Me pasé de frenada

Reconozco que el dulce me pierde. Algunos tiran más por lo salado, pero el dulce es lo más para mí, así que cuando llegan estas fechas, me pongo las botas. Como he estado corriendo con regularidad, pensaba que la ingesta de estos productos navideños iba a pasar desapercibida, pero lógicamente, me he equivocado. Hoy la báscula marcaba 70,3 kg muy lejos del peso en el que estaba hace dos años cuando participé en la maratón de Málaga que ha sido una de las veces que más delgado he estado. Hoy hay ¡¡cuatro kilos de diferencia!! con aquel entonces.

Remordiéndome la conciencia y prometiéndome a mí mismo controlarme, he salido a realizar la tirada larga de la semana. Como en estas últimas semanas, el destino es el Parque Lineal, a disfrutar de este bonito y, me atrevería a decir, desconocido parque. Es cierto que el día amaneció muy fresco (dicen a que a las 8:30 en la Casa de Campo había -5º) pero a las once de la mañana y por estos lares la temperatura era más agradable y daba gusto sentir el sol en la cara. Y dado que el día era más que aceptable, había un montón de bicicletas circulando y lo que más me ha llamado la atención es que había muchas chicas corriendo, tanto o más que chicos.

Hoy, como tocaban 18 km, el parque se nos queda pequeño y hemos optado por salirnos del circuito del Parque Lineal y tirar por el camino que transcurre junto al Real Canal del Manzanares hasta que el GPS marcaba nueve kilómetros. En ese punto, vuelta al lugar de partida para completar los 18 km que hemos recorrido en 1:36:44 a un ritmo de 5:22 min/km.

Poda brutal

El pasado domingo con aquello de la lluvia no me fijé demasiado, pero hoy me he dado cuenta de que en el Parque Lineal han hecho una poda brutal. Yo no entiendo mucho de árboles, pero han dejado algunos que no se van a recuperar jamás. Me ha parecido realmente triste, incluso he llegado a pensar que la poda ha sido realizada por algún maleante con la idea de coger leña. La verdad es que me he quedado un poco perplejo.

No es habitual salir un sábado para hacer la tirada larga, pero suelo acompañar en estas tiradas a una amiga y ella no podía el domingo, así que hemos adelantado un día el entreno largo y lento. Trato de que lleve un ritmo sobre 5:30 (que ya es rápido para este tipo de entrenamiento), pero cabezona que es ella no quiere ir tan despacio, dice que se le hace demasiado largo. Lo curioso es que de eso se trata, de hacer un entrenamiento suficientemente largo en el tiempo que el cuerpo se vaya acostumbrando a quemar grasas para utilizarlas como combustible. Si no estás suficiente tiempo entrenando, el cuerpo no puede tirar de las grasas. Y esto hay que entrenarlo también.

Hemos hecho un entrenamiento que Hal Higdon llama carrera 3/1 que consiste en dividir el kilometraje en cuatro partes y hacer las tres primeras a ritmo lento y la última a ritmo de maratón más o menos. Como hoy tocaba hacer 14 km, diviendo en cuatro partes, sale la cuarta parte en 3,5 km. Para cronometrarlo de manera más sencilla, hemos tomado esa última parte de 4 km en vez de 3,5. De esta forma, hemos recorrido la primera decena de kilómetros a un ritmo cercano a 5:25 y los últimos cuatro en 5:13, 5:12, 5:04 y 4:58. Curiosamente, en esos cuatro últimos kilómetros se sube todo lo que hay que subir en este circuito, que no es poco. Así que esos números tienen mucho mérito, aunque tampoco consiste el entrenamiento en acabar tan rápido, pero esta chica es incontenible.

Lo dicho, hoy han sido 14 km en un tiempo de 1:14:34 @ 5:20 min/km.

Antes de salir, pesada semanal. Hoy marcaba la báscula 69,5 kg, 200 g más que la semana pasada. Se nota que ya está llegando la Navidad y sus ricos dulces. En eso yo también soy incontenible.

Ni un alma

Hoy ha llovido bastante, desde por la mañana hasta por la noche. Pero lo malo no es la lluvia, sino que también hacía frío y la acción combinada de estos dos elementos es realmente desagradable.

Me levanté más o menos pronto y observé que llovía considerablemente, así que pensé que podía desayunar y esperar un par de horas para salir, con la idea de que escampase un poco. No fue así, dos horas después seguía lloviendo tanto o más que antes.

Normalmente cuando llueve no suele hacer mala temperatura así que trato de llevar poca ropa para que se seque pronto, pero hoy al hacer frío se me presentaba un dilema interesante: poca ropa para que se seque pronto, pero con la posibilidad de pasar frío o mucha ropa para no pasar frío, pero ir con la ropa mojada largo trecho. Al final he optado por protegerme contra el frío saliendo con doble camiseta, mallas largas y una gorra. La gorra es imprescindible cuando llueve, evita que se meta el sudor en los ojos.

Se veía venir que íbamos a ver poca gente entrenando. Cuando la climatología es adversa, el personal se queda en casita tan ricamente. Sobre todos las bicicletas, ¡sólo hemos visto una! cuando en un domingo normal te cruzas con cincuenta casi sin querer.

De todos modos, ha sido un entrenamiento agradable, aunque haya sido todo el rato bajo la lluvia. Incluso hubo un momento, cuando llevábamos cinco kilómetros que parecía que arreciaba la lluvia, menos mal que sólo ha sido un amago, en seguida ha vuelto a ser un agradable chirimiri.

Ha sido el primer entrenamiento sobrepasando la hora de carrera, ya que hemos hecho 12 km en un tiempo de 1:03:56 @ 5:20 min/km. Ritmo habitual de este tipo de entrenamientos, algo más deprisa de lo que deberíamos, pero resulta difícil contener a mi compañera de entrenamientos.

La báscula marcaba ayer 69,3 kg, sigo manteniéndome en el erótico número. La verdad es que tampoco me controlo demasiado como para bajar, pero mientras nos suba…

IV Pachanga de las aficiones

El año pasado participé en la III edición de la denominada Carrera de las aficiones. Lo hice con la idea de acompañar a una amiga que trataba de mejorar su marca en 10 km. Este año me he vuelto a apuntar, pero no sé muy bien el porqué, ya que se trata de una carrera muy desagradable por dos motivos: hay que recoger el dorsal un día antes y la salida no está en el mismo sitio que la llegada por lo que es casi obligatorio dejar la ropa en el guardarropa.

La carrera comenzaba a las nueve por lo que había que espabilar ya que hay que ir en metro hasta la salida ¡y suerte que no vivo demasiado lejos y puedo ir luego corriendo hasta casa!

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Camino a la salida, cómodamente en el metro

Habíamos quedado en la puerta cero los compañeros maratidianos para hacernos la foto de rigor, pero llegamos algo tarde, menos mal que nos esperaron unos minutos.

pachanga-aficiones-2013
Foto de grupo, predominando los colchoneros

Después de la foto, me dirigí a los camiones para dejar la mochila. Después de unos cuantos minutos, cuando me disponía a soltar la mochila, el chico que recogía los bártulos dijo que se habían acabado las pulseras por lo que no recogía ninguna más. Bueno, no problem, me dirijo a otro camión, espero la cola y cuando voy a dejar la mochila, lo mismo, se han acabado las pulseras. Empiezo a ver que las puertas de todos los camiones se cierran y un numeroso grupo de gente se queda con los chismes en la mano. Resulta inconcebible que una carrera donde el 99% dejará la mochila se acaben las pulseras, ¿qué cálculo hicieron estos tíos? Así que no me queda más remedio que correr con la bolsa en la chepa.

Comienza la carrera, salgo detrás de mi amiga y veo que se va alejando poco a poco. Lleva un ritmo que no soy capaz de seguir, aunque me esfuerzo para no perder su estela. A mitad de carrera, cerca de Colón, consigo alcanzarla y ya no la dejo en toda la prueba. Pasamos por el Congreso y se oyen improperios de todo tipo, se nota que la gente está contenta con sus representantes. No sé si es por el asco que produce o por la cuesta arriba, pero es ahí donde más esfuerzo se gasta. Se pasa por Sol, por la calle Mayor, por San Francisco el Grande y Puerta de Toledo. Allí comienza la última cuesta abajo que lleva hasta la antigua fábrica de Mahou. Desde allí, una bonita cuesta arriba hasta casi meta, donde llegué con un tiempo oficial de 46:53 por 46:54 de mi compañera de aventuras.

http://connect.garmin.com/activity/402224521

Ayer fue día de pesada. La báscula marcó exactamente lo mismo que el sábado anterior: 69,4 kg. No bajo, pero por lo menos no subo.

En 2004 corrí Canillejas por última vez. Cuando fui a dejar la mochila no me la cogieron, se había agotado el cupo, exactamente lo mismo que hoy. Entonces taché esa prueba de mi calendario. Nueve años después, tacho otra carrera del calendario.

NO VUELVO A CORRER ESTA PACHANGA.

Sombras y luces en el Parque Lineal

Hacía tiempo que no iba a correr al Parque Lineal, desde que estaba preparando la maratón allá por el mes de abril. Hoy he vuelto a ir y la verdad es que en esta época otoñal el parque está precioso, con muchos árboles cambiando sus colores. Una verdadera delicia correr por allí.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. El parque está algo descuidado ya que parece que todos los recursos se derivan a Madrid Río y tanto la zona aguas arriba entre el Puente de los Franceses y el Puente del Rey y la zona aguas abajo, lo que es realmente el Parque Lineal, no gozan de los mismos privilegios. He leído en este artículo una crítica sobre estas dos zonas y la verdad es que no les falta razón, aunque como siempre se cargan demasiado las tintas. Imagino que no hay otra forma de llamar la atención que magnificando lo malo.

La idea era correr sólo 10 km, pero al final hice casi doce y me encontré bastante bien. Fui acompañado durante el entrenamiento por una amiga que se portó bien conmigo y consintió ir a un ritmo tranquilito. También me acompañaba un molesto ruidito procedente del GPS que indicaba que la batería estaba baja. Mi amiga comentó que se iba a acabar antes de que finalizara el entrenamiento y por supuesto así fue, como medio kilómetro antes de terminar la pantalla del chisme se quedó en blanco. Tampoco pasa nada, la verdad.

El GPS únicamente marcó 11,36 km que completé en un tiempo de 59:44 @ 5:15 min/km y con buenas sensaciones teniendo en cuenta que estuve más de una hora corriendo, cosa que no hacía desde hace unos cuantos meses.

Ayer era día de pesada y conseguí por fin bajar algo de peso. La báscula marcaba 69,7 kg sólo doscientos gramos menos que la semana pasada, pero con la confianza de que sea el comienzo de un descenso imparable 😉

¡Mil entradas!

Con esta entrada, se cumplen mil las que ye he escrito en el blog. No está mal la cifra, porque es complicado rellenar entrenamiento tras entrenamiento una entrada. Tan difícil que resulta a veces casi imposible encontrar un tema y me limito a describir someramente el entrenamiento. De hecho este blog nació como un cuaderno de bitácora donde registrar los tiempos y sensaciones de los entrenamientos, sólo que a veces me salgo del tiesto y empiezo a elucubrar sobre cosas variopintas.

No sé si escribiré mil entradas más, pero habrá que intentarlo.

El entrenamiento de hoy ha consistido en dar un par de vueltas a Parque Sur a ritmo ligero. El terreno estaba algo embarrado porque ha estado lloviendo estos últimos días y en algunos tramos te hundías un tanto, en otros pisabas en un terreno tan mullido que parecía que corrías sobre moqueta y en algunos, estaba bastante bien para correr.

El martes fue un día especial porque fue el primer donde me sentí realmente bien corriendo, aunque empezara con alguna molestia. El jueves no llegué a alcanzar el Nirvana atlético ni hoy tampoco, pero me sentía razonablemente bien. Cuando consiga quitarme la pequeña tendinitis en el tendón de aquiles ¡voy a volar! Aunque no es el fin ni mucho menos, me conformo con correr a un ritmo normalito.

Hice un par de vueltas y un poco más para completar los 7 km previstos. Y lo hice en un tiempo de 34:41 a un más que aceptable ritmo de 4:57 min/km.

Hace tiempo que no hablo del peso. Hoy he llegado al límite de lo que considero peligroso. La báscula marcaba 69,9 kg rozando los setenta que es donde empieza la zona roja. Sigo en amarillo y no sé si voy a volver al verde. Espero que ahora que empiezo a entrenar con más regularidad lo consiga.

El placer de ir descalzo

Ya he comentado por activa y por pasiva (siento ser tan pesado) que llevo unas semanas con molestias en el talón del pie derecho. Hoy no quería correr porque las molestias siguen ahí, así que me he puesto mis zapatillas convencionales y he salido a andar tratando de seguir la técnica de correr descalzo/minimalista: relajación, zancada corta, rodillas flexionadas y no sé cuantas mariconadas más.

He empezado a andar de aquesta guisa haciendo hincapié sobre todo en la relajación, porque Javier tiene la teoría -que yo creo acertada- de que las molestias son debidas a ir demasiado tenso. Y es que habitualmente llevo relajado casi todo el cuerpo… excepto lo más importante: los pies. Aún así, creo que no llevaba los pies relajados.

Me he encontrado con Antonio, he parado y al volver a comenzar a andar iba mejor, más relajado. Mucho mejor, la molestia se desvanecía.

Cuando llevaba unos cinco kilómetros y medio he decidido descalzarme e ir andando por la yerba, zapatillas en mano… ¡qué placer! Ya tenía olvidada esas sensaciones de pisar la yerba, la tierra, las piedrecillas; sentir el contraste de temperaturas entre las distintas superficies. Lo dicho, todo un placer.

A los siete kilómetros he pensado, ¿por qué no correr un poco descalzo por esta verde yerba? Pensado y hecho: aparco las zapas junto a un árbol y me pongo a correr pensando en hacer poca cosa, pero iba tan a gusto que al final he hecho poco más de un kilómetro principalmente sobre yerba, pero también por caminos.

¿Y la molestia en el talón me dolía más al ir descalzo? Pues no, iba mucho mejor. ¡Esto no hay quien lo entienda! Salgo con las zapatillas amortiguadas por temor al talón y acabo descalzo y mejor.

Entre unas cosas y otras he completado 8 km, de los cuales 5,5 km han sido andando con zapatillas + 1,5 km andando descalzo + 1 km corriendo descalzo. Me ha gustado este entrenamiento.

Antes de salir me he subido a la báscula y marcaba 69 kg exactos, 200 g menos que la semana anterior. Quería haber bajado de este erótico número, pero poco a poco.

Acabé con una pequeña heridita en el pie. Algo raro debí pisar. Ese es uno de los inconvenientes de ir descalzo.

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Combinando dos especialidades

Ayer sábado íbamos a salir con la bici, pero al final se nos hizo tarde, así que hemos dejado para hoy domingo la salida. Pero también tenía planeada una salida a pie, así que he probado a hacer ambas cosas.

A eso de las diez y media salimos hacia San Martín de la Vega por el carril bici. Subimos la Marañosa y en vez de darnos la vuelta en el alto, bajamos hasta el cruce de la Warner y allí nos dimos la vuelta. Como no queríamos hacer muchos kilómetros, no llegamos hasta San Martín de la Vega, así que hicimos a la ida poco más de 24 km. Como luego volvimos por el mismo camino, totalizamos más de 48 km sobre la flaca. Reconozco que llegué a casa bastante fundido. Tengo que agenciarme una bicicleta de carretera ya mismo, que resulta complicado tratar de seguir los pasos de una de carretera con una montangüai.

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Subiendo la Marañosa por el carril bici

Lo dicho, llegué a casa bastante cansado. Guardé la bici, me cambié de vestimenta, estiré un poco y salí a correr al parque. Primero anduve un kilómetro y luego empecé a correr los doce minutos de rigor. Las molestias que tuve en el gemelo el último día de carrera ya eran inexistentes, aunque el talón del otro lado me molestaba algo todavía y eso que había empezado a embadurnarme con crema Fisiocrem y a estirar y masajear el tendón de Aquiles.

Esas ligeras molestias no impidieron que completara esa docena de minutos, en los que hice un primer kilómetro en 5:50, un segundo en 5:31 y cien metros más corriendo. Es decir, que por primera vez he conseguido sobrepasar los dos kilómetros con zapatillas minimalistas.

Cuando iba corriendo pasé por una zona que estaba embarrada. Después de realizar la carrera, me acerqué por el barro para examinar la pisada. Sólo se veía impreso en el barro la parte delantera de la zapatilla, nada del talón. Quizás eso indique que piso demasiado de puntillas y que no planto el talón, que debería hacerlo suavemente.

En resumen, el entrenamiento consistió en ir hasta el cruce de la Warner, volver y el entrenamiento a pie.

Cuando volví de vacaciones, el lunes pasado me pesé y me llevé la desagradable sorpresa que sobrepasaba los 70 kilos, en concreto, 70,2 kg. Esta semana me lo he tomado en serio lo de la alimentación y ayer sábado ya estaba en 69,2 kg. Lo que implica un kilo menos. Ya me quedo más tranquilo, pero tengo que seguir controlando.

Resumen semana 27 de 2013

Semana del 1 al 7 de julio:

Lunes Descanso
Martes 6 km andando + 2 min con Minimus
Miércoles Piernas (30) y abdominales (15, 20, 25 y 30)
Jueves 6 km andando + 2 min con Minimus
Viernes Piernas (30) y abdominales (15, 20, 25 y 30)
Sábado 5 km andando + 2 min con Minimus
Domingo 39 km en bicicleta

Esta semana he vuelto con una rutina más o menos constante, empezando la transición a minimalistas de manera controlada. Esta semana han sido dos minutos corriendo que se convertirán en cuatro la semana que viene, luego en seis, etc.

El tema del peso me está costando. Aunque logro mantenerme, no consigo bajar de 68 kg ni en broma. El viernes por la mañana pesaba 68,3 kg que es por donde ando casi todas las semanas.

Resumen mes de mayo

En la época de más actividad atlética, aparte de las entradas de cada entrenamiento/carrera, hacía un resumen semanal; sin embargo, este mes de mayo no he tenido gran actividad, así que puedo contar en una simple entrada todo lo que he hecho durante estas semanas.

Semana 18, del 29 de abril al 5 de mayo: aprovechando que estuve en la playa unos días, aproveché para andar descalzo por la arena y por las piedras. Corrí 100 metros descalzo por la arena. Acabé con las plantas un poco doloridas de andar por las piedras que había por allí. Terminé la semana corriendo o más bien trotando la carrera de la mujer que se celebró en Madrid con un recorrido de casi 7 km. No tenía ninguna intención de correr esta prueba, pero una persona muy allegada me hizo saber que si no corría con ella, no participaba, así que acompañé a esta chica durante toda la carrera.

Semana 19, del 6 al 12 de mayo: con la idea de olvidarme de las zapatillas amortiguadas, el martes empecé con las VFF Bikila. Anduve unos 5 km y corrí simplemente 200 metros. Según iba andando pensaba si es bueno andar con minimalistas, ya que andando resulta imposible hacerlo de metatarso. El jueves añadí 100 metros más, por lo que totalicé 300 metros con minimalistas. Las sensaciones fueron buenas. Acabé la semana montado en una bicicleta, haciendo aproximadamente 25 km en un tiempo, también aproximado de una hora y cuarenta y cinco minutos. Una amiga se ha animado a hacer un triatlón y salgo con ella para que mejore su técnica sobre la bicicleta. Sigo con los estiramientos, fortalecimiento de cuádriceps y haciendo abdominales. La báscula marcaba el sábado 68,5 kg, el peso comienza a subir en vez de bajar.

vff-bikila-2

Semana 20, del 13 al 19 de mayo: sigo con la transición a zapatillas minimalistas. El martes salí con ellas e hice 300 metros, cuando acabé notaba ligeras molestias en el mismo sitio (parte externa del gemelo izquierdo) que el año pasado cuando corría descalzo. Empieza a mosquearme la cosa. El miércoles, día de San Isidro, aprovechando que es festivo salí con la bici con mi amiga yendo hasta la Casa de Campo y buscando el circuito de bicicleta que tiene que hacer en el triatlón. Hay que hacer una vuelta subiendo Garabitas y la subida se hace laaaarga, ya que son unos dos kilómetros para arriba.  En toal hicimos casi 30 km en un tiempo de 1h56. El jueves no pude salir a correr porque tuvimos una reunión sobre la carrera del Zofío, así que salí el viernes  y en vez de hacer seguidos los 500 metros que correspondía, hice primero 200 metros y posteriormente 300 metros. La molestia seguía allí, pero no molestaba demasiado, por lo que aguantaré mientras no vaya a más… El domingo fue el día escogido para montar en bicicleta otra vez. De nuevo hasta la Casa de Campo por Madrid Río, una vuelta al circuito de triatlón y vuelta por el carril bici. La subida a Garabitas fue más llevadera esta vez, parece que ya va cogiendo el truco a esto de la bici. Fueron 28 km sobre las dos ruedas en un tiempo de 1h37. Al terminar, mi amiga se metió tres kilometrillos a pata para entrenar la transición. El sábado me pesé y había aumentado de peso, marcaba 68,8 kg. Nada, no consigo controlarme. Cuando corro más kilómetros esos pequeños excesos los quemo, pero ahora van directamente al tejido adiposo. Sigo con los estiramientos, fortalecimiento de cuádriceps y haciendo abdominales.

Semana 21, del 20 al 26 de mayo: esta semana ha sido poco productiva. Mi madre está en el hospital así que he procurado visitarla en vez de correr y similares, así que sólo he salido a correr el viernes, haciendo un par de kilómetros andando y luego 200 metros + 300 metros + 400 metros con minimalistas. Entre cada uno de los tramos corriendo, unos 200 metros andando. Siguen las molestias, por lo que estoy empezando a preocuparme. El sábado me pesé y ya he conseguido subir de 69 kg, ya que hoy marcaba 69,3 kg. También empieza a ser preocupante, casi más que las molestias. De nuevo, termino la semana montando en bici. Esta vez un circuito similar al de la semana pasada pero haciendo dos vueltas al circuito de triatlón. Mi compañera de rodaje subió Garabitas mucho mejor que en ocasiones anteriores, parece que va cogiendo el truco a esto del pedaleo. Han sido algo más de 34 km en un tiempo de 1h56, el mismo tiempo que once días antes cuando hicimos unos cinco kilómetros menos. En el camino por Madrid Río me crucé con Javier que venía del carrera del agua. Estuvimos hablando de la transición al barefoot. Él también lo está haciendo, pero con unas zapatillas de 4 mm de drop (diferencia de altura entre puntera y talón). Yo utilizo las VFF Bikila que tienen cero drop y eso quizás es un cambio muy radical, me planteo pillar unas zapatillas con 4 mm de drop para hacer la transición más gradual. Sigo con los estiramientos y fortalecimiento de cuádriceps, aunque esta semana he hecho poca cosa, incluso he prescindido de hacer abdominales.