Llevaba tiempo pensando en cambiar de zapatillas. Estuve buscando por diversos sitios algunas zapatillas pero no me convencían demasiado. Así que opté por la mejor solución. Fui directamente a Bikila, en la Avda. Donostiarra, comenté lo que quería y en pocos minutos tuve en mi pie unas bonitas Diadora Mythos Star II que me venían como un guante. Hay que reconocer que Bikila es algo caro, pero tienen un surtido alucinante y los vendedores saben lo que tienen entre manos. Recomendable si no quieres dar demasiadas vueltas tras unas zapatillas.
Diadora Mythos Star II
Que no se diga que la foto que he hecho a las zapatillas no parece profesional…
Una vez dado el primer paso, quedaba un segundo, que era ir a Josefa para que me metiera mano en el gemelo, ya que la lesión que me hice el 10 de agosto todavía persistía. Según parece tengo una pequeña contractura, pero que me puede permitir trotar sin muchos problemas. Después de la sesión, hielo y siempre, estiramientos antes y después de correr.
Un par de horas después de pasar por las manos de Josefa, salí a trotar a Pradolongo para ver cómo me encontraba. Y la verdad es que las sensaciones no eran buenas del todo. Tenía el gemelo dolorido por haberme metido los dedos y me costaba rodar por debajo de 6:00/km. Además hacía mucho calor. Total, un horror. Según iba corriendo pensaba en que dos meses antes podía correr a menos de cuatro minutos el kilómetro y ahora iba dos minutos más y a Dios gracias.
No se trataba de hacer gran cosa, por lo que me he contentado con hacer una vuelta a Pradolongo, totalizando 5 km en un tiempo de 30:09. Lo mejor es que las zapatillas no me hicieron ninguna rozadura ni me provocaron ampollas. Una gran elección.
Lo mejor vino después, porque al terminar me encontré con Miguel y Ninfa que estaban recibiendo unas clases magistrales de gimnasia de Isabel y me apunté. Luego terminé pagándolo.