Es increíble lo que puede hacer un político (en este caso una política) por un puñado de votos.
Acabo de leer que Esperanza Aguirre «organiza» una carrera popular gratuita, o lo que es lo mismo, quiere engatusar a un colectivo con la golosina de una carrera, eso sí, pagando con el dinero de todos. La carrera se denomina «carrera por la alcaldía» y en ella los corredores podrán elegir entre el circuito de 5 o de 10 kilómetros y será cronometrado por chip. En la meta los participantes recibirán un avituallamiento líquido y sólido y una bolsa técnica, que incluirá una camiseta técnica. Vamos que tiene todos los elementos de una carrera «de verdad», pero puestos a disposición de un acto electoral.
Ni siquiera se curraron el correo que enviaron
Se la debería caer la cara de vergüenza, no digo ya por lo de la carrera, sino de presentarse a la alcaldía después de tantos escándalos de corrupción ocurridos bajo su paraguas. Pero claro, el primer requisito para ser político es no tener vergüenza. Así nos va en esta ciudad y en el resto del país.
Este asunto me fastidia por dos motivos principalmente. El primero es tratar de aprovechar la organización de una carrera para fines políticos, cuando el deporte debería estar totalmente separado de esta sucia práctica. Y lo segundo, es lo que he visto en la organización de la Carrera del Zofío en la que formo parte de la organización. La Junta Municipal, gobernada por el PP, que ayudaba económicamente a organizar «nuestra» carrera, hace ya unos cuantos años que no lo hace, pero los mismos peperos no tienen problema en soltar dinero para esta nueva carrera/acto electoral. Está claro que el dinero de los ciudadanos mejor para sus propósitos que para otros fines. Realmente lamentable.