La mejor medicina

Desde ayer estoy moqueando. No sé si después de la media cogí frío o qué me ha podido pasar, pero esta tarde empecé a sentirme mal con la cabeza embotada, con mucho frío y con muy mal cuerpo. Estuve dudando si salir a correr o quedarme en casita; sin embargo, se impuso el sentido común y salí a correr pensando que las endorfinas me iban a venir de perillas.

Es lo mejor que pude hacer, ahora me encuentro mucho mejor aunque durante el entrenamiento no es que fuera muy católico. Menos mal que mis acompañantes no aceleraron mucho y pude ir con ellos. Y es que se me juntó el malestar con el cansancio del domingo.

Después del entreno, una vez en casa, estuve hablando con otro corredor, de los que se machacan de verdad, de los de siete días a la semana. Cuando le dije que la semana pasada había sido mi pico de kilometraje con 76 km, casi se echa a reír. Dice que para terminar con garantías una maratón hay que hacer ciento y pico kilómetros a la semana. Estuvimos discutiendo, que si sí, que si no y al final quedamos para hablar después de Málaga, a ver si los kilómetros que he entrenado sirven para acercarme a las tres horas y quince minutos. Me fío bastante de la tabla que puse en esta entrada del mes de julio. Aún así, ya me empiezan a asaltar las dudas, pero es algo normal a estas alturas de preparación, siempre ocurre.

El entrenamiento de hoy, que me ha servido de regenerativo, ha consistido en hacer 10 km en un tiempo de 55:57 a un ritmo de 5:35. Muy tranquilo y ciertamente eficaz.

Hoy Joaquín ha tenido una muy buena idea. Se ha llevado una linterna y alumbraba en las zonas más oscuras del recorrido. Gracias alcalde por hacernos vivir estos ratos de aventura. Con luz no sería igual.

2 opiniones en “La mejor medicina”

  1. La verdad es que correr a ciertas horas por el Pradolongo es mas cuestion de fe que otra cosa, hay zonas por donde no se ve un carajo, ayer si me ponen un agujero al lado del lago subiendo direccion Orcasitas, me caigo y nadie se da cuenta. ¡Es toda una aventura!

    La semana pasada sali a correr como tu, resfriado, lo pase fatal, las sensaciones eran nulas, pero dos dias despues estaba totalmente recuperado.

    Un saludo

    1. Hola Javier:

      Sí que es toda una aventura. Ayer traté de hacer kilómetros a un ritmo rápido y te juegas el esguince en muchos tramos porque cuando ves una zona oscura no sabes si es un agujero, una elevación del terreno o sólo oscuridad.

      Saludos.

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