Hace cinco años al Dr. Juan Casado Flores, Jefe de Servicios de Cuidados Intensivos del Hospital Niño Jesús, ante la necesidad de recaudar fondos para la investigación científica, se le ocurrió organizar una carrera popular. Hoy nos reuníamos unos diez mil corredores en el Retiro dispuestos a participar en esta carrera solidaria. Diez mil corredores, a diez euros la inscripción, supone un montante de 100.000 €, lo cual no está nada mal.
Como el día antes había ido a recoger dorsal y camiseta, llegamos a la zona de salida/meta en el Paseo de Coches del Retiro con no mucho tiempo; sin embargo dejamos la ropa rápida y cómodamente en el guardarropa. Nos dio tiempo incluso a hacernos una foto antes de dejar la ropa, ya que no había mucha gente en esta zona, lo cual me sorprendió ya que se hablaba de diez mil participantes. Luego caí de que había muchas familias que venían a correr y la logística era otra.
Antes de la carrera, con la camiseta conmemorativa de la carrera
El sábado llovió mucho en Madrid y hoy decían las previsiones que no iba a llover, pero que la temperatura iba a bajar bastante; sin embargo hizo un día extraordinario para correr, con una temperatura fresca aunque no gélida y un sol tibio que se agradecía sobremanera.
Ayer, poco antes de ir a recoger el dorsal, me dio una especie de latigazo en la zona lumbar y me dejó bastante maltrecho. Me entraron dudas de si hoy podría correr, ya que me costaba incorporarme y, sobre todo, agacharme. Pasé la noche regular y me costó levantarme de la cama, pero aún así me acerqué porque pensé que al menos al trote podría completar los diez kilómetros.
Me acerqué con una amiga y el objetivo era tratar de seguir su ritmo. Salimos tranquilos y pronto observé que si la cosa seguía así podría realizar los diez kilómetros al ritmo de mi amiga. En las cuestas abajo no era capaz de seguirla, pero en las cuestas arriba recuperaba lo perdido, así que podemos decir que iba más o menos a su par.
La carrera nos pareció mucho más dura de lo que pensábamos. La primera cuesta arriba es la que sube desde la Puerta de Alcalá hacia Menéndez Pelayo, esa cuesta con la que la maratón de Madrid nos ha obsequiado unas cuantas veces. Íbamos por el kilómetro tres, más o menos, por lo que íbamos frescos de piernas y aún así se dejaba notar, no es extraño que en la maratón, que estaba situada pasado el kilómetro cuarenta, nos pareciera el Tourmalet.
Se va rodeando el Parque del Retiro, dejándolo a mano derecha y el hospital Niño Jesús a la izquierda y según íbamos corriendo iba pensando que el circuito no me sonaba mucho con lo que había visto en la web, pero pensé que sería cosas de mi memoria.
Cuando se abandona Menéndez Pelayo comienza una bajada que empalma con Doctor Esquerdo y sigue bajando hasta la Plaza Conde de Casal. Ahí comienza un tramo llano hasta la Avenida Ciudad de Barcelona. En esa avenida ya comienza la cuesta arriba, pero es al girar hacia Menéndez Pelayo donde te encuentras con una rampa que quita el hipo. Son cuatrocientos metros, pero te dejan las piernas al rojo vivo, hay que tener en cuenta que se afronta con siete kilómetros en las piernas.
De nuevo se llega a un terreno llano por el Paseo Reina Cristina y el Paseo de la Infanta Isabel hasta llegar a Alfonso XII donde hay otra bonita rampa que llega hasta la Puerta del Ángel Caído, que da acceso al Retiro. Sin solución de continuidad se empalma con la cuesta que lleva a la plaza del Ángel Caído. Son ochocientos metros de subida donde te dejas las pocas fuerzas que te quedan.
Una vez coronada la cuesta queda únicamente un kilómetro de terreno más o menos llano hasta meta, donde conseguimos llegar los dos juntos, bajando por segundos de cuarenta y nueve minutos.
Una bonita carrera -aunque dura- en un bonito día para una bonita causa. Habrá que repetir.
Comprobando luego el circuito que aparecía en la web con lo que realmente recorrimos, no tiene demasiado que ver. No sé cual sería el motivo de cambiarlo.