Lo bueno abunda

Ha comenzado a venir de vez en cuando con nosotros un nuevo compañero. Se llama, también, Miguel. Así que con éste ya somos cuatro los que compartimos nombre. Además este hombre zumba ¡y de qué manera!

Con esta nueva adquisición ayer nos juntamos unos cuantos corredores en Pradolongo. Yo más preocupado de la urticaria que de otra cosa. Salí con camiseta de algodón lavada a mano, con pantalón corto y medias larga, con la idea era no sudar mucho; sin embargo, no me metí la camiseta por dentro del pantalón y empecé a notar las vejigas en la cintura. Se lo comenté a Emilio y me comentó que mejor que metiera la camiseta por dentro y la cosa no fue a mayores. Acabé con las vejigas pero nada que ver con lo del martes.

Llegué tarde, por lo que ya empecé algo acelerado. Luego tuve que atrochar un tramo para ponerme a la altura de mis compañeros y el ritmo era bastante ligero para ser la primera vuelta, lo que presagiaba una segunda a cuchillo. Y así fue, empezamos a apretar los dientes y el ritmo se iba incrementando según iban pasando los kilómetros: 4:45, 4:33, 4:14 y 4:05. Creo que me pasé yendo tan deprisa, eso no viene nada bien a las rodillas. Moverme por debajo de 4:30 es una absoluta temeridad.

Supuestamente esta semana era la de mayor kilometraje, así que prolongué el recorrido para completar una tercera vuelta. Tuve la fortuna de encontrarme con el hombre radiactivo y di con él esa tercera vuelta, ya a un ritmo más relajado. Como siempre me ocurre cuando hago una última vuelta a un ritmo tranquilo, no lo pasé nada bien, iba un tanto incómodo tan despacio.

En total hice 14 km en un tiempo de 1:11:26 @ 5:06 min/km y llegué a casa con alguna vejiga, pero mucho mejor que el otro día. Parece que lo del algodón funciona. Probaré a salir todo algodonado el próximo día. Lo que más me llamó la atención fue que también salieron vejigas en los gemelos, imagino debido al tejido acrílico de las medias largas.

Lo peor del asunto fue que tenía picores en las manos realmente insoportables. Al final tuve que frotarme las manos con una crema para los picores y parece que la cosa mejoró. ¡Esto de las manos es más molesto que las vejigas! Y no sé si ambas cosas están relacionadas, aunque imagino que sí.