Hace dos días ni se me hubiese pasado por la cabeza participar en la maratón de Madrid. De hecho, un compañero vendía su dorsal y ni se me ocurrió contestarle; sin embargo, según iba haciendo kilómetros esta mañana iba dando vueltas y vueltas a la cabeza pensando en que si entrenase un poquito más podría participar en la maratón. Ya sólo falta esperar que no lo haya vendido. Aunque por otro lado, quizás no debería ser de la partida después de haber corrido Sevilla. Ya no sé que prefiero si una cosa o la otra. Lo que tenga que ser, será.
Hoy daban 100% de probabilidad de lluvia. Y efectivamente, no se han equivocado. Ha empezado a llover por la mañana temprano y cuando iba a salir a correr, a eso de la una de la tarde, seguía lloviendo. Pero no por eso me iba a quedar en casa, así que me he vestido de romano, he hecho mis estiramientos y con una gorra sobre la cabeza para evitar que el sudor me caiga a los ojos me he lanzado a la calle con la idea de disfrutar de la lluvia.
Sin mirar el reloj y tratando de llevar un ritmo cómodo iban pasando los kilómetros y me encontraba muy bien, genial diría yo. La maratón daba vueltas y vueltas a la cabeza y eso me animaba incluso más. Además ha dejado de llover y el día ha quedado genial. El Parque Lineal estaba precioso, todo muy verde y las yemas en las ramas de los árboles brotando. Una maravilla de paisaje. Sí, ya sé que la Casa de Campo es más bonita, pero el Parque Lineal no se queda atrás.
He acabado completando 14,6 km en un tiempo de 1:13:59 @ 5:04 min/km. Con unas buenísimas sensaciones. Tan buenas que pensar en la maratón me pone los pelos como escarpias.