Llevaba ya unos cuantos años con ganas de participar en una prueba de Parkrun, de hecho me interesé en su momento para tratar de realizar pruebas de este tipo en Madrid, pero me dijeron muy amablemente que me cantase otra.
Aprovechando que estaba en Sídney busqué si se celebraba alguna prueba y vi que sí, que se celebran varias en esta ciudad, por lo que lo primero que hice antes de irme a las antípodas fue darme de alta en parkrun.com y pude conseguir mi código Parkrun, que no es otro que el A5340602.
Mi código de barras Parkrun
Participando en cualquier prueba de Parkrun en cualquiera de las ciudades de unos cuantos países, llevando mi código estoy identificado y saldré en las clasificaciones de esa prueba. La jugada es plastificar el código de barras, ya que con el sudor se puede estropear, cosa que a mí estuvo a punto de pasarme.
Este tipo de pruebas se celebran como he comentado en un montón de parques de un montón de ciudades de unos cuantos países como Reino Unido -donde surgió este invento, Australia, Canadá, EEUU, Francia, Alemania, etc. Se pueden ver los distintos países en esta página: https://www.parkrun.com/countries/
Cada sábado, en bastantes parques se suele celebrar a las 9:00 de la mañana la prueba, que suele ser de 5 km. En algunos sitios, por ejemplo en Sídney, las pruebas comienzan a las 8:00, no sé si porque ahora es verano.
La gente se agrupa en el punto de salida, el director de carrera explica cómo es el circuito y da algunas recomendaciones y poco después da la salida. Hay unos cuantos voluntarios en los cruces y en la llegada. En los cruces para indicarte el camino y en la llegada para coger los tiempos, darte un ítem con tu posición y escanear ese ítem y tu código de barras. Con eso se obtiene de manera rápida y sencilla la posición y el tiempo realizado.
Y una vez contado un poco cómo funciona este gran invento paso a relatar mi experiencia en las antípodas.
En la página web de Parkrun, que no es otra que https://www.parkrun.com vi que en Sídney se celebran varias pruebas de este tipo. Vi que la más cercana al sitio donde estaba alojado era una celebrada en el Parque Centennial y en la misma web vi el punto donde daban la salida dentro de ese parque. Vi también que la prueba -casi que me resisto a decir carrera- daba comienzo a las 8:00, así que calculé que cogiendo el autobús 379 poco antes de las siete podía llegar a tiempo.
Muy optimista yo, puse el despertador a las siete menos cuarto, por lo que cuando llegué a la parada el autobús ya había pasado. Miré en la tabla de horarios y vi que el siguiente pasaba media hora después, así que se chafó esta primera parte del plan. Sabía que no muy lejos de allí, en Bondi Road, pasaba el 333 y éste también me dejaba cerca de ese parque, así que decidí ir trotando hacia esa calle, pero en vez de ir por el camino más corto pensé que yendo en diagonal podía llegar a esa calle y comprobar si el autobús que fuese a llegar me iba a servir o no.
Al final, mucho zigzaguear, mucho ir en diagonal, que cuando me quise dar cuenta ya estaba en Bondi Junction que era el destino tanto del 333 como del 379, por lo que tuve que seguir trotando, pero ya muy cerca del parque. Llegué al parque y seguí al trote buscando la salida que sabía más o menos donde estaba, pero pensé que no tardaría en ver a un numeroso grupo de corredores, aunque lo primero que vi fueron grupos y grupos de gente en bicicleta.
No tardé demasiado en encontrar el grupo de gente. Faltaba aún un cuarto de hora y había hecho un calentamiento que estaba ya casi cansado porque me tocó que subir alguna que otra cuesta en el rato que estuve trotando desde casi la costa hasta este parque. Menos mal que llevaba una botella de agua y pude echar algún trago de agua mientras la gente hacía un corro alrededor del director de carrera, que explicaba algunas cosas en perfecto australiano, que es un idioma que la gente dice que se parece al inglés, pero que yo no encuentro el parecido por ningún sitio. Mientras lo explicaba, me acerqué a una voluntaria que tenía un mapa grande y me estuvo contando cómo era el circuito porque era de ida y vuelta en algunos tramos.
Tan contento antes de la carrera mostrando mi código de barras y luciendo la camiseta del Club Atletismo Zofío
Cuando acabó de explicar lo que explicase preguntó si había gente que había venido de fuera y algunos contestaron que si yo he venido de aquí, que si yo de allí. Yo dije que había venido de Spain y me llevé el aplauso entusiasta de algunos participantes, cosa que agradecí sobremanera. Miré el reloj para ver qué hora era, porque me estaba pareciendo que se estaban pasando de la hora y, efectivamente, ya eran más de las ocho.
Fue un fallo de principiante lo de mirar la hora, porque se perdió la conexión GPS y cuando dieron la salida el chisme aún no se había sincronizado, eso provocó que cuando lo puse en marcha ya llevaba unos cuantos metros recorridos y unos cuantos metros perdidos porque me hizo salir más despacio de lo que me hubiese gustado.
El hecho de salir algo más despacio provocó que tuviera que ir adelantando gente en al menos durante el primer kilómetro y no era sencillo adelantar porque al ser por un parque no eran los caminos muy anchos y además poco después del primer kilómetro se volvía por el mismo camino, por lo que aún era más estrecho. Fue en ese primer trayecto de ida y vuelta cuando vi que un chavalín, que tendría poco más de diez años, iba en segunda o tercera posición a una velocidad endiablada.
Yo seguí fuerte, pero sin darlo todo, porque no sabía lo que me iba a encontrar y porque había entrenado poco y despacio las dos últimas semanas. Me salieron los kilómetros a un ritmo de 4:13, 4:22, 4:10, 4:23 y 4:08. En el último kilómetro sí apreté de lo lindo, pero aún así me adelantaron dos tipos prácticamente en la línea de meta.
Al entrar en meta me dieron en ítem con la posición y vi que había llegado en la posición 80. Unos cuantos metros más allá una voluntaria escaneó el ítem y mi código de barras. Cruzando la posición, con el código de barras y con el tiempo recogido con el cronómetro por otro voluntario obtuvieron en poco tiempo la clasificación porque antes de llegar al alojamiento me llegó un correo indicando que había realizado un tiempo de 21:38.
Extracto del correo que me enviaron con la clasificación
En ese correo cuenta también que acabé el 80º de 407 corredores, 74º de los chicos y 6º de mi categoría. Además hay un enlace a la clasificación. La gracia que tiene la clasificación es que se puede ordenar por diversos campos. Uno muy interesante es el Age Grade que es un porcentaje. Ese porcentaje indica cuanto de cerca estás del récord del mundo de tu categoría en esa distancia, de tal modo que si haces récord del mundo obtendrías un 100%. Yo sólo obtuve un 69,88% que no está mal, porque me situaría en posición 38º de la clasificación. Ojo que esta posición puede ser engañosa porque pudiera haber corredores que hayan hecho mejor porcentaje pero no aparece este porcentaje en la clasificación porque corrieron sin su código de barras.
Con esto del porcentaje se pueden ver cosas curiosas. El 12º de la clasificación, un tal Jose Carvalho, con una edad entre 60 y 64 fue el mejor de todos con un porcentaje de 87,22%. A mí me parece un marcón, ya que se me ha ocurrido compararlo con los que obtuve yo en la Carrera del Zofío de 2017, donde el ganador fue José Antonio Morales Robles con un porcentaje de 84,16%. No conozco a este tal Jose Carvalho, pero debe ser un máquina de cuidado.
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