Con la fresca

En vista de que ayer hacía mucho calor, hoy he decidido madrugar para realizar, como todos los domingos, un día más largo de lo habitual entre semana. En un principio iban a ser 14 km, pero se han quedado en 12 ya que había algo de prisa por volver.

He salido con compañía de una buena amiga y hemos bajado hasta el río, pero no hemos hecho el circuito completo obviamente. Cuando llevábamos seis kilómetros, vuelta. Se nota que era temprano porque hacía un fresquito que se agradecía después de la chicharrera de ayer. Luego a la vuelta ya hacía algo más de calor, pero pronto estábamos en casa.

Es evidente que cuando el calor aprieta el mejor momento para salir a correr es a temprana hora. Habrá que tenerlo en cuenta para próximas salidas, sobre todo para tiradas largas que estás más tiempo expuesto al calor.

Me parece que me estoy obsesionando con el tema del calor, pero es que hemos pasado de dormir con manta a dormir con la ventana abierta en una semana. Ha llegado el calor demasiado bruscamente.

Mi compañera de aventuras está cada vez mejor, hemos hecho los 12 km en 1:03:37, saliendo muy despacio y aumentando progresivamente la velocidad, como se puede ver aquí.

Ayer no me pesé, por lo que hoy me ha tocado subirme a la báscula. La cosa va cada vez peor, ya que hoy marcaba 69 kg. Y eso que ayer después de venir de correr el peso era de 67,3 kg. Si que había sudado, sí.

Con esta nueva pesada, ya he subido casi dos kilos desde el punto en el que más bajo llegué a estar (67,1) cuando preparaba Mapoma. Ahora que ha llegado el verano resulta difícil controlar la alimentación, pero tengo que hacerlo, no puedo echar por la borda el trabajo que llevo desde octubre con el control de la alimentación.