Dice el refrán popular algo así como quién no estrena el domingo de ramos, se queda sin pies y sin manos. Impaciente de mí, no pude esperar al último día de la semana y hoy he estrenado unos bonitos calcetines largos del Decartón. No ha sido fácil encontrarlos, me he tenido que desplazar al Getafe a por ellos porque no encontraba mi talla. Y no han sido precisamente baratos, 25 machacantes me han costado, pero me han dado muy buenas sensaciones.
Calcetines largos del Decartón
Hoy había quedado Joaquín a las 17:30 porque él tenía intenciones de hacer 30 km e iba a acompañarle a hacer los primeros quince y luego el resto de la tropa pradolonguera le acompañaría en la segunda mitad. A esa hora nos encontramos en el punto de encuentro habitual y salimos hacia el Parque Lineal para hacer el circuito de ida y vuelta que totaliza prácticamente esos 15 km. Mucho calor y muchos mosquitos encontramos en el camino.
En el entrenamiento nos dimos cuenta lo importante que es la cabeza en estos entrenos largos. En un estado de forma semejante, yendo a un ritmo asequible, cuando estaba acabando mi entrenamiento, yo ya estaba un poco harto de correr y él se sentía como si acabase de empezar. Claramente su cabeza ya tenía asimilado que iba a ser una tirada larga y que 15 km son poca cosa, mientras que en mi caso, esos 15 km eran el límite y ya estaba deseando parar. Esto demuestra, indudablemente, que es la cabeza la que te lleva a completar una maratón, no las piernas. Si hiciésemos caso a las extremidades inferiores, haríamos poco más de media maratón, nunca una entera.
El caso es que completé los 15 km en un tiempo de 1:16:44 @ 5:07 min/km bastante acalorado, pero contento con los nuevos calcetines.