Ya sé que la palabra es maratonista, pero no me sale y, además, no me gusta, así que utilizaré siempre maratoniano a aquella persona que corre maratones. Y este año habrá un nuevo maratoniano, que no es otro que Jesús, compañero pradolonguero, que trataré de obtener el carnet de maratoniano en la maratón de Madrid.
Por eso no es de extrañar que hoy se lo haya tomado como día libre. De hecho, de los que van a correr el próximo domingo sólo Miguel ha aparecido en el punto de encuentro y con buen criterio, sólo ha hecho unos seis kilómetros a ritmo muy tranquilo. A mí me ha tocado correr solo desde ese punto.
Además, poco después de quedar en solitario he empezado con una molestia en la rodilla izquierda, en la parte interna, un tanto mosqueante. He intentado aumentar el ritmo y me dolía. He bajado el ritmo y seguía doliendo también. Acortar la zancada, tampoco se solucionaba. Curiosamente, un par de kilómetros más tarde, el dolor se fue igual que vino.
Había quedado con Jesús en acompañarle en la maratón. En un principio hacer los últimos quince kilómetros, pero pensándolo bien, creo que será mejor salir con él para tratar de que no se acelere demasiado en los primeros kilómetros. El peor enemigo del debutante es la euforia inicial. Y viendo como ha entrenado Jesús, los cuarenta y dos kilómetros los termina seguro. Y si controla el ritmo de los primeros kilómetros, acabará bien.
He completado 9,6 km en un tiempo 49:41 @ 5:09 min/km. Las zapatillas, bien. Hoy no he apretado tanto los cordones y la planta de los pies no se han calentado. Lo único mosqueante ha sido esa molestia en la rodilla, pero como ha sido sólo un par de kilómetros, quizás no sea problemático.
Mucha suerte a Jesús, Joaquín y Miguel en su inminente maratón.