Se ha celebrado en el parque de Pradolongo, al lado de mi casa y donde entreno habitualmente, un cross de nombre tremendamente largo: I Cross popular solidario de Usera en marcha por el cáncer de mama. Y ahora que lo escribo me doy cuenta que el nombre no parece muy apropiado ya que por, en una de sus acepciones, viene a significar «A favor o en defensa de alguien o de algo». Y en este caso imagino que no se hace el cross para estar a favor del cáncer ni a defenderlo.
Dado que se celebraba al lado de casa, que era gratuito y por una buena causa y aunque sabía que los organizadores no son nada del otro mundo, me animé a apuntarme por pasar la mañana y tratar de hacer más visible el tema. Es cierto que iba si ninguna pretensión ya que estaba bastante cansado debido a que el viernes había estado cavando participando en una de las actividades de voluntariado y el sábado hice 16 km a buen ritmo.
La prueba de los mayores comenzaba a las 11:30, pero una hora antes bajé a por los dorsales y a por la camiseta conmemorativa que era de color rosa, color relacionado con el cáncer de mamá, como se puede apreciar en los lacitos que han llevado algunas personas este fin de semana por este motivo.
Recogí los dorsales y me sorprendió porque había más gente de la que había pensado ya que me pareció que el evente no había sido muy publicitado. De hecho, en internet era imposible encontrar información. Sólo había visto el anuncio en Twitter, pero nada de recorridos ni cosas semejantes. Me habían contado que el circuito era de algo más de un kilómetro y había que dar ¡¡¡cinco vueltas!!! para totalizar seis kilómetros.
Recogí mi dorsal y el de una amiga, estuve charlando con un compañero de entrenamiento y me fui a casa a prender el dorsal y ponerme la camiseta rosa. Llegué con mi amiga, dimos una vuelta al circuito y nos pareció que no tenía un kilómetro ni de broma, así que si teníamos que dar cinco vueltas no íbamos a hacer ni cinco.
Somos un grupo de aproximadamente veinte pradolongueros; sin embargo sólo nos dimos cita ocho de esos veinte. Resulta curioso que pudiendo correr al ladito de tu casa una carrera gratuita algunos elijan no ir y otros prefieran ir a carreras pagando y es que los corredores somos muuuuuuy tontos (yo también me incluyo).
Pradolongueros posando antes de la carrera
Antes de tomar la salida pregunté a un tipo de la organización si había categorías en la carrera de mayores y me dijo que no, que era categoría única para todos aquellos nacidos antes del 2000. Me había hecho ilusiones de poder subir al cajón en mi categoría, porque veía muchos jóvenes pero no tantos mayores, pero mis esperanzas se esfumaron cuando me dijo lo de la categoría única.
Junto a la carrera se celebraba también una marcha y es por eso que en el arco de salida nos juntamos un buen número de personas, aunque no todos con intenciones de correr. Dieron la salida con un par de minutos de retraso y como salí de los primeros, cuando me quise dar cuenta iba el séptimo de la carrera. Un compañero que iba conmigo me animó diciéndome: «este es tu parque, ves a por el pódium».
Y eso hizo que me subiera la adrenalina y que aumentara un poco el ritmo. Primero fueron cayendo algunos jovenzuelos que salieron con mucha alegría. Luego una chica que salió también fuerte. En la segunda vuelta ya iba tercero, pero no tenía muy claro que pudiera con el segundo, pero en mi cabeza martilleaban las palabras que me había dicho mi compañero: «este es tu parque». Y claro que lo es, estaba jugando en casa y eso me dio un plus.
A mitad de la segunda vuelta, después de haber esquivado a unos cuantos grupos de gente que iban andando pude adelantar al segundo clasificado. Al hacerlo apreté todo lo que pude para que no se pusiera a mi rebufo. Ya iba con las piernas muy cansadas, pero pensé que él también las llevaría, así que apreté y apreté todo lo que pude.
Acabé la tercera vuelta y el objetivo era tratar de esquivar a la gente que iba andando y buscar la ruta más corta y con menos barro, lo que implicaba ir avisando a los de delante para que se fueran apartando y con un rápido eslalon buscar la posición más óptima. De vez en cuando, en las esquinas, iba echando un vistazo hacia atrás por si se acercaba el tercero, pero no veía nada. O lo tenía muy cerca o se había quedado muy lejos.
Cuando acabé la cuarta vuelta ya quedaba algo menos de un kilómetro para terminar y me dije que eran menos de cinco minutos de sufrimiento y eso ¿qué es? No es nada. Traté de al menos mantener el ritmo y a falta de trescientos metros aceleré todo lo que pude por si acaso venía alguien con intenciones aviesas. Pasé por meta según mi reloj con un tiempo de 20:22 para una distancia según el GPS de 4,7 km bastante por debajo de la distancia oficial de seis kilómetros, quedando el segundo de la carrera por primera vez en mi vida. Lo curioso es que mi amiga también quedó segunda en la clasificación femenina, así que fue curioso que ambos subiéramos al cajón en la misma posición.
En el segundo escalón del cajón
Es totalmente inexacta ya que no son 6 km y he visto que falta gente, pero guardo la clasificación de la carrera. ¡Qué no se me pierda! No siempre aparece uno como segundo clasificado de una carrera.
Un comentario en “I Cross solidario en marcha por el cáncer de mama”
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