Hoy se ha celebrado la quinta edición de la Carrera Proniño y ésta ha sido mi cuarta participación. Como el año pasado no pude participar por lesión, me he quedado sin poder hacer pleno.
Llevaba casi dos años sin hacer un diez mil a tope. Entre eso y que últimamente entreno poco no sabía muy bien lo que podía dar de sí. A ojo habían calculado que podía andar entre 42 y 43 minutos, ya que pensaba que un ritmo entre 4:15 y 4:30 podía ser asumible.
Llegamos una hora antes de la salida al punto de encuentro, para no agobiarnos. Visita a los servicios, paseo por la zona de salida/meta y poco después de las 8:30 nos hicimos la foto de rigor unos cuantos compañeros del equipo.
Un buen puñado de maratidianos
Vuelta al coche a dejar la camiseta, que hacía algo de fresco a esas horas, y a calentar haciendo también unos progresivos para subir las pulsaciones. Con unos minutos de retraso se dio la salida y salí raudo como el viento, tardando unos 20 segundos en atravesar la línea de salida, momento en que puse en marcha el cronómetro.
Pasé el primer kilómetro en 4:07 y el segundo en 4:03 y me di cuenta que si seguía a ese ritmo iba a reventar un par de kilómetros más tarde. Aún así pasé por la mitad de la carrera en 20:57. Demasiado rápido para mi actual estado de forma. Aflojé un poco el ritmo ya que la segunda parte es más dura y sufriendo, sobre todo cuesta arriba, conseguí llegar a meta con un tiempo oficial de 43:31.
Un detalle muy de agradecer es la fruta que pusieron nada más pasar la línea de meta. La verdad es que apetecía dar un bocado después de la carrera.
Bonita y dura carrera y lo mejor es que el dinero de las inscripciones va a parar a la Fundación Proniño, organización que lucha por erradicar el trabajo infantil.