No he podido aguantar el mono

Llevaba esto de no participar en ninguna carrera perfectamente bien. Hasta que alguno me dijo si no tenía mono… Eso fue mi perdición porque ya no he parado de pensar en ello.

El otro día me llegó un correo que anunciaba la sexta edición de la carrera nocturna de Toledo. Participé el año pasado y me gustó bastante así que no he podido resistirme y me he inscrito. Y por aquello de no ir solo, he apuntando también a una amiga. Así que si no hay nada que lo impida, el sábado 19 de octubre estaré en la plaza de Zocodover a eso de las 20:30, vestido de corto, esperando a que den la salida. ¡Ya tengo ganas de que llegue!

La carrera es de sólo seis kilómetros, pero mi estado de forma es paupérrimo. Tengo que tratar de hacer antes de la carrera seis o casi seis para ver si soy capaz de aguantar y no acabo cojo, así que hoy, un poquito más que el jueves.

Habitualmente los fines de semana corro solo. Es un poco más aburrido, pero por lo menos voy al ritmo que yo me marco. También suelo cambiar el parque de Pradolongo por el de Parque Sur. Y eso es lo que he hecho, me he levantado con calma, me he preparado bien con los correspondientes estiramientos y he salido andando como es habitual.

Pasado poco más de un kilómetro me he puesto a correr y no he parado hasta completar 4,7 km corriendo a un ritmo algo más ligero que en día anteriores. Nada más y nada menos que a 5:33 min/km todo un récord para mí. Lo mismo soy capaz de completar la carrera dignamente.

Bendita sudada

Resulta agradable hacer ejercicio y acabar con una buena sudada. Y no lo digo por la creencia popular de que sudar adelgaza, que todavía me alucina cruzarme con alguno embutido en plástico y abrochado el chándal hasta las orejas. No, no es por eso, sino porque si no sudo, parece que no he hecho ejercicio. Llegar a casa sudado es sinónimo de haber trabajado bien.

Hoy trataba de progresar un poco más, ya que tengo que ir probando como responde el talón y la rodilla, que la condromalacia sigue ahí. De este modo, he salido andando para calentar un poco los músculos y después del primer kilómetro me he puesto a correr, por lo que han sido 1 km andando y 4 corriendo. Un poco como el otro día, rondando los seis minutos el kilómetro, aunque hoy me he permitido el lujo de apretar un poco en el último kilómetro para ver qué se siente cuando se mueven las piernas a una frecuencia superior a los 180 zancadas por minuto.

Pradolongo internacional

Iba andando tan ricamente, tratando de calentar algo los músculos para empezar a correr cuando me he cruzado con dos corredores que iban charlando tranquilamente. Me ha llamado la atención que iban conversando ¡¡¡en francés!!! Y me ha chocado, la verdad. En este barrio lo más normal sería oír hablar en chino, ya que es la población inmigrante mayoritaria en el distrito de Usera.

Curiosamente, mientras el número de inmigrantes disminuye en Madrid, la población de chinos aumenta. Alguien debería pensar en poner en el barrio un arco chino y venderlo como el Chinatown de Madrid. Seguro que los comerciantes de la zona lo agradecerían.

El sábado Ricardo me llevó muy deprisa para ser tan temprano y cuando todavía tengo molestias, por lo que hoy he tratado de ir más despacio. He comenzado andando y cuando llevaba dos kilómetros me he puesto a correr tratando de completar la vuelta. A mi ritmo, rondando los seis minutos por kilómetro, he conseguido completar los cinco kilómetros que tenía pensado. Las sensaciones no han sido malas, parece que la cosa funciona, aunque no esté ni mucho menos bien.

Pronto empiezan a apretarme las tuercas

El jueves no pude salir por un evento laboral y como tampoco es cuestión de correr en exceso, he esperado hasta hoy sábado para tratar de correr algo más que los 300 metros del martes. La idea era hacer un kilómetro como mucho corriendo, así que después de dar una vuelta a Parque Sur (3 km) me he puesto en marcha. He hecho ese kilómetro corriendo y me he encontrado bien, con una ligera molestia en el talón, pero no más que cuando iba andando, así que, ¿por qué no seguir un poco más?

Dicho y hecho, he seguido con mi trote cochinero cuando ha aparecido Ricardo, vecino y grandísimo corredor que también está pasando un calvario con sus lesiones. Se ha puesto a nuestra vera y allí estábamos contándonos nuestras penas, que si me duele aquí, que si antes allí, que si he ido al fisio, que si he probado con estas plantillas, … La típica conversación de corredores lisiados 😉

El caso es que de ir cochineramente trotando, la compañía de Ricardo me ha hecho ir cada vez más deprisa, ya que de ir a seis, he pasado a ir a 5:37 y luego a 5:07. ¡Mucha tela para mí! Total, que así a lo tonto, he completado 6,4 km, de los cuales 3,4 km han sido corriendo. ¡Es la distancia más larga que he corrido desde la maratón de Madrid!

El mundo no se acaba en el minimalismo

Por el tema de la condromalacia llegué a pensar que el minimalismo e incluso el correr descalzo iba a ser la panacea universal. Lo intenté el pasado año y lo he vuelto a intentar éste, pero otra vez tiro la toalla.

Mi problema fundamental es que mis gemelos están acortados y andar/correr descalzo provoca una tensión que acaba provocando que el tendón de aquiles (este año) o el propio gemelo (año pasado) acaben dándome guerra. Lo tengo muy claro, mi cuerpo no está preparado para este tipo de aventuras, así que me vuelvo de nuevo a las zapatillas amortiguadas. Me quedo con algunas cosas interesantes que he aprendido de este asunto: relajación, correr de metatarso, caer con las rodillas flexionadas y zancada cortas y rápidas, que trataré de poner en práctica lo mejor que pueda.

Así que me he calzado mis zapatillas más amortiguadas con sus correspondientes plantillas y me he acercado al parque. Allí estaba Joaquín que sigue con sus problemas, por lo que ambos hemos empezado a andar a un ritmo de paseo, tan ricamente, aunque con la idea de probar un poco la carrera. Después de cuatro kilómetros paseando, nos hemos puesto en marcha. Habrán sido 300 metros, pero no me he encontrado mal, las sensaciones han sido buenas, excepto unas pequeñas molestias. Así que contento, muy contento. El próximo día, un poquito más.

Por fin acabó septiembre

Por fin acabó septiembre y sus treinta días. Este mes de septiembre ha sido un mes complicado deportivamente hablando. Realmente no ha sido más que la consecuencia de estar lesionado y no parar porque ya en agosto el tendón me molestaba y seguí erre que erre. Conclusión: a pagar en septiembre los deslices de agosto.

Estuve la primera semana en la playa y me pasé esa semana yendo y viniendo entre Gandía y Oliva, caminando descalzo por el borde la playa. Estos paseos playeros castigaron más mi maltrecho tendón.

Anduve también algún día con la bicicleta y la verdad es que sobre las dos ruedas el tendón no sufre, aunque al forzar algo me molestaba la rodilla -la condromalacia sigue ahí-.

Al final acabé yendo el día 16 a visitar a Josefa para ver si podía hacer algo. Me diagnosticó un bonita tendinitis en el tendón de aquiles, algo a lo que no son ajenos ninguno de los dos tendones. Me dijo que ni se me ocurriera seguir con calzado sin talón elevado, que estirase, que me diese automasajes y que no olvidara el hielo.

En resumen, que me olvide del minimalismo. De este modo, acaba como fallido el segundo intento después del intento del pasado año. Creo que después de un segundo, no habrá un tercero y que tendré que buscarme otra opción si quiero correr sin molestias en la rodilla. Tendré que tratar de aplicar la técnica de correr descalzo corriendo con zapatillas amortiguadas, buscando quizás aquellas de menos amortiguación, pero que me levanten un poco el talón y no vaya con el tendón demasiado tirante.

Después de esta visita a Josefa, me olvido de correr (de intentarlo al menos) hasta octubre y lo más que hice fue salir a andar, pero de paseo, nada de apretar el paso. Cuando vea que la molestia es mínima, trataré de correr un poco.

Lo más positivo, atléticamente hablando, de este mes de septiembre no está relacionado con mi persona. El domingo 22 de septiembre la mitad de mi familia participó en el SERTRI, en Madrid. Una grandísima experiencia para ambos. Y una gran satisfacción para mí.

Fotos de la I Legua de Gerindote

Hoy me he desplazado a Gerindote con una amiga que tenía la intención de participar en la I edición de la Legua Urbana de Gerindote. Dado que no puedo correr, he pensado que podría hacer unas fotos de los corredores. Así que me he puesto manos a la obra y éste es el resultado:

Legua gerindotana
Haz clic sobre la imagen para ver la colección de fotos

Las fotos están a menor calidad que las originales y con marca de agua. Si alguien desea la foto original puede enviar un correo a correresmireligion ARROBA gmail.com y se la envío sin ningún problema lo más pronto que pueda.

La carrera en sí, no ha estado mal, aunque deberían arreglar el tema del tráfico, que en algunos cruces los coches no respetaban nada. Lo mejor, las migas del final, todo un detallazo.

Confiemos en que el año que viene se pueda celebrar la segunda edición y espero estar allí, pero de corto.

El placer de ir descalzo

Ya he comentado por activa y por pasiva (siento ser tan pesado) que llevo unas semanas con molestias en el talón del pie derecho. Hoy no quería correr porque las molestias siguen ahí, así que me he puesto mis zapatillas convencionales y he salido a andar tratando de seguir la técnica de correr descalzo/minimalista: relajación, zancada corta, rodillas flexionadas y no sé cuantas mariconadas más.

He empezado a andar de aquesta guisa haciendo hincapié sobre todo en la relajación, porque Javier tiene la teoría -que yo creo acertada- de que las molestias son debidas a ir demasiado tenso. Y es que habitualmente llevo relajado casi todo el cuerpo… excepto lo más importante: los pies. Aún así, creo que no llevaba los pies relajados.

Me he encontrado con Antonio, he parado y al volver a comenzar a andar iba mejor, más relajado. Mucho mejor, la molestia se desvanecía.

Cuando llevaba unos cinco kilómetros y medio he decidido descalzarme e ir andando por la yerba, zapatillas en mano… ¡qué placer! Ya tenía olvidada esas sensaciones de pisar la yerba, la tierra, las piedrecillas; sentir el contraste de temperaturas entre las distintas superficies. Lo dicho, todo un placer.

A los siete kilómetros he pensado, ¿por qué no correr un poco descalzo por esta verde yerba? Pensado y hecho: aparco las zapas junto a un árbol y me pongo a correr pensando en hacer poca cosa, pero iba tan a gusto que al final he hecho poco más de un kilómetro principalmente sobre yerba, pero también por caminos.

¿Y la molestia en el talón me dolía más al ir descalzo? Pues no, iba mucho mejor. ¡Esto no hay quien lo entienda! Salgo con las zapatillas amortiguadas por temor al talón y acabo descalzo y mejor.

Entre unas cosas y otras he completado 8 km, de los cuales 5,5 km han sido andando con zapatillas + 1,5 km andando descalzo + 1 km corriendo descalzo. Me ha gustado este entrenamiento.

Antes de salir me he subido a la báscula y marcaba 69 kg exactos, 200 g menos que la semana anterior. Quería haber bajado de este erótico número, pero poco a poco.

Acabé con una pequeña heridita en el pie. Algo raro debí pisar. Ese es uno de los inconvenientes de ir descalzo.

pie-herida

Almanaque

Los receptores GPS utilizan un almanaque para almacenar la posición de los satélites, de tal forma que la sincronización del aparato con los satélites se haga lo más pronto posible.

Desde que leí esta información referente al dichoso almanaque, la palabreja en cuestión se me escurre por los entresijos de la memoria. Así que cada vez que me pongo el GPS en la muñeca me acuerdo de que existe una palabra que es sinónimo de calendario y ¡que no me acuerdo cual es! Y que además asocio al calendario zaragozano

He tenido que buscar en un diccionario de sinónimos un sinónimo de calendario para encontrar la dichosa palabra y he creado esta entrada para que no se me vuelva a olvidar: almanaque, almanaque, almanaque, almanaque, …

Ayer me molestó bastante el talón del pie derecho, quizás por haber hecho 18 minutos de carrera, pero hoy lo tenía mejor, así que me he animado a salir con la idea de hacer los diez minutos que marca la sexta semana del plan de adaptación.

He comenzado andando dos kilómetros y al llegar a ese punto me he puesto a correr. Me he dado cuenta de que incumplía claramente la primera norma y la más fundamental: hay que ir relajado. Me he dado cuenta de que trato de relajar el cuerpo, pero no los pies. Así que he tratado de olvidarme un poco de la técnica y de relajarme lo más posible, tratando además de mantener una zancada corta.

Cuando se han cumplido los diez minutos estaba en lo más satisfactorio de la carrera, así que he continuado corriendo hasta completar tres kilómetros en algo menos de 18 minutos. Así que entre lo andado y lo corrido he completado 5 km en 38:04 @ 7:37 min/km.

Madrid-Gijón-Madrid

El 19 de agosto a las 21 horas comenzó una prueba ciclista de 1200 km -sí, habéis leído bien, no se me ha escapado ningún cero, mil doscientos kilómetros- donde los participantes salían de Madrid, en concreto de Algete, iban hasta Gijón y volvían. Además el recorrido hay que realizarlo en menos de 90 horas, es decir, en menos de tres días y dieciocho horas.

Julián Sanz fue el participante que tardó menos tiempo, lo hizo en cincuenta horas y catorce minutos, bajando ocho horas el anterior registro. Pero esta entrada no es una loa al ganador, sino a todos los ciclistas que participaron en la prueba, demostrando que un ciclista preparado puede hacer «burradas» sobre la bicicleta sin recurrir a ayudas externas no permitidas.

Ya aprovecho para rendir homenaje a dos amigos que participaron en la prueba: Miguel Angel García Expósito y Juan Coca Cuesta. Compañeros, me postro de hinojos ante vosotros por vuestra hazaña, tenéis toda mi admiración.

mgm-2013

Es por estas cosas que me revienta el sambenito que se ha colgado a los ciclistas de que necesitan doparse para poder realizar una carrera por etapas. No señor, un deportista no necesita el dopaje para realizar su trabajo, aquel que lo hace es porque trata de llegar antes que los demás a toda costa, no por la dureza intrínseca del recorrido. Así que, por favor, dejen ya de decir que los ciclistas se dopan porque es imposible realizar los recorridos a base de espaguetis. Y alaben estas hazañas realizadas por ciclistas anónimos.


Hoy hemos salido en bici, pero nosotros, más modestos, sólo hemos hecho 23,4 km en un tiempo de 1:08:23 @ 20,6 km/hora. Han sido las tres vueltas al circuito de triatlón en el que mi compañera de entrenamientos participará el próximo septiembre.