Mañana se celebra en el lugar donde trabajo una carrera que han denominado San Silvestre Retoniana. Resulta curioso el nombre y que se celebre un 19 de diciembre, pero al ser algo festivo da igual el nombre, la fecha, la distancia y casi todo lo demás.
El nombre viene a que se está celebrando un reto lanzado por la empresa que propone a un grupo de gente que mejore sus hábitos de vida. Y dentro de este reto han propuesto la celebración de esta carrera de carácter no competitivo.
El caso es que llevo un par de días dando vueltas si participar o no. De hecho mientras iba corriendo seguía con el runrún en la cabeza, pero en los últimos kilómetros del entrenamiento he decidido no hacerlo. Llevo un par de meses preparando la carrera del domingo y no era cuestión de lesionarme a dos días de mi reto.
Puede sonar ridículo lo de pensar en la posibilidad de lesionarme, pero ya me pasó en la media de Getafe de 2011 que me lesioné misteriosamente el día antes y no me estaba por la labor de repetir experiencia. Así que aún sintiéndolo mucho, opté por lo más sensato.
No es de extrañar que con este asunto en la cabeza hiciera una primera vuelta al trote cochinero, nada menos que a 5:52, por lo que aceleramos un poco en la segunda vuelta. El primero kilómetro de esa segunda vuelta lo hicimos mi tocayo y yo en 4:55 y parecía que íbamos a toda pastilla. Luego aceleramos más todavía e hicimos los siguientes un poco por debajo de 4:30. Después ya relajé un poco la máquina, que el domingo hay que darlo todo.
Completé las dos vueltas haciendo 9,6 km en un tiempo de 51:04 @ 5:18 min/km.