Últimamente andamos siempre a la gresca en los entrenamientos. Dando zapatilla casi desde el primer metro; sin embargo hoy ha sido como en los viejos tiempos. Un ritmo tranquilo en la primera vuelta y apretando un poco en la segunda, pero tranquilos, escuchando lo que nos contaba el chaval que vino el martes, que tiene una gran experiencia en este mundillo del atletismo.
Cuando faltaba una milla, es decir, cuando se cumple el kilómetro ocho, he apretado los dientes para ver si era capaz de llevar un ritmo por debajo de cuatro. Ha salido la milla en 6:31, a un ritmo de 4:04. No lo he conseguido, pero contento, son ritmos interesantes. Habrá que ir bajando esos tiempos según vayan avanzando los entrenamientos. De todas formas, redondeo a la milla, que son 1609 metros, pero el Garmin marcaba 1624 metros, aunque eso es peccata minuta.
Excepto esta última milla, donde nos hemos puesto violentos, hemos ido un grupo de cuatro compañeros, con buena camaradería. Ya lo echaba de menos.
En total, como viene siendo habitual, dos vueltas a Pradolongo totalizando 9,6 km en un tiempo de 48:45 @ 5:04 min/km. Un buen entrenamiento, me ha gustado.