierno hace frío y tampoco es cuestión. Seguiremos intentándolo y ya veremos cómo acaba esto.

      Saludos.

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