Gracias a Quique ya estoy inscrito a la media de Villalba, más conocida como la tragamillas. El precio de la inscripción ha sido de 12 € y porque lo ha hecho en una tienda, porque por internet el precio aumentaba un euro más. Lo más curioso es que si la inscripción se hace a partir del 15 de febrero, el precio aumenta aún más, a 15 €.
Esto de las inscripciones de las carreras es una auténtica locura. Que haya que apuntarse a finales de enero o principios de febrero a una carrera que se celebra en marzo, es de locura. Pero como siempre, la culpa no es de los organizadores, es de los corredores que nos prestamos a este juego.
Junto al dorsal viene un díptico con el reglamento, un plano del recorrido y la altimetría. Mirando el perfil, la verdad es que da miedo observar los últimos kilómetros porque desde el 14 hasta el 17 parece que está el Tourmalet. Sin embargo, mirando con más detenimiento, se puede ver que hay una subida desde los 875 m hasta los 930 m. Es decir, que se suben 55 metros en 3 kilómetros. O lo que es lo mismo, que la pendiente es de un 1,8%, que tampoco es como para morirse.
De hecho, si se compara esta subida con la más larga de Fuencarral, en unos 2,5 km se suben algo más de 75 metros, es decir que la cuesta tiene una pendiente algo superior al 3%, pero con picos que superan el 5%. Es, por lo tanto, bastante más dura que la de Villalba.
Véanse los últimos kilómetros de Fuencarral para saber lo que es verdaderamente una carrera dura. Aunque dicen que la media de Segovia es peor…