Por fin han acabado la obra

Hoy he salido a correr con extrañas sensaciones. Sigo con las molestias en la parte posterior del muslo izquierdo y parte del glúteo y poco antes de salir a correr empecé a sentir como una especie de hormigueo en el gemelo de la otra pierna. Pero como iba a salir a hacer poca cosa, no lo di excesiva importancia.

Había quedado con Emilio y me estuvo contando sus desventuras en la media maratón, donde iba con una vela marcando el paso. Mientras me contaba sus cuitas, apareció Emilio R. y al poco los tres comenzamos el entrenamiento.

Íbamos a hacer el circuito nuevo, como llevamos haciendo desde mediados de noviembre, cuando nos dimos cuenta que habían quitado las vallas que cortaban nuestro camino, así que hicimos el circuito viejo. Según íbamos corriendo íbamos pensando lo injusta que es la climatología, ya que hoy hacía bastante fresco y el domingo hizo un calor de espanto, pero poco se puede hacer con este tema, si acaso sólo lamentarse.

Nos sorprendió la obra, porque la cosa ha cambiado, pero no tanto para haber estado todo ese tiempo en obras. Las flores que había y que las iban cambiando de vez en cuando ya no estaban y en su lugar habían plantado pinos. Y los bancos que había de piedra los habían sustituido por unos de madera. También han arreglado el pavimento. Hay que reconocer que ha mejorado.


Foto del paseo arreglado, cortesía de Pradolongo Se Mueve

Hice únicamente una vuelta porque aunque tenía las piernas mucho mejor, no tenía muchas ganas y además tenía algo deprisa. Así que haría cinco kilómetros en aproximadamente media hora, pero no lo sé porque no llevé cronómetro.