A vueltas con el peso

Sabía que después de la comilona del pasado fin de semana había cogido peso. Y, efectivamente, cuando me he pesado esta mañana la báscula marcaba 68,9 kg. La verdad es que me ha parecido mucho, pero el cerdo es el cerdo…

Habíamos quedado a las 9:30 para ir al río. Allí estábamos cuatro pradolongueros pensando en no machacarnos demasiado para poder mañana rendir a tope en el Trofeo Marathon de cross. Sin embargo, me apetecía hacer más kilómetros, así que después de volver del río me he dado una vuelta a Pradolongo para totalizar 21,12 km -poco más de una media- en un tiempo de 1:59:32, yendo a un ritmo bastante cómodo de 5:40 en la ida y vuelta al río y a unos 5:10 en la vuelta a Pradolongo. Y es que ya hay que ir pensando en la maratón de Madrid y en ir acumulando kilómetros.

Lo que me ha sorprendido es que después de volver a casa y beberme medio litro de agua me he pesado y voilà sólo pesaba 67,6 kg. No sé qué pensar porque no me parece lógico bajar más de kilo y medio por haber hecho esos 21 km. De nuevo no entiendo nada.

Mañana será mi cuarta participación en el Trofeo Marathon de cross después de correr en 1999, 2005 y 2007. Y la táctica en una carrera tan corta, sólo 5150 metros, es la habitual en estas distancias: a muerte desde el primer metro y confiar en no reventar.

Indecisión

El grifo goteaba. La gata observaba como las gotas caían y el fondo del lavabo se humedecía. No sabía si meter la cabeza debajo del grifo y sorber las gotas que caían -lo cual implicaba mojarse- o quedarse quieta y no mojarse la cabeza. Pues eso me pasa a mí de cara a la carrera de mañana. No sé si poner toda la carne en el asador y atacar la hora y media -con la posibilidad no remota de petar brutalmente- o ser más conservador y quizás dejar pasar una muy buena oportunidad para conseguir una de mis metas atléticas de toda la vida. Al final, creo que sí, que meteré la cabeza debajo del grifo aunque me moje.


¿Me mojo? ¿O no me mojo?

De todas formas, aunque dude, soy optimista porque hoy he conseguido bajar de la barrera de los 69 kilos. La báscula marcaba 68,6 kg y eso me hace pensar que voy a conseguir hacer un gran tiempo mañana. Según la teoría de Luis, una disminución del peso supone un aumento proporcional a la velocidad que se puede desarrollar. Entonces, echando la cuenta de la vieja llego a la conclusión de que si el año pasado hice 1h36 y ahora he bajado el peso un 8 ó 9%, debería hacer un tiempo aproximado de 1h28. O sea, que bajar de 1h30 lo tengo chupao.

Hoy hemos hecho un entrenamiento suave en Pradolongo, una distancia aproximada de 6,5 km en 34 minutos, con unos cuantos progresivos, que según Quique es lo que hay que hacer el día antes de la carrera. Sorprendentemente, hoy lucía el sol después de muuuchos días de lluvia y cielo nublado.

Y hablando del tiempo, mañana predicen cielo nublado con un 45% de probabilidades de mojarnos, mientras que en Santa Pola -donde va a correr Quique- parece que hay un 90% de probabilidades de que llueva. Como dice él, parece que atrae las nubes. Los que vamos a correr en Getafe te lo agradecemos, Quique.

No es una carrera en la que haya participado mucho, pero las tres últimas ediciones no me las he perdido. Estos son mis tiempos:

2007 1:43:49
2008 1:40:44
2009 1:36:12

Estoy normal

Hace unos meses decía que estaba gordo porque el IMC (Índice de Masa Corporal) era de 27,4. Hoy puedo decir que estoy normal porque mi IMC es de 24,8 que es algo menor que 25 que marca el límite de la normalidad. Lo cierto es que desde que empecé a controlar la alimentación, allá a mediados de octubre, he bajado más de siete kilos de peso y eso se nota, vaya si se nota. A la hora de correr voy mucho más ligero y más rápido y a la hora de vestir ¡¡¡me queda todo muy grande!!! Hoy marcaba la báscula 69,1 kg. Me parecía imposible llegar a los 69 kilos y ya estoy a punto de rebajarlos. Increíble.

Hoy tocaba tirada larga para hacer kilómetros de cara a la media de Getafe que se celebra la semana que viene. He ido al río desde el Cotorruelo, totalizando 17,7 km en 1h27. He tratado de ir a 5:00/km en la primera parte (la ida hasta el río) y luego volver algo más rápido (sobre 4:50/km), pero he ido más o menos tanto en la ida como en la vuelta. Y es que la ida es más favorable que la vuelta. Al final, quieras o no, he llegado cansado a casa y sudando como un animal.

Hoy parece que el acelerómetro se ha portado, igual que el jueves. Y es que el martes me lo puse un poco más arriba de la zapatilla y se volvió un poco loco. No hay que tocarlo de donde se calibra.

Gran trabajo del club de atletismo Páris

Hoy se ha celebrado en el parque lineal del Manzanares el Trofeo Páris, organizado por el club de atletismo de mismo nombre. Pero no sólo se han limitado a organizar una carrera, sino que su trabajo ha sido ímprobo. Empezaron con las carreras infantiles, siguieron con la carrera popular (10 km), la carrera de la mujer (5 km) y, para terminar, el campeonato de Madrid de veteranos (10 km). Toda una maratón de organización. Yo este año no he participado, pero he estado por el parque y me parece que han hecho un trabajo extraordinario. Desde aquí mi más sincera enhorabuena. Por cierto, si se hubiese celebrado el 11 de enero, como el año pasado también hubiera sido pasado por nieve porque está nevando de lo lindo ahora en Madrid.

Aunque no he participado, me lo he pasado muy bien porque he estado haciendo fotos a mogollón, sobre todo de la carrera femenina, ¡espero que os gusten! Se pueden ver las fotos en este álbum.

Después de presenciar la carrera popular y la carrera de la mujer, empezaba el campeonato de veteranos, pero ya me he ido a entrenar porque se me iba a hacer tarde, así que desde allí he salido corriendo hacia Parque Sur a hacer unas cuestecillas.

Cuando he llegado a Parque Sur ya llevaba recorridos 2,5 km, por lo que he empezado con la primera cuesta (y la más difícil) nada más llegar. Después de esa, doce más; subiendo fuerte y con tiempo de recuperación… lo que tardaba en llegar de una cuesta a otra. Algunas estaban cerca, otras no. No es un método muy científico, pero prefiero esto a hacerlo todo cuadriculado.

Entre las cuestas y demás, casi 12,8 km, que no está mal después de la paliza de ayer.

Olvidaba comentar que después de no saber muy bien el peso que tenía ayer hoy he vuelto a repetir pesada. La báscula marcaba 69,7 kg que me parece un peso razonable. Sólo he engordado 200 g después de comer bastante roscón (y unos cuantos polvorones). Prometo a partir de hoy mismo volver a la pauta de comidas habitual desde mediados de octubre.

Una muestra como ha amanecido el lunes después de lo que nevó el domingo en Madrid.


Nevada sobre Madrid

Hoy es noticia

Hoy es noticia que no haya llovido. Desde que el día 21 de diciembre se puso a llover, creo que es el primer día que las nubes no descargan agua sobre nuestras cabezas. Es cierto que el agua es muy necesario y yo me alegro que llueva, pero ya resultaba algo cansino.

Sin peligro de que el líquido elemento volviera a surgir, he desayunado tranquilamente, he esperado un par de horitas y he salido a correr un par de vueltas a Pradolongo a un ritmo tranquilo. En la segunda vuelta me he parado a hablar con Pepe y Norberto y no he completado los cinco kilómetros. En total unos 9,5 km en 54:47, sin castigarme demasiado que mañana quiero ir a la Casa de Campo y ya se encargarán los compañeros del GGG en machacarme de lo lindo.

Por cierto que el nuevo cronómetro que me trajo Papá Noel no funciona como debiera. Ahora con el cambio de zapatillas marca menos de lo real, bien es cierto que ahora se acopla mejor a la zapatilla y no va inclinado como con las otras. Habrá que volver a calibrar el aparatito a ver si de una vez por todas calcula bien la distancia.

Hoy tocaba sesión de báscula. Iba algo temeroso a subirme al aparatito ya que entre la cena de Nochevieja y la comida de Año Nuevo me temía lo peor, pero me puedo dar por satisfecho ya que ha marcado el mismo peso que la semana pasada: 69,5 kg.

VII Carrera popular del aceite

Ya estoy de vuelta después de disputar esta mañana la VII edición de la carrera del aceite. Esta carrera se celebra en Los Navalmorales, provincia de Toledo.

Antes de la crónica, un poco de historia. Resulta que hasta 1835 Los Navalmorales eran dos localidades independientes: Navalmoral de Pusa y Navalmoral de Toledo. Ambos municipios se encontraban separados físicamente por el arroyo de El Lugar o de La Fuente. El 23 de septiembre de 1833 se reunieron ambos ayuntamientos para decidir su unión y en el citado año de 1835 se llevó a cabo y de ahí surgió el nombre actual del pueblo.

Esto viene a cuento porque mientras Navalmoral de Pusa está situado sobre una zona más o menos llana, Navalmoral de Toledo está en la ladera de un cerro. Y como podrá imaginar el avezado lector la carrera transcurrió por el ahora barrio de Navalmoral de Toledo, en un circuito bastante duro al que había que dar dos vueltas y donde prácticamente no más de 200 metros serían llanos.

Lo único positivo es que aunque la distancia a recorrer figuraba como 5 km, en realidad sería de 4,7 km, por lo que cuando uno quería darse cuenta, ya estaba en meta. Eso sí, al ir a tope, llegaba uno con los pulmones en la boca.

En la línea de salida, no creo que hubiese más de 200 corredores, que esperaban impacientes el comienzo de la carrera. Ésta se retrasó cinco minutos para que los que se apuntaron en el último momento pudieran tomar la salida. Aunque había poca gente, se veía que había nivel y es que los 25 litros de aceite que se llevaba el primero atrajo la atención de curtidos corredores que se iban a partir la cara por tan preciado premio.

La jugada consistía en ir a tope desde el primer metro y eso fue lo que hice. Salí a muerte y sufrí de lo lindo, tanto en las cuestas arriba como en las cuestas abajo. Además las bajadas se complicaban bastante porque el suelo estaba totalmente mojado y era fácil irse al suelo. De hecho, antes de la carrera, una chica de las categorías inferiores estaba en la ambulancia con un bonito esguince. Y eso me asustó, ¡vaya si me asustó!

En la bajada más pronunciada de la primera vuelta me pasó la que a la postre fue la ganadora de la carrera. La que iba en segunda posición me iba respirando en el cogote, tratando de no alejarse demasiado de la primera. La segunda hizo lo propio en la bajada de a siguiente vuelta, sin embargo, traté de seguir su estela. En el último hectómetro eché toda la carne en el asador y conseguí sobrepasar a mi compañera de desventuras.

Miré el cronómetro y comprobé, asombrado, que marcaba 17:27. Si hubiese sido de cinco kilómetros, la marca hubiese sido asombrosa para mí, pero también me resulta una buenísima marca si la distancia real fuese de 4,7 km, que por ahí andaría. Me temo que siempre me quedaré con la intriga de cual es la distancia real.

Después de darlo vueltas y viendo los tiempos, creo que la distancia debe de estar entre 4,6 y 4,7 por lo que daremos por bueno una distancia de 4,65 km. Eso implica que sale un ritmo de 3:45/km y unos puntos de Purdy de 508,02 lo cual indica que es la segunda carrera en la que consigo sobrepasar esa barrera de los 500 puntos.

En la página de resultados pude ver que el puesto que ocupé es el 40 de 149 participantes y noveno de mi categoría. Pensaba que habría hecho sobre el treinta, pero no me quejo.

Antes de salir para Los Navalmorales pasé por la báscula. Pensé que se iba a notar la cena de Nochebuena, pero la disminución del peso ha seguido en su línea. Marcaba 69,5 kg la báscula.

Jornada de reflexión

Resulta curioso que a estas alturas de la vida tenga posibilidad de acercarme a esa barrera mítica (para el corredor popular) de los cuarenta minutos. Y es que después de Akiles veo factible hacerlo. Luego en carrera, ya veremos.

Pero antes que nada, decir que la báscula ha marcado 70,2 kg por lo que ya son más de seis kilos con les que he perdido desde mediados de octubre. Parece una bobada, pero cuando corro me noto muy ligero y eso se nota cuando quieres ir más deprisa.

Aranjuez siempre me ha gustado, he de reconocerlo, y es que desde que empecé en el mundillo de las populares, sólo me he perdido las ediciones de 1998 y 2000. Además siempre ha sido una carrera especial porque debido a sus fechas habitualmente hemos aprovechado esta carrera para quedarnos a comer y celebrar, de alguna manera, las navidades.

Mañana sería, por tanto, la duodécima vez que participo en esta carrera y estos son los tiempos que he realizado en anteriores ediciones.

1996 53:36
1997 49:23
1999 42:17
2001 46:14
2002 55:46
2003 52:31
2004 44:27
2005 42:38
2006 51:24
2007 44:53
2008 41:47

Soltando las piernas

Mañana es el trofeo Akiles, hoy salgo a correr con la idea de soltar un poco las piernas de cara a mañana. He salido con Fran que cada vez está más perro, al paso que va sólo va a correr cuando vaya a una carrera. La idea es hacerlo lo más tranquilo posible, por lo que su compañía es perfecta.

Hemos dado dos vueltas a Parque Sur, totalizando 6 km y yendo a un ritmo cercado a los 6 min/km, ideal para no machacarse las piernas. No sé si lo que estoy haciendo es apropiada para mañana o es mejor no hacer nada o es mejor hacer otra cosa. De momento probaré esto a ver que tal me va.

Es Akiles la carrera que más veces he corrido después de Mapoma, en total diez participaciones, que serán once si consigo terminar la carrera. Espero que sí. Y además confío en hacer mi mejor marca en esta carrera que ahora mismo es de 42:48 de hace tres años, ya que pienso que puedo hacer cerca de 42 pelaos.

Estos son los tiempos que he realizado en todas las ediciones del Trofeo Akiles en las que he participado:

1996 56:55
1997 52:59
2001 45:24
2002 44:22
2003 53:30
2004 45:49
2005 43:02
2006 42:48
2007 46:15
2008 43:47

Hoy tocaba, como todos los sábados, control de peso. Estoy bastante contento con el resultado porque la báscula marcaba 70,8 kg. Yo pensaba que me iba a resultar imposible llegar a 69, pero ahora lo veo factible, aunque la Navidad se va a encargar de romper la progresión. En total desde que empecé con el plan de adelgazamiento, he bajado 5,5 kg.

Iba un poco grogui

No sé lo que me ha pasado, pero según iba terminando la primera vuelta de 3 km iba un poco grogui, además me iba dando el sol de cara y estaban los ojos haciéndome chiribitas. Luego he empezado a hacer cuestas y he mejorado??? Quizás debería de haber desayunado antes de salir, hoy que tenía tiempo, pero tengo la costumbre de salir lo más pronto posible para tener más tiempo libre. Ahora que estoy más bajo de peso y tengo menos reservas no puedo andar haciendo el tonto con esas cosas.

Resulta agradable correr por las mañanas aunque sea en solitario y es que correr por la noche en Pradolongo se está poniendo cada vez más complicado. Lo cierto es que a eso de las nueve hacía bastante fresquito, ya que había caído una imponente helada, pero afortunadamente el sol lucía espléndido en el cielo.

La jugada consistía hoy en hacer unas cuantas cuestas, que según los expertos sirven para mejorar la velocidad, así que he hecho una primera vuelta de calentamiento y luego dos vueltas con cuestas, apretando en las subidas y relajándome el resto de la vuelta. En cada vuelta hago cinco subidas, unas muy fáciles y otras bastantes exigentes. Creo que es algo que debo repetir con cierta asiduidad. Después de las dos vueltas con cuestas, una vuelta más pequeña, de 1,4 km de enfriamiento. y para casa. Calculo habré hecho 3+3,6+3,6+1,4 = 11,6 km en total en 1h06′.

Hoy tocaba subirse a la báscula. El sábado pasado marcaba 72 kg pelaos y hoy, 71,6 kg. O sea que en esta última semana han sido 400 g de pérdida y ya llevo desde que empecé con la pauta alimentaria una pérdida de 4,7 kg. Imagino que en Navidad se invertirá esta tendencia descendente, aunque lucharé porque no sea así.

Madrugón

Hoy ha tocado madrugar. A las siete ya estaba arriba con idea de empezar el entrenamiento a las siete y media y con la sana intención de dar dos vueltas al parque de Pradolongo. Cierto es que levantarse a esas horas un sábado no es plato de buen gusto, pero es un placer que el día amanezca mientras estás corriendo por el parque.

Y sigo bajando de peso. Hoy daba la báscula 72,6 kg, por lo que ya he bajado 3,7 kg en cuatro semanas. Lo curioso es que después de hacer el entrenamiento, me he pesado y la báscula marcaba 71,9 kg. Me parece raro que simplemente por hacer 10 km haya bajado 700 g. Imagino que después de desayunar he recuperado esos 700 gramos.

Después de la paliza del jueves no tenía intención de volver a machacarme más, por lo que me lo tomé con relativa calma. Desde luego no estrujándome, pero tampoco de paseo. El ritmo de algo más de cinco así lo indica.

1ª vuelta (4,8 km): 25:14
2ª vuelta (4,8 km): 23:45

Total (9,6 km): 49:00