Salimos cuatro pradolongueros y dimos una primera vuelta algo más rápida de lo habitual, ya que me desespera un poco ir tan despacio y me puse a tirar desde el primer metro.
En la segunda vuelta no fui yo el que tiraba, sino mi tocayo que está más fuerte de lo que yo pensaba. Lo comprobé en la carrera que hubo en el barrio hace unos días y lo vi en el día de hoy que se iba alejando casi sin esfuerzo mientras Joaquín y yo yendo a un ritmo sobre 4:40 veíamos como cada vez estaba más lejos.
Al final incluso apretamos más, pero no hubo forma, está en una gran condición. Persiguiendo a mi tocayo hice en total 9,6 km en un tiempo de 49:14 a un buen ritmo de 5:07 min/km.