Parece que le voy cogiendo el gustillo a la distancia de los 1609 metros porque volví a apuntarme a una milla y ya son tres en las que he participado este año. Teniendo en cuenta que en 56 años sólo había participado en una, haber hecho tres en este año es algo excepcional se mire como se mire.
Me acerqué junto a una amiga a la calle Serrano donde se celebraba el evento. Salida cerca de la calle Goya y llegada cerca de la Puerta de Alcalá dando dos vueltas y media. Como había que recoger el dorsal allí hasta media hora antes de la prueba, llegamos a las 9:30, ya que mi amiga comenzaba su serie a las 10:12 (salida 7 ritmo entre 4:30 y 4:45) y yo a las 11:25 (salida 11 ritmo entre 4:00 y 4:15), por lo que nos esperaba una larga mañana. Además un conocido se había apuntado a la serie más rápida (sin contar la élite), la de la salida 15 con ritmos más rápidos que 3:15. Una burrada.
Al poco de llegar, una vez recogido el dorsal y tras el paso por el servicio, mi amiga se puso a calentar mientras yo buscaba un sitio donde diera algo el sol, ya que la jornada era fresca. Encontré un buen lugar en la esquina con la calle Jorge Juan donde también aparecía una jueza que según me contó no estaba muy a gusto a la sombra.
Mi amigo comenzó a las 10:12 y nada más dar el disparo de salida se quedó atrás, en el último puesto. Me quedé perplejo porque la gente salió a muerte, nada de ritmos entre 4:30 y 4:45, iban todos a un ritmo bastante superior. Bien es cierto que luego algunos pagaron cada su alegría, pero mi amiga llegó a meta con un tiempo de 6:56 a un ritmo de 4:18 y quedó casi de las últimas. Parecía como si la gente se apuntara a ritmos más lentos de los que son capaces de ir para así quedar en mejor posición en la tanda.
A las diez y media se celebró la milla para las corredoras élite donde yo pensé que iba a ser un paseo militar para Esther Guerrero, pero me confundí porque ganó Marta García con cierta facilidad. Luego descubrí que esta chica había ganado el año anterior, así que mala no debe ser. A las once comenzó la milla para los corredores élite donde el más conocido, al menos para mí, era Fernando Carro, participante en una distancia que no es la suya. Salió en cabeza y se mantuvo bastante tiempo comandando el grupo, pero al final fue adelantado por unos cuantos y la victoria fue para Mohamed Attaoui del Playas de Castellón seguido por su compañero Ronaldo Olivo. Fernando Carro se tuvo que conformar con la sexta plaza.
A las once y veinticinco me tocó a mí. Había estado calentando desde la celebración de la milla élite chicos y con tiempo me puse detrás de la línea de salida, donde homenajearon a Isaac Viciosa, cuatro veces ganador de la milla de Nueva York y a la china Don Liu, campeona del mundo de 1500 en 1993 en Stuttgar. Con esta corredora ya había coincidido alguna vez en la carrera de mi pueblo donde se ha impuesto unas cuantas veces. marino
Dieron la salida y traté de guardar un poco que aunque parezca mentira, 1609 metros se pueden hacer largos; sin embargo, cuando di el primer giro, poco antes de llegar al primer cuatrocientos, me di cuenta que iba de los últimos por lo que tuve que acelerar para no ser el farolillo rojo. Había calculado que yendo a un ritmo de 4:00 min/km tenía que hacer cada cuatrocientos en 1:36 y cuando hice el primero vi que el crono marcaba 1:34, así que tampoco iba a poder ir mucho más deprisa. Dejé todo para la última recta donde eché el resto y conseguí adelantar a varios corredores que me precedían, llegando a meta con un tiempo oficial de 6:08 (ritmo de 3:48) que es bastante mejor que los 6:26 que había hecho en Carabanchel, así que muy contento. Por supuesto, tanto Viciosa como Don Liu llegaron antes que yo, con un tiempo de 5:43, aunque bueno, no estuvieron lejos.
El último en salir era un chico conocido nuestro que también estuvo conmigo en la milla de Carabanchel y en la milla nocturna de Usera. Él participó en la tanda 15, en la de los más rápidos, aquellos que tenían intención de bajar de 3:15 el kilómetro. Ya me dijo antes de comenzar que veía nivel en su prueba y de hecho lo hubo porque él hizo 4:47 (a un ritmo de 2:58) y llegó el 15º de la prueba.
Antes de irnos nos hicieron una bonita foto a los tres.
Cuando ya nos habíamos ido vimos las clasificaciones y allí pude ver que quedé el undécimo de mi categoría, mi amiga quedó segunda de su categoría y el chaval que nos acompañó fue tercero, los dos en puestos de pódium, pero como sólo daba trofeo al primero de las distintas categorías, excepto élite, hicimos bien en no quedarnos. Al final nos fuimos todos contentos, unos por sus puestos y yo por mi tiempo, que había mejorado bastante desde la primera que hice este año en Carabanchel.