Según iba corriendo iba pensando en cómo titular el post de hoy. Pensaba hablar del beneficio para la salud que supone correr o del PlanE que están aplicando al Parque de Pradolongo, pero después de lo mal que lo he pasado en los dos últimos kilómetros, el título del post es el adecuado. Y es que he sufrido al hombre del mazo, como dicen los ciclistas, y en los últimos kilómetros no sabía si iba o venía. El caso es que hasta entonces había ido bien, muy bien, pero he ido a acompañar a Emilio hasta cerca de su casa y al darme la vuelta, el mazazo. Lo he pasado realmente mal esos dos últimos kilómetros. Cuando he llegado a casa me he puesto a devorar todo lo que he encontrado: galletas, sandwich de nocilla, avellanas, etc.
El caso es que había corrido dos vueltas en Pradolongo, la primera en 27:33 y la segunda en 25:40 y ya me parecía que esa segunda vuelta había sido muy rápida para lo que acostumbro últimamente. Quizás esa «velocidad inusitada» haya hecho que me haya vaciado del todo. Total, que hice casi 15 km así a lo tonto en 1h15.