Ayer jueves no pude salir con los compañeros a entrenar y aprovechando que hoy tenía el día libre he salido por la mañana con la idea de hacer más kilómetros de lo habitual ya que el domingo hay carrera y es de poca distancia.
Hacía tiempo que no era capaz de dormir ¡once horas! así que cuando me he despertado me he quedado alucinado al mirar el reloj. Desayuno, preparación y a eso del mediodía en marcha hacia el Parque Lineal con la idea de completar catorce kilómetros al ritmo que me marcasen las piernas.
Era un día muy agradable, la temperatura algo fresca pero el sol calentando lo suyo. No había mucha gente por el parque, pero me he cruzado con alguno que otro que también había salido a entrenar, está claro que da igual el día o la hora, que siempre hay gente dándole a la zapatilla, no es casualidad, por lo tanto, que las carreras populares gocen de tanta participación. Sin ir más lejos, el pasado sábado se celebró en Madrid la carrera de Papá Noel donde participaron casi seis mil personas todos vestiditos con el traje típico de este personaje, barba incluida.
A la ida el aire me daba de culo y avanzaba casi sin darme cuenta, pero cuando me di la vuelta para volver a casa descubrí que esa facilidad era gracias a Eolo y no a mis piernas. Siempre que voy de vuelta echo un vistazo a ese precioso olmo conocido como el abuelo, que ya ha perdido casi todas las hojas, aún así se muestra imponente.
De esta forma, disfrutando del sol y pasando algo de frío en las zonas sombreadas completé 15 km en un tiempo de 1:14:58 @ 4:59 min/km. Con muy buenas sensaciones aunque con alguna ligera molestia en el gemelo izquierdo, parece que las piernas todavía están algo castigadas de la media.