Agua, sal y vinagre es el remedio que me han recomendado para las ampollas. Y que no me las explote, por supuesto. El caso es que como tampoco tengo muchas ganas de correr esta semana, he hecho caso a las recomendaciones y lo cierto es que estoy bastante mejor. De hecho hoy empiezan a picarme, cosa que, supuestamente, es una señal de que se están curando. De todas formas, desde el miércoles ando con perfecta normalidad. Veremos si me recupero para el domingo para la carrera del barrio.