Previsiones del tiempo

Uno de los temas recurrentes de los maratonistas es comprobar el tiempo que va a hacer el día de la carrera. Ya quince días antes empieza a mirar la previsión y resulta curioso comprobar cómo va cambiando según se va acercando el día.

Veamos cómo ha evolucionado la previsión para el domingo desde el lunes:

Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado
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Lo cierto es que la temperatura casi lo han clavado, afortunadamente, la mínima ha subido unos grados, lo cual no está nada mal. Aunque lo que más ha cambiado ha sido el tema de la lluvia, que al final parece que puede llover algunas gotas.

Creo que va a hacer un buen día para correr aunque parece que el viento se va a hacer notar, pero confío que corriendo por las calles de Madrid rodeado de edificios y de otras personas, no molestará en exceso.

Estoy convencido de que mañana las tres horas y cincuenta minutos van a caer. Seguro.

Hoy me he pesado y estoy contento, he estado diez días sin correr y la báscula marcaba 68,5 kg. No está mal.

Por si a alguno le viene bien a la hora de «hacer la maleta», ahí va mi checklist para la carrera de mañana.

Hasta el puente «colorao»

Hoy tocaba hacer 24 km ya en pleno periodo de tapering. Salimos algo tarde de casa y se nos ocurrió la genial idea de ir por Madrid Río, ya que mi compañera de entrenamientos dominicales opina que yendo por esta zona es más entretenido que hacerlo por otras donde hay menos gente. Cierto es que hay más gente, pero lo de ayer era a todas luces exagerado. Ir por esta zona de Madrid era ir haciendo slalom tratando de esquivar paseantes, bicicletas y otros corredores. Lo peor, con diferencia, las bicicletas que van a una velocidad excesiva para ir por donde van.

Después de atravesar el paseo de Madrid Río de sur a norte, llegamos a la Casa de Campo y decidimos entrar en dicho parque por el Paseo del Embarcadero, hasta llegar a las inmediaciones del Lago. Estuvimos negociando si tirar hacia el oeste y salir de la CdC por el zoo (mi opción) o seguir paralelos al Manzanares hasta completar 12 km y dar la vuelta por el mismo sitio (opción de mi compañera). Al final se impuso la opinión ¿saben ustedes de quién? Efectivamente, la segunda, por lo que seguimos por el Paseo Azul hasta la Plaza de las Moreras, para poco después de sobrepasar esta plaza girar a la izquierda para coger el Paseo Marqués de Monistrol (no confundir con la calle del mismo nombre). En ese punto, el camino se pone cuesta arriba y aunque en plena cuesta llegamos al kilómetro 12 del recorrido, decidimos seguir un poco más hasta llegar a uno de los puntos curiosos de la Casa de Campo.

Estoy convencido de que muy pocos madrileños conocen la existencia de un acueducto en la Casa de Campo. Curiosamente, aún siendo una obra concebida para el transporte de agua es conocido como el puente «colorao». Este acueducto se construyó en 1923 por Juan Moya con la idea de llevar agua a las explotaciones agrícolas de la Casa de Campo. Desconozco si en la actualidad este acueducto sigue en uso, pero no deja de ser sorprendente encontrar en plena naturaleza, en medio de este enorme parque, una obra de estas características.

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El puente colorao

Aunque el recorrido por el Paseo Marqués de Monistrol es cuesta arriba, fue una verdadera maravilla recorrerlo porque el parque está precioso todo lleno de flores amarillas que se encuentran por doquier, algo inimaginable. Reconozco que no tengo ni idea del nombre de estas flores, pero me encanta verlas.

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Flores amarillas

En el puente colorao, parada para hidratarnos, para que mi compañera se avituallara con una ampolla de glucosa y para hacer unas fotos. Después, vuelta por donde habíamos venido y aunque nos cruzábamos con corredores y bicicleteros por la Casa de Campo, la cosa iba bien hasta que llegamos al Paseo del Embarcadero donde había una enorme cantidad de gente que no era sino el presagio de los que nos íbamos a encontrar en Madrid Río. Porque si a la ida era complicado avanzar con tanto personal, a la vuelta era una cosa fuera de lo normal. Había que hacer paradas cada dos por tres porque la gente te cerraba y era imposible avanzar. Pero bueno, íbamos entretenidos entre unas cosas y otras.

Al llegar al Parque Lineal, otra paradita en la fuente para refrescarnos e hidratarnos y afrontar el último par de kilómetros con energía, que la subida al Doce de Octubre se las trae. Hicimos esa subidita y desde allí nos lanzamos hacia el Pradolongo donde efectuamos el último kilómetro a buen ritmo. Mi compañera acabó fuerte el entrenamiento aunque el calor nos castigó sin ninguna clemencia. De esta manera recorrimos los 24 km en un tiempo de 2:09:44 @ 5:24 min/km. Un ritmo más que interesante para el día que hizo y los kilómetros que nos metimos.

Hoy ha sido el segundo día que corro con conocimiento de que mi rodilla está hecha cisco. Tengo ganas de hacer la maratón y parar hasta que remitan los dolores y me replantee qué voy a hacer a partir de ese momento. Como primeras medidas: pongo más énfasis en fortaleces cuádriceps y he eliminado un día de entrenamiento, de esta manera no corro dos días seguidos.

Ayer subí a la báscula y me dio una mala noticia. Marcaba 68,8 kg y una de las cosas que tengo que plantearme muy en serio es bajar de peso, no sólo mantenerme, ya que menos peso, menos sufrimiento en las rodillas. Lo que ocurre es que si dejo de correr me va a costar lo suyo bajar de peso, aunque es evidente que para adelgazar lo mejor es no comer.

Por cierto, hoy es un día señalado:

¡¡¡Viva la República!!!

XIII Media maratón de Madrid

Hoy he participado por segunda vez en esta prueba, ya que lo había hecho en la segunda edición, en el ya lejano 2002. Al contrario que en aquel entonces, que fui a correr a por todas, hoy el objetivo era utilizar estos 21 km y añadirle nueve más para realizar la tirada más larga de cara a la inminente celebración de la maratón de Madrid. Tuve la fortuna de que un amigo ¡gracias Fran! me pasó su dorsal, ya que él no podía participar, por lo que no tuve ningún «remordimiento» en coger el avituallamiento durante y al finalizar la prueba.

Había quedado con mis compañeros en la Casa de Fieras y aunque fui yo el que propuso el punto de encuentro, me costó dios y ayuda encontrarlo. Estuve veinte minutos dando vueltas arriba y abajo y era incapaz de encontrar ese lugar. Menos mal que unos cuantos minutos de diálogo a través del móvil me ayudó a encontrar a unos cuantos de los compañeros y pudimos hacernos una bonita foto.

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Como no había ninguna pretensión de hacer ninguna marca, sólo de realizar un entrenamiento, nos colocamos en la salida donde buenamente nos pareció. Debíamos estar lejos de la línea de salida porque yo miraba el reloj y veía que los minutos pasaban y pasaban de la hora prevista y nosotros seguíamos sin movernos. Ya me entraba la duda si es que se había retrasado la salida… pero no, es que había mucha gente delante de nosotros. Había veinte mil inscritos (dicen) así que no es raro que tardásemos tanto en salir.

Siete minutos más tarde del pistoletazo atravesamos la línea de salida y nos costó bastante coger nuestro ritmo porque el pelotón era descomunal. Tardamos bastantes kilómetros en conseguir un ritmo de crucero aceptable y la verdad es que se fueron pasando los kilómetros casi sin darnos cuenta. El cielo estaba encapotado y hacía fresquito, sin llegar a ser frío, por lo que el entrenamiento fue de lo más agradable.

Llegamos a meta cuando el cronómetro marcaba 2:00:51 y viendo la clasificación, resulta que hicimos un tiempo neto de 1:53:15. Tiempos que no quieren decir absolutamente nada. Llegamos a meta, cogí la botella de agua y la bebida isotónica y nos dispusimos a continuar el entrenamiento, bajando desde el Retiro hasta Madrid Río y desde allí a casa, para completar un total de 30 km en un tiempo 2:42:54 @ 5:26 min/km. Mi compañera de entrenamientos acabó francamente bien este entrenamiento, por lo que no me cabe la menor duda de que la maratón va a resultar excepcional para ella.

Ayer me subí a la báscula y marcaba 67,7 kg lo cual es un poco engañoso ya que aunque ha sido el día habitual de pesada, normalmente los viernes no corro y éste sí.

Un paso adelante

Hoy era un día importante en la preparación maratoniana. Se trata de la primera tirada extralarga (mayor de 25 km) que realizábamos y creo que hemos aprobado con buena nota. Habíamos planeado realizar 26 km y para hacerlo más ameno la jugada era hacer parte por Madrid Río y parte por la Casa de Campo. Por ambos sitios hay bastante gente que hace más entretenido esto de devorar kilómetros.

Además tuvimos suerte, porque al atravesar Pradolongo nos encontramos con una de las habituales que se animó a acompañarnos aunque ya llevaba una buena paliza en el cuerpo. Ya en Madrid Río nos encontramos con un amigo que nos acompañó por parte de esta zona y por todo el paso por la Casa de Campo que nos llevó hasta la fuente de Casa Vacas, donde paramos a hidratarnos. Allí nos dimos la vuelta y nada más hacerlo probamos a ingerir un gel sobre la marcha para ir entrenando dicha acción el día de la maratón. Creo que el gel nos vino de perillas para completar el viaje de vuelta. El hecho de ir con compañía hizo que los kilómetros pasaran casi sin enterarnos.

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Fuente de Casa Vacas, foto obtenida de geocaching.com

Últimamente, la vuelta se nos estaba haciendo algo dura ya que el tramo desde el Parque Lineal hasta Pradolongo es en subida y nos ha pegado el viento en contra, por lo que la idea era prescindir de ese tramo y atajar por Antonio López hasta Pradolongo, así nos quitábamos la subida que hay desde Madrid Río hasta el Parque Lineal y desde este parque al de Pradolongo. Al final nos dio un poco de aire en contra, pero durante menos tiempo y no con la intensidad de las últimas veces. Mi compañera terminó bastante bien este entrenamiento largo, aunque un poco tocada del tobillo, pero se puede considerar que ha dado un paso adelante en su preparación maratoniana.

Según lo previsto, hemos recorrido 26 km en un tiempo de 2:20:44 @ 5:25 min/km, un ritmo más que aceptable. De esta forma, con la tirada de hoy se nos ha ido el kilometraje semanal a 68 km, cifra que debemos superar la semana que viene, que debería ser la más larga de toda la preparación.

Ayer olvidé pesarme por lo que ha sido hoy cuando la báscula me ha dado la noticia de que el peso ha aumentado. Hoy marcaba 68,8 kg y es que ha sido una semana con una alimentación algo caótica, que habrá que intentar corregir.

Mizuno Wave Nexus 5

Tocaba probar nuevas cosas y le ha llegado el turno a las Mizuno, así que paso de una japonesa (Asics) a otra. Veremos si salen mejor o peor que las otras. Llevaba unas cuantas semanas con estas nuevas zapatillas en la caja, deseando probarlas, pero el mal tiempo no invitaba al estreno; sin embargo, mañana es Domingo de Ramos y algo hay que estrenar, ya que según el refrán «quien no estrena el Domingo de Ramos, no tiene ni pies ni manos». Como no es cuestión de estrenar las zapatillas en una media maratón, hoy era el día ideal para hacerlo.

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Mizuno Wave Nexus 5

Como se puede observar en la foto, el aspecto exterior es bastante similar a las Asics Gel Pulse 3 que estrené hace poco más de un año, aunque al calzarlas noto que la horma es algo más estrecha, cosa que no me gusta como primera impresión; sin embargo, durante el entrenamiento no he notado que el pie fuese más estrecho. Ya habrá tiempo para hacer un examen más exhaustivo de estas zapatillas.

Otra diferencia, es el peso, ya que el de estas zapatillas es de sólo 315 g por lo que es la más ligera de las últimas zapatillas de entrenamiento que he tenido. Es, por lo tanto, más probable que me duren menos que las anteriores.


Había quedado a las nueve de la mañana con los compañeros pradolongueros, pero no pude llegar a la cita, por lo que me fui solito a Parque Sur como me gusta hacer los sábados, aunque hoy no tenía intención de hacer un entrenamiento duro porque mañana hay carrera. Además ayer estuve jugando un partidillo de fútbol y luego haciendo ejercicios de fortalecimiento de piernas y tenía bastante cargados los cuádriceps.

En Parque Sur pude corroborar, una vez más, que hay más gente corriendo que en Pradolongo y que además hay bastante nivel. Había un grupo de gente haciendo series e iban como auténticas balas. Impresionante.

Fui a un ritmo asequible, rondando los cinco minutos por kilómetro y sólo aceleré un poco en la cuesta paralela a la carretera de Toledo, en dos de las vueltas, pero sin ninguna intención, sólo para dar un poco de alegría a las piernas. Hoy daba gusto rodar ya que la temperatura era muy agradable, aunque después del entrenamiento el tiempo se estropeó bastante.

Completé 10 km en un tiempo de 50:07 @ 5:01 min/km. Un entrenamiento tranquilo, pero aún así tenía las piernas cargadas del partidillo de ayer.

La báscula marcaba hoy 68,5 kg que debo dar por buenos después de un fin de semana de mucho comer y beber. Me parece que me va a costar bajar de los sesenta y ocho ahora que llega la época de las torrijas.

Con la cadera baja

¡Cómo nos pusimos ayer! No conseguimos mucho quórum, pero los ocho pradolongueros que nos juntamos en el bar de Nico, dimos buena cuenta de las viandas que el bueno de Nico dispuso. Yo me pasé tres pueblos y lo noté durante la noche que el estómago estaba trabajando más de la cuenta. Bueno, no sólo por la noche, cuando me levanté no estaba muy católico. No se puede cenar tanto, ya dice el refrán que hay que cenar como un mendigo.

Hoy he tenido cosas que hacer a temprana hora, así que he salido a las once. He tenido suerte con la lluvia, porque estaba cayendo de manera bárbara cuando me levanté. Vaya semanita de agua, deben estar los embalses a reventar.

A media mañana, hacía un buen día para correr, aunque el suelo estuviese muy mojado. De nuevo Pradolongo estaba impracticable, igual que Parque Sur, así que he ido al Parque Lineal, que siempre hay menos barro. Y, efectivamente, había menos barro pero agua había para dar y tomar. En algunos tramos había charcos exageradamente grandes, que obligaban a hacer equilibrios para no meter el pie en ellos.

Tanta agua ha provocado que esté todo verde y bien verde, que parece que estamos en el norte de la península. El Parque Lineal está precioso y el río Manzanares a su paso por este parque hasta parece un río y no una charca. Entre lo verde del terreno, el río y que en una zona hay unos cuantos caballos, burros y ponis. Reconozco que tengo debilidad por los burros, no hay día que pase por allí que no se me vayan los ojos hacia esos bonitos animales. Así que aprovecho para poner una foto de dos preciosos ejemplares de estos animales.

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Dos preciosos burritos, foto cortesía de El Refugio del Burrito

Por desgracia, los burritos de la foto no son los que veo en el Parque Lineal, que estos últimos están bastante más desastrados que los de la foto, pero aún así son un regalo para los ojos. Tengo además la sensación de que no están igual de cuidados en un sitio que otro.

Unas veces no tengo nada que decir y otras me voy por los cerros de Úbeda. Alguien se preguntará que tiene que ver el título de esta entrada y los burros y creo que no existe ninguna relación, al menos consciente.

El caso es que iba corriendo controlando el ritmo para ir sobre 4:30 min/km y he empezado a notar molestias en la rodilla. Molestias que empecé a notar hace un año y que no consigo que remitan. Además si como esta semana no hago los ejercicios de cuádriceps, la molestia es mayor. Iba corriendo y me iba molestando y entonces me acordé de uno de los consejos que leí cuando empecé con el tema de correr descalzo. Consiste en ir con la cadera algo más baja, dar zancadas más cortas, llevar una cadencia rápida y caer sobre los dos tercios delanteros del pie. Dicen que la amortiguación proporcionada por el conjunto tobillo-rodilla-cadera es mucho más eficiente que la que te pueda proporcionar unas zapatillas. Pensaba que tal vez la gente que tiene problemas en la columna podría probar esta técnica, ya que me da la sensación de que el impacto se absorbe mejor y no sufre tanto la columna. No sé, son cosas mías y habría que probarlo. Tengo que comentárselo a Fran para que lo pruebe.

Pasados unos kilómetros a ritmo fuerte, empecé a centrarme en ir con la cadera baja y olvidarme del cronómetro. Mi tendencia es ir más estirado y hay que vigilar que la cadera no suba. Lo cierto es que con la cadera baja, la molestia en la rodilla es menor y el ritmo se podía mantener con facilidad, incluso el hecho de no ir pendiente del reloj ha provocado que la velocidad aumentara.

He hecho un total de 14,57 km en un tiempo de 1:07:32 @ 4:38 min/km. De los cuales 9 km han sido a ritmo de maratón, que se supone es un poco por debajo de 4:30, pero han salido algo más rápido, a 4:23 min/km.

Hoy la báscula indicaba 68,5 kg, cosa que no está nada mal después de la opípara celebración de ayer noche. Después de correr el peso había bajado a 67,1 kg. Casi medio kilo menos, lo que indica que no ha sido un entrenamiento de paseo precisamente.

Menos mal

Menos mal que se ha ido el frío. Miércoles y jueves un frío de quitar el hipo y hoy salgo a las nueve de la mañana y daba gusto el solecito y la buena temperatura que hacía. Esto no hay quien lo entienda. Debe ser que ya estamos en marzo y se acabó el febrerillo loco.

Las nueve de la mañana es la hora de encuentro los sábados y el punto de encuentro no es el mismo de los martes y jueves, aunque esté muy cerca. Tampoco coinciden los mismos protagonistas, pero entre los habituales de las tardes y los de la mañana, nos hemos juntado cinco corredores, que no está nada mal.

A Jesús se le ha ocurrido la idea de ir al Parque Lineal por variar la monotonía y para ese parque hemos ido. Hemos salido muy lentos y me ha tocado a mí hacer de liebre para que la cosa no se parase, aunque en el kilómetro cuatro he empezado a acelerar para ponerme a ritmo de maratón (sobre 4:30). Pensaba que iría solo, pero Miguel me ha cogido rápidamente y juntos hemos realizado siete kilómetros un poco por debajo de 4:30. Comentaba mi tocayo que le gustaría ir a ese ritmo, pero sin ir forzado. A mí, también, fue mi respuesta, pero es un ritmo exigente, sin duda.

Tenía previsto hacer sólo doce, pero por no darnos la vuelta, hemos continuado hasta el último puente y desde allí, vuelta. Así que en total han sido 14 km en un tiempo de 1:07:36 @ 4:50 min/km.

Pensaba que había bajado de peso esta semana, pero la báscula no opina igual. Marcaba 68,4 kg, prefiero estar por debajo de 68, pero me veo francamente bien como estoy. Paciencia, ya irá bajando.

Preparando el debut

Mañana se celebra la octava edición de la media maratón de Latina. Es una carrera relativamente joven y siempre he tenido ganas de conocerla, pero el hecho de que se celebre tan cerca de la media de Fuencarral, me ha echado para atrás. Este año he sacrificado Fuencarral, que es la media que más me gusta, para poder participar en Latina. Veremos si merece la pena el cambio. De dureza, dicen los que conocen ambas que es similar, con la diferencia que en Fuencarral son cuestas largas y en Latina son cuestas más cortas, pero más abundantes y mucho sube y baja.

Como mañana es la carrera, hoy he salido a hacer el entrenamiento habitual de los días anteriores a una prueba. Es cierto que no voy a correr fuerte, ya que de nuevo voy de acompañante, pero para no perder la costumbre.

He quedado con mi tocayo a las 9:30 con la idea de coincidir con otros dos pradolongueros que a esa hora deberían comenzar la segunda vuelta. Y así ha sido. Hemos comenzado el circuito al revés y pronto nos hemos encontrado. Cambio de sentido y grupeto de cuatro que a ritmo sosegado íbamos dándole a la húmeda. Hoy el viento venía fresquito, fresquito, menos mal que el cielo estaba despejado y el sol brillaba, que si no…

Pasado el kilómetro cuatro, hemos empezado con los progresivos: cortos y sin llegar al cien por cien, no vaya a ser que nos quememos en exceso o nos lesionemos por alguna tontada. Tengo un mal recuerdo de un día como éste, víspera de la media de Getafe, que me lesioné y todavía no se por qué. Así que procuro no pasarme con estos cambios de ritmo.

Hicimos un total de cinco (o seis) ya no recuerdo bien de progresivos, completando 5,6 km en un tiempo de 31:12 @ 5:30 min/km y dejando las patas preparadas para mañana.

Llegaba al punto de encuentro muy feliz. En mi pesada habitual de los sábados, la báscula marcaba 68,1 kg, un peso que se acerca al normal en esta época del año con este nivel de entrenamientos. A ver si la semana que viene logro bajar a los 67 y pico.

Nuevo añadido en Garmin Connect

Garmin Connect es una web donde los usuarios de un dispositivo Garmin (no sé si todos los dispositivos lo permiten) tienen la posibilidad de subir sus entrenamientos registrados en el GPS. También permite añadir metas o apuntar el peso en un determinado día.

La web no está mal, aunque lo que más echo de menos es un control del material utilizado, ya que me gusta saber los kilómetros hechos con unas determinadas zapatillas. Tengo que tener una herramienta adicional para llevar esas «cuentas». Confío en que Garmin tenga en cuenta este detalle y lo incluya alguna vez en su web.

En estos últimos días han añadido una nueva características que no tiene gran importancia, pero que aporta una información más, que puede ser útil en un determinado momento. Se trata de información climatológica de cuando se ha realizado el entrenamiento. Imagino que sabiendo por el GPS el sitio y la hora donde se ha realizado y consultando la información climatológica, te muestra la información de la temperatura, la humedad, la velocidad del viento y el estado del cielo: despejado, soleado, cubierto, etc.

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Información climatológica en Garmin Connect

Como se puede ver en la imagen, referente al entrenamiento de hoy sábado, hacía un magnífico día para correr, un verdadero día primaveral (ya se ven los almendros en flor). Aprovechando este magnífico día, me he atrevido a salir con pantalón corto, siendo éste el primer día de entrenamientos que lo hago. Aunque el pantalón era corto, la camiseta era de manga larga, por si acaso mi apreciación antes de salir no era del todo acertada, pero el calor se hacía notar y tuve que ir arremangado.

Como casi todos los sábados, hoy tocaba ir a ritmo de maratón, que en mi caso es marchar sobre 4:30 min/km. No tiene mucho sentido hacer entrenamientos a «mi» ritmo de maratón, ya que el día M lo haré mucho más lento (5:15 ó 5:20 min/km) , ya que voy de acompañante, pero tampoco puede uno dejarse llevar por la molicie. Así que me he acercado a Parque Sur con la intención de dar cuatro vueltas de las cuales dos a ritmo tranquilo, es decir 6 km, y dos a ritmo de maratón, otros seis kilómetros.

Y a fe que lo he clavado, ya que han salido todos los kilómetros un par de segundos por debajo de 4:30. En total han sido 12 km en un tiempo de 56:33 @ 4:43 min/km.

Hoy no iba nada cómodo durante el entrenamiento. Algo pasa con las zapatillas, que el pie se iba quejando a cada paso. Tienen las zapatillas sólo 850 km y deberían estar todavía en buenas condiciones, ya que hice con otras iguales que éstas 1000 km y aguantaron sin problemas, pero algo raro pasa con estas puñeteras. Voy a ver si las aguanto otros 150 km más y las cambio, aunque no tengo claro si podrá ser.

Antes de salir he visto que el peso ha aumentado. Hoy marcaba la báscula 68,8 kg, por lo que confirma la tendencia ascendente que comenzó la semana pasada. Hay que reconocer que ha sido una semana marcada por varios cumpleaños y eso va directamente a los depósitos adiposos. Habrá que controlar para tornar la tendencia.

Relajación, relajación

Cuando estuve tratando de correr descalzo, leí varios consejos sobre cómo hacerlo. Uno de ellos, aplicable a correr sin zapatillas como con ellas, es la base de todo: relajación, relajación. Es un mantra que repite sin cesar uno de los más reputados «descalcistas»: Ken Bob. Si para correr descalzo es fundamental, es una cosa que hay que tener muy en cuenta cuando se corre con zapatillas.

Me ocurre algunas veces que noto el pie demasiado forzado, normalmente el izquierdo, cuando voy corriendo. Es como si fuera encogido dentro de la zapatilla. Cuando lo noto, relajo el pie, éste se alarga y voy mucho más cómodo. Tengo que ir pendiente por si vuelve otra vez a las andadas.

Lo que sí tengo claro es que la relajación es fundamental para todo y en esto del correr no iba a ser una excepción.

Hoy sábado he salido pronto a correr, a las nueve de la mañana. No me importa levantarme un poco pronto para hacerlo, aunque reconozco que mucha veces me cuesta ponerme en marcha al ser tan pronto. Existe cierto debate sobre si es mejor correr por la mañana temprano o hacerlo por la tarde. Una de las grandes ventajas es que por la mañana hay luz y eso es una buena cosa, sobre todo en invierno que me toca correr de noche. Otra de las ventajas es que por la mañana el cuerpo está generalmente más descansado que por la tarde, aunque si trabajas sentado en una silla, tampoco es mucha la diferencia. Para mí, la única pega de correr por la mañana temprano es que muchas veces parece que tienes las piernas de madera y cuesta un buen rato ponerlas a tono. Con estos tres puntos, parece que la opción de correr por la mañana gana claramente, pero algo debe tener la otra opción porque la encuentro cierto atractivo que no sé explicar.

El caso es que hoy nos hemos encontrado cuatro pradolongueros a las nueve de la mañana en el punto de encuentro habitual. Uno de ellos que sólo corre por la mañana y los otros tres que alternamos mañana y tarde dependiendo de si el día es laborable o no. Curioso el masaje, si es que se puede llamar así, con ortigas que se ha dado el personaje diurno en las piernas. Dice que son antiinflamatorias, pero no he visto esa propiedad en este enlace donde habla de las virtudes de esta hierba.

Pues eso, que hemos salido cuatro, hemos dado una primera vuelta tranquila y en la segunda he apretado un poco para ponerme a ritmo de maratón (sobre 4:30 min/km). Dado que pienso acompañar a una amiga en la maratón, tampoco tiene mucho sentido hacer kilómetros a ese ritmo, pero tampoco es cuestión de ir siempre de paseo. He completado los 10 km en un tiempo de 49:23 @ 4:56 min/km haciendo esos cinco kilómetros a ritmo de maratón en 22:24 a un ritmo de 4:29.

Hoy la báscula indicaba 68,6 kg, lo que ha roto mi tendencia descendente. No digo nada nuevo si digo que hay que controlarse si se quiere perder peso. Habrá que hacer caso a lo que dice mi amigo Mariano en su dieta de la ardilla, donde indica que lo principal es el sentido común. Y es éste, muchas veces, el menos común de los sentidos.